PLAYAZO: la historia de rebeldía estudiantil, tradición y resurgimiento en Playa Miramar

Esta es la crónica del evento más popular previo a las vacaciones de Semana Santa en Tampico, Tamaulipas.

Chavorrucos en el playazo del sur de Tamaulipas.
Erik Eduardo Saldaña
Ciudad Madero /

Era una fresca mañana de los años 90, y el ambiente en las calles anunciaba algo extraordinario. El “Playazo” no era simplemente una fiesta; era un grito de libertad, el último suspiro de rebeldía antes de que comenzaran las vacaciones de primavera. Los universitarios, en un arranque de juventud desbordante, decidían renunciar a sus clases, dejando atrás las aulas para encontrarse en la emblemática Playa Miramar de Ciudad Madero, la ciudad hermana de Tampico.

Así fue el playazo en sus inicios

Desde muy temprano, cuando el sol salía por la mañana, se comenzaban a formar filas interminables de autos en los accesos al máximo paseo turístico de Tamaulipas, por el boulevard Adolfo López Mateos, en la Avenida Tamaulipas y Obregón. Eran como un desfile improvisado: jóvenes con hieleras en mano, llenos de energía y listos para despedir la rutina escolar. 

Era el último viernes antes de las vacaciones de primavera, el momento en que la ciudad se transformaba en un escenario de adrenalina y sueños juveniles.

Playazo

Una fiesta sin límites, así fue reconocido el playazo Miramar a nivel nacional

Con el paso de los años, la fama del Playazo se fue expandiendo por el país. Comenzó a popularizarse como el spring break de los regios y de los tamaulipecos.

Estudiantes de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT), el Instituto Tecnológico de Ciudad Madero (ITCM) y diversas universidades privadas se unieron a la marea festiva. 

Los años 2007, 2008 y 2009 marcaron el punto álgido de la celebración, cuando no solo se congregaron estudiantes locales, sino también jóvenes de Nuevo León, San Luis Potosí, Veracruz, el Distrito Federal (hoy CdMx), Hidalgo y otros rincones del país. La playa se convertía en un mosaico de culturas y estilos, donde cada risa y cada canción tejían la historia de una generación en pleno éxtasis.

Playazo 2022 en Miramar. | Cortesía: Trnce

Con helicópteros y mega operativos vigilaban el playazo en Playa Miramar 

Mientras los jóvenes se entregaban a la fiesta, las autoridades no podían permanecer de brazos cruzados. Con operativos masivos, Protección Civil y las autoridades municipales y estatales desplegaban helicópteros que surcaban el litoral a baja altura.

Elementos del ejército (Defensa), la Marina (Semar) y hasta la extinta Policía Metropolitana coordinaban esfuerzos para garantizar la seguridad de aquellos que, desde las 6:00 am, se agolpaban en los “miradores” y “escolleras”. 

Previo al playazo, arrancarán operativo Semana Santa 2024

La Secretaría de Salud, consciente de los riesgos, iniciaba campañas de prevención, repartiendo condones en las entradas de la playa para combatir la amenaza del SIDA y prevenir embarazos no deseados en medio de tanto descontrol. 

La fiesta que iniciaba desde que salía el primer rayo del sol terminaba incluso hasta la mañana siguiente. Muchos se quedaban a dormir en las palapas, otros jóvenes acampaban en la costa. Y todo podría pasar.

ONG repartió condones y lubricantes durante Playazo.


Ya no se podían hacer 'la pinta' tan fácil

El Playazo, en su máxima efervescencia, pronto atrajo la atención del sistema educativo. En 2010, el ambiente festivo se vio marcado por la creciente preocupación de las instituciones. Las secundarias comenzaron a reportar ausencias masivas en las aulas, y los padres se veían obligados a acompañar a sus hijos para asegurarse de que la jornada escolar se cumpliera. Uniformados y con un semblante de responsabilidad forzada, los jóvenes intentaban equilibrar el deseo de fiesta con la obligación de estudiar, dando un matiz inesperado a la tradicional celebración.

Eso no los detuvo, al finalizar las clases. El transporte público se veía abarrotado de estudiantes que se dirigían a playa Miramar. Ahí la fiesta apenas comenzaba. 

El Playazo en el 2016

El playazo, ¿ya no es lo mismo? 

El 2011 trajo consigo un cambio drástico. Lo que alguna vez fue sinónimo de rebeldía, sexo, alcohol y el arranque del Spring Break comenzó a desvanecerse. La inseguridad, particularmente en el noreste del país, sumida en rumores y amenazas en chats y grupos de venta, paralizó el fervor festivo. Las historias de antros y bares incendiados se volvieron parte de una narrativa sombría, y desaparecieron entre la incertidumbre y el temor. Así, de 2011 a 2016, la fiesta más esperada del sur de Tamaulipas se vio obligada a hacer una pausa, dejando un vacío en el corazón de quienes habían vivido intensamente aquellos momentos.

Afluencia al Playazo creció por la tarde.

La resurrección: “Salvar el Playazo” y el poder de las redes sociales

Pero la historia no se detuvo allí. Aquellos jóvenes que vivieron el Playazo se transformaron en profesionales; sus miradas se volvieron maduras, y la nostalgia de aquella libertad los impulsó a rescatar lo que parecía perdido. Con el auge de las redes sociales, nació el movimiento “Salvar el Playazo”. 

Twitter y Facebook se inundaron de invitaciones virales que reavivaron la pasión de una tradición que, aunque modificada, seguía latiendo en el alma de la región. 

Los llamados “Chavorrucos”, como cariñosamente los llamaban los periódicos locales, se unieron a las nuevas generaciones. La fiesta se transformó: ya no se trataba de madrugadas caóticas, sino de equilibrar responsabilidades laborales con el deseo de reencontrarse y revivir viejos tiempos.

Chavorrucos en el playazo del sur de Tamaulipas.

La pandemia y el renacer del playazo Miramar

La llegada del coronavirus supuso un nuevo desafío. La playa fue clausurada, los accesos restringidos y el alcohol quedó fuera del panorama festivo. Sin embargo, tras dos largos años de confinamiento y distanciamiento, la necesidad humana de conexión y celebración no pudo ser contenida. Una vez más, la invitación se volvió viral, desatando una mezcla de euforia y ansias reprimidas.

Centennials, millennials y 'chavorrucos' se unieron en un regreso triunfal a Playa Miramar, llenando nuevamente el bulevar costero con filas kilométricas de estudiantes y amigos que se reencontraban para celebrar el inicio de las vacaciones.

Bailan 'Payaso de rodeo' en Playazo 2024 en Miramar. (Yazmín Sánchez)


De conciertos hasta bailes masivos en el Playazo en playa Miramar

El último año ha marcado una nueva etapa en la historia del Playazo. Con la instalación de un escenario y la presentación de agrupaciones musicales, la fiesta se transformó en un evento nocturno que promete ser inolvidable. Visitantes de toda la región se congregan en Playa Miramar, donde el ambiente se llena de ritmos, luces y el eco de una tradición que ha sabido reinventarse. 

Playazo 2024 en playa Miramar. (Yazmín Sánchez)

¿Cuándo es el Playazo 2025 en Tampico?

Para este año 2025, las expectativas son altísimas: se prevé una afluencia aún mayor, un reflejo del espíritu indomable de una comunidad que, a pesar de los cambios y las adversidades, continúa celebrando la vida.

El Playazo es más que una fiesta; es un relato vivo de generaciones, un testimonio de la pasión por la libertad y la juventud. Desde el caos organizado de los años noventa hasta el resurgir de la tradición en tiempos de pandemia, Playa Miramar ha sido el escenario de momentos inolvidables. En cada amanecer, en cada nota musical y en cada reunión improvisada, se escribe la crónica de una tradición que, a pesar de los malos tiempos, seguirá viva. 



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