Víboras, alacranes y arañas registran 13 mil agresiones en el Estado de México

Debido a la gran diversidad de ecosistemas en la entidad, la presencia de estas especies es mayor, lo cual aumenta el porcentaje de ataques sufridos en el año.

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Toluca /

El Estado de México, por su gran diversidad, es una de las entidades que tiene la presencia de distintas especies de arañas, alacranes y serpientes que pueden resultar peligrosas ante un ataque, sobre todo cuando involucra a niños menores de cinco años o a personas mayores de 65, pues las cargas de veneno, debido a sus condiciones como peso o comorbilidades, pueden ser más agresivas e incluso, de no actuar oportunamente, ocasionar la muerte.

“Los güeros”, un tipo de alacrán que tiene un gran predomino en municipios de la región sur de la entidad, así como las especies arácnidas “Violinista” y “Capulina” o “Viuda Negra”, son solo algunos de los tipos más peligrosos en municipios de la entidad, contabilizando más de 13 mil mordeduras o picaduras durante la contingencia sanitaria, entre arañas, serpientes y artrópodos, informó el jefe del Departamento de Zoonosis y Vectores del Instituto de Salud del Estado de México (ISEM), Alberto Joaquín Contreras Galindo.

Tan solo de enero a abril de este año, la Secretaría de Salud del Estado de México ha documentado ocho mordeduras de tipo Capulina o Viuda Negra, la cual se caracteriza por tener una marca que asemeja un reloj de arena color rojo en su cuerpo; tienen un veneno que es paralizante y en ocasiones los pacientes pueden presentar graves complicaciones.

Si bien en el Estado de México también se reporta la presencia de la araña Violinista, afortunadamente no se han registrado casos de agresiones, pues su veneno es sumamente agresivo y peligroso.

“Estas intoxicaciones provocan en las personas que el tejido se descomponga y que tengan extensas áreas de necrosis, de estas arañas no hemos tenido documentados casos en este año, ningún caso”, señaló el especialista.

Un aspecto que poca gente conoce es que a razón de la evolución natural, los animales han desarrollado venenos que les sirven para protegerse y cazar; en el caso de las serpientes, los alacranes y arácnidos, utilizan el veneno que existe en su organismo con el fin de cazar, por ello, cuando una persona sufre este tipo de mordeduras o de picaduras, experimenta un envenenamiento o altos niveles de intoxicación, quizás no tan intensos o mortales como en el caso de otros animales, pero sí pueden ponerlo en riesgo, ante una enfermedad previa.

Para el caso del Estado de México, los municipios que presentan una mayor incidencia de picaduras de alacranes son Tejupilco, Tenancingo, Ixtapan de la Sal, Ocuilan, Valle de Bravo, Santo Tomás, Otzoloapan, Ixtapan del Oro, Sultepec, entre otros; sin embargo, para el caso de las mordeduras por serpiente, todo el territorio estatal tiene la presencia de este tipo de animales, pues se han presentado casos tanto en el norte de la entidad, en municipios como Aculco o Acambay; como en el sur, en Malinalco, Texcaltitlán, en Valle de Bravo, Tejupilco, Luvianos, Tlatlaya, e incluso, en municipios como Teotihuacán.

Durante pandemia aumentan picaduras de alacrán

El especialista del ISEM señaló que durante la contingencia sanitaria de covid-19, en el Estado de México se registró un incremento en el número de picaduras de este antrópodo, sumando alrededor de 13 mil 220 casos, ya que generalmente este tipo de agresiones se registran al interior de los hogares y, ante el llamado de permanecer el mayor tiempo posible en casa, éstas aumentaron.

Esta variación representó un aumento de entre 10 y 15 por ciento más, en comparación con años anteriores, cuando el promedio anual de picaduras se estimó entre los 10 mil y 12 mil casos. Durante los primeros cuatro meses de este año, se contabilizan 4 mil 267 picaduras de alacrán.

Para el caso de la mordedura de estos ofidios, puntualizó Contreras Galindo, durante el confinamiento, este tipo de agresiones disminuyeron. Se registran en exteriores, principalmente en zonas con vegetación o al aire libre. Tan sólo durante el año pasado se contabilizaron 205 mordeduras de serpientes, con un decremento de hasta el 20 por ciento, esto si se compara con años como 2019, 2018 o 2017.

“Este tema es de importancia para el Estado de México, los reptiles están distribuidos a nivel nacional en sus distintas especies venenosas y el Estado de México no es la excepción, en lo que llevamos de este año, es decir de enero a abril de 2021, tenemos registradas en el Estado de México 16 agresiones por serpientes”.

Grupos de mayor riesgo

Ante este tipo de picaduras o mordeduras, los grupos de mayor riesgo son los menores de 5 años, particularmente los menores de un año, debido a que su cuerpo es más pequeño y el veneno puede ocasionar un mayor daño a su estado de salud.

“Sí, hay grupos de edad que son peligrosamente de riesgo; por su condición de edad y de salud, puede hacer que se compliquen más fácil e incluso pueda tener peligro de morir, por ejemplo, los niños, al ser una superficie corporal a un tamaño menor, el poco veneno que le puede inocular, ya sea un alacrán o una serpiente, podrá afectar más intensamente, más que a una persona de talla adulta”.

Hace una década, en el Estado de México se registraban entre 15 y 20 defunciones de bebés o niños menores de 5 años, a consecuencia de picaduras o mordeduras de estos animales, afortunadamente, este número ha ido a la baja, pues si bien se presentan alrededor de una docena de agresiones anuales, son atendidos oportunamente, sin mayores complicaciones.

“Los envenenamientos en estos grupos de edad son raros, pero ocurren, en muy poca proporción, de todas las agresiones que se presentan entre 3 y 5 por ciento son por niños”.

Además de los niños, el otro extremo de la vida, es decir, las personas adultas mayores de 65 años, son quienes pueden presentar un mayor riesgo ante estas condiciones, ya que al contar con alguna enfermedad crónica, como diabetes, hipertensión o padecimientos del corazón, el veneno provoca una serie de descompensaciones, lo que puede complicar su tratamiento.

“Los extremos de la vida, los pacientes menores, de edad escolar o los adultos mayores son los más propensos a tener complicaciones, comparado con una persona adulta, normal”.

¿Qué hacer y qué no hacer en caso de mordedura o picadura?

Ante un evento de esta naturaleza, el especialista recomendó acudir lo más pronto posible a una unidad médica, así como evitar el uso de sustancias de cualquier tipo, del mismo modo reiteró el llamado a no aplicar torniquetes, o cualquier otro remedio casero; pero sobre todo mantener la calma, ya que cuando la persona afectada se pone nerviosa o ansiosa, su corazón late más rápido y al latir su corazón más rápido, su sangre se mueve con rapidez y disemina más rápido el veneno en su cuerpo.

“No se sugiere que le chupen el veneno, o que utilicen pomadas u otros remedios caseros, porque lo que hacen es irritar mucho más la piel, trae muchas más complicaciones que beneficios”.

La recomendación es acudir lo más rápido posible a una unidad médica, ya que cada veneno se comporta de manera distinta en el organismo, algunos son mucho más lentos que otros; pero esto dependerá de múltiples factores.

Se debe poner una atención especial cuando se trate de picaduras de alacrán, pues en estos casos “si es una carrera contra el tiempo”, porque puede haber más complicaciones, sobre todo en niños menores, en bebés o en personas adultas mayores.

“La ventaja que tenemos es que una vez que se aplicó el antídoto neutralizamos el veneno, una vez que se aplicó, en máximo media hora, neutralizamos el veneno o la intoxicación”.

Antídotos

El funcionario indicó que cada año, y derivado del número de atenciones que se brindan anualmente, el Instituto de Salud del Estado de México (ISEM) realiza la adquisición de los antivenenos para tratar este tipo de mordeduras o picaduras, garantizando el acceso a dichos tratamientos.

“Afortunadamente el Gobierno del Estado de México ha dado mucha importancia a estos envenenamientos y contamos con los antídotos o faboterápicos suficientes, para atender estas agresiones, además tenemos un convenio con el Instituto de Salud, a través de los Servicios de Urgencia y con el Grupo Relámpago con el Hospital Juárez de México, el cual tiene un centro toxicológico nacional”.

Precisó que, a través de este convenio, en aquellos casos que requieran atención de emergencia y se ubiquen en zonas lejanas o dispersas, interviene el Grupo Relámpago, para su traslado, ya sea a uno de los hospitales de la entidad o directamente a este centro nacional, para su atención especializada.

Estos antídotos son de cuarta generación, es decir, diseñados para no presentar algún tipo de reacción, previo a este tipo de tratamientos, el veneno de los alacranes, víboras o arañas era inoculado en caballos, se les extraía la sangre y con ese material se fabricaban los sueros o anti venenos.

Actualmente, la tecnología y el diseño de dichos sueros avanza, tanto que ahora son ultra específicos, no transmiten enfermedades, no hay reacciones documentadas y cada año en todo el país se aplican más de 100 mil tratamientos a pacientes atendidos por diversas intoxicaciones.

“Estos faboterápicos son producidos en México, por dos empresas en el país, e incluso estas empresas exportan estos productos a otros países, lo que garantiza que tiene una inocuidad importante, no van a provocar daño a las personas” agrego el representante.

Referentes generales

México tiene la mayor biodiversidad en este tipo de animales, pues cuenta con 289, de las mil 500 especies registradas y por lo menos, 12 de esas 289 son un peligro para el país, con estas cifras, de acuerdo con datos de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), México también es el número uno en picaduras en el mundo.

Por su parte, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), señala que la prevalencia de esta picadura en México es alta, ya que aproximadamente 300 mil personas son reportadas por el piquete de este artrópodo cada año.

Los estados en la República Mexicana con mayor afectación por picadura son Morelos, Colima, Guerrero y Jalisco.

Con respecto a la mortalidad de intoxicación por veneno de alacrán, la Organización Mundial de la Salud (OMS), estima que cada año en México, ocurren entre 700 y mil 400 muertes, sobre todo en menores de diez años de edad. Las entidades federativas con mayor taza son Guerrero, Jalisco, Michoacán, Nayarit, Puebla y Morelos.

Existe una gran variedad de especies, la más frecuente en México es la Centruroides, que se localiza en 30.3 por ciento del territorio nacional, en donde radica 36.8 por ciento del total de la población mexicana.

Existen 23 géneros y 221 especies de artrópodos arácnidos; en todo el territorio nacional se encuentran el C. Noxius en Nayarit (considerado como el más tóxico en nuestro país); el C. Limpidus limpidus en Guerrero, Morelos y Michoacán; el C. Infamatus infamatus en Guanajuato y Estado de México; C. Elegans en Jalisco; C. Limpidus Tecomanus en Colima; C. Sufussus sufussus en Durango y el C. sculpturatus en Sonora.

La intoxicación por veneno de alacrán es una urgencia médica desencadenada por la picadura de este artrópodo y la inoculación de sus toxinas al interior de la circulación, causa un cuadro tóxico sindromático muy variado, ya que afecta diversos sistemas y órganos del cuerpo, produce estimulación simpática y parasimpática, y puede llegar a terminar en la muerte del paciente.

Síntomas 

Las manifestaciones clínicas son los elementos fundamentales de clasificación de la intoxicación por veneno de alacrán. En el cuadro leve hay signos y síntomas locales, como dolor intenso o prurito inmediato en el sitio de la picadura y parestesias locales. Los casos moderado y grave son altamente variables; las principales manifestaciones clínicas son irritabilidad, hipertermia, dolor y parestesia de todo el cuerpo; prurito nasal, sensación de cuerpo extraño faríngeo, sialorrea, estornudos, fasciculaciones linguales, dislalia, cianosis peribucal, epifora, fotofobia, nistagmus, amaurosis temporal, diplopía, alteraciones de la frecuencia cardiaca y de la presión arterial, dificultad respiratoria, distensión y dolor abdominal, náuseas, vómito, diarrea, priapismo y molestia vaginal. En embarazadas se puede desencadenar motilidad uterina, y los pacientes pediátricos suelen tener llanto inconsolable.

Los sitios más frecuentes afectados son los miembros superiores e inferiores, aunque también puede ser en cualquier parte del cuerpo. Es importante la rápida aplicación del tratamiento, ya que dependiendo de la misma, será el pronóstico del paciente. Los síntomas comienzan dentro de los primeros 20 a 40 minutos después de la picadura.

MMCF

  • Monserrat Mata
  • monserrat.mata@milenio.com
  • Reportera en MILENIO Estado de México desde 2016, egresada de la Facultad de Humanidades de la UAEMex. Escribo sobre Salud, Desarrollo Agropecuario y Medio Ambiente.

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