De las 24 mayores empresas trasnacionales que se dicen involucradas en la lucha para contener el calentamiento global, apenas una sostiene compromisos de reducción de emisiones con una integridad razonable, encontró el Monitor de Responsabilidad Corporativa sobre el Clima 2023. Se trata de la gran naviera danesa Maersk. Ni una sola compañía mereció la marca de “alta integridad”. En cambio, ocho firmas, entre ellas Apple, Google y Microsoft, observan una “integridad moderada”; once son consideradas de “baja integridad”, como Amazon, Inditex (Zara), Mercedes Benz, Nestlé, Pepsico, Volkswagen y Walmart; y las restantes cuatro –American Airlines, Carrefour, JBS y Samsung– están en el sótano de la “muy baja integridad”.
Este Monitor es elaborado anualmente por expertos de las organizaciones New Climate Institute y Carbon Market Watch para valorar las estrategias ambientales de empresas gigantes que se presentan como líderes de responsabilidad corporativa ante la crisis climática, con lo cual obtienen el respaldo de sus accionistas y las simpatías del público. “La veloz aceleración de (la adopción de) compromisos climáticos de las compañías, combinada con la fragmentación de ángulos (con los que estos se diseñan), significa que es más difícil que nunca distinguir entre verdadero liderazgo climático y un greenwashing sin sustento” (si whitewashing es el término en inglés para el blanqueo de dineros ilegales, el greenwashing es el “lavado verde” o la simulación de hacer ambientalmente positivo algo que no lo es), se afirma en el informe publicado la semana pasada.
El ejercicio valora e indaga la integridad y la transparencia en cuatro áreas principales de acción climática corporativa:el seguimiento de las emisiones de gases de efecto invernadero y la apertura al revelarlas al público; el establecimiento de objetivos de reducción de emisiones; la reducción efectiva de estas emisiones; y el contraste con lo que se afirma haber conseguido.
Que las empresas asuman metas suficientes para contener el calentamiento debajo de 1.5ºC, y que las alcancen de manera real, medible y comprobable es vital para obtener los resultados planteados. El movimiento de negacionistas de la crisis climática es sólo una parte del problema que enfrenta esta lucha. La otra es la de quienes dicen reconocer la amenaza y comprometerse en el esfuerzo por detenerla, pero en realidad promueven su imagen pública y no están haciendo todo lo que aseguran hacer. Además, provocan así que la humanidad se autoengañe al planificar esta campaña bajo estimaciones exageradas de sus resultados.
La simulación
En esta edición 2023 del Monitor, se descubrió que la mayor parte de las estrategias de las empresas no son ejemplos de buenas prácticas de liderazgo sobre el clima. Casi la totalidad de las 24 compañías evaluadas prometen llegar a la neutralidad de sus emisiones de gases en los próximos 30 años. Para lograr el objetivo de cero emisiones netas se requiere un recorte mínimo de emisiones del 90 por ciento, pero estas firmas sólo llegarán a un 36 por ciento, encontraron los investigadores.
Esto se debe a varias causas, como el enmascaramiento de emisiones: en casos como los de Apple, Google, Microsoft y la alemana Deutsche Post DHL, sus compromisos sólo se refieren al 3 por ciento de sus emisiones totales. Las estadísticas que muestran al público dejan fuera la mayor parte de sus emisiones.
Otra es que dos tercios de estas empresas no se proponen reducir sus emisiones a fin de ser ellas mismas climáticamente neutrales, sino que recurren al sistema de créditos de carbono, que pretende compensar las emisiones de una compañía con actividades en otra zona del planeta, como, por ejemplo, la reforestación de bosques. Sin embargo, estos esquemas están bajo cuestionamientos porque se han encontrado algunos casos de fraude. Y porque son insuficientes, se señala en el documento, ya que si todas las empresas acogieron a esta salida, se necesitarían de dos a cuatro planetas para salvar la Tierra.
En todo caso, este esfuerzo se quedaría lejos de ser suficiente incluso si se cumplieran eficazmente todos los compromisos. Para 2030, las emisiones deberían haber sido reducidas en 43 por ciento en comparación con las de 2019. Pero las promesas de estas 24 compañías sólo llegan a un 15 por ciento. Los objetivos anunciados para alcanzar el rango de cero emisiones netas o de neutrales en carbono son de más largo plazo, en 2040 o 2050. Además de que, señala el informe, si no modifican los términos actuales, casi ninguna en realidad las va a alcanzar.
El papel del Estado
En suma, “la mayoría de estas empresas tienen estrategias climáticas atascadas en compromisos ambiguos, planes de compensación que carecen de credibilidad” y a final de cuentas insuficientes, concluye el reporte.
Por lo tanto, la transparencia y el escrutinio público intensivo son fundamentales, obligando a las empresas a rendir cuentas. El error, advierte el documento, sería dejarles la tarea de ejercer presión a la opinión pública y a los accionistas. Es una responsabilidad del Estado asegurarse de que cumplan:
“Los reguladores, los responsables de los estándares internacionales y las compañías deben concentrarse con gran determinación en la integridad de los planes de reducción de emisiones de las empresas hasta 2030”.
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