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Kikis magaña: resistencias que se niegan a desaparecer

En exclusiva para MILENIO Virginia Magaña, senadora por Guanajuato, en entrevista con Iovana Rocha.

Guanajuato /

Una mujer inteligente, versátil en sus afanes “ama la vida, le encanta el deporte y la política”, poseedora de una sonrisa espontánea y discreta presencia, es Virginia Magaña, feminista y especialista en temas de género, derechos humanos de las mujeres… ¡y también Senadora por Guanajuato!

Nuestro encuentro para esta entrevista tiene como antesala un diálogo que sostuvimos el pasado mes de abril por zoom, entonces era la candidata al Senado postulada por el Partido Verde. En aquél momento compartimos preocupaciones y reflexiones en torno a la preexistente violencia contra las mujeres durante el proceso electoral, entonces como ahora, distinguí a una mujer objetiva, honesta al reconocer que no "por tratarse del tiempo de las mujeres", las realidades habían cambiado radicalmente. Una mujer capaz de reconocer la otredad al distinguir que la violencia al hacerse presente en otras, también era problema de todas.

Fiscal de Guanajuato asegura que persiste el reclutamiento criminal | Especial
Fiscal de Guanajuato asegura que persiste el reclutamiento criminal | Especial

En aquella conversación no abordamos su testimonio, sino lo que veíamos estaba ocurriendo con otras candidatas, su realidad transcurría en otras circunstancias. A los meses resultaría electa, muchas de sus preocupaciones de antes, tienen otras posibilidades de incidencia y de abordaje. Para esta entrevista, a diferencia de nuestro diálogo del mes de abril, es propósito su testimonio personal, y con ello, su compromiso desde donde nombra.

“…A mis 49 años me presento como una mujer, y decirlo así tiene muchas implicaciones, esto ha implicado el asumir que enfrento el mundo desde una construcción muy personal y donde tuve que enfrentar cuestionar familiares. De ser una mujer distinta, libre, con capacidad de decisión, con una capacidad de racionalizar y sentir lo que soy.

Soy una mujer que se ha ido construyendo y eso ¡me ha costado mucho trabajo! Porque implica desde el, ¿cómo te emparejas? , el ¿cómo eres madre?... ¡te cuestionas todo!

Soy una mujer muy libre, que le encanta la vida, salirme a temprana para estudiar fue ese primer reto…Me asumo una romántica de la vida.

Tenemos apenas unos minutos conversando y “Kikis”, como afectuosamente ha sido rebautizada por otras, acompaña cada palabra con la pausa concurrente con la que hablan sus ojos. Sí, sus ojos hablan, y dan la pauta de la forma en que construye y administra ideas, observarle es escucharle en su conjunto. Pausas que me presentan a una mujer dueña de sus palabras y también de sus silencios.

Lectora de Milán Kundera, deportista desde sus primeros años, lo mismo basquetbol, que futbol, triatlón y atletismo. De este último deporte seguramente desarrollo muchas de sus habilidades que hoy práctica en la política. Retomando al escritor japonés, Haruki Murakami, “…Debido a mi carácter, cuando proyecto hacer algo, sea lo que sea, no me quedo satisfecho si no me involucro al cien por cien...”, una descripción del talante de la hoy Senadora, quien antes de serlo se desempeñaba en el ámbito privado.

De hecho, "el salto mortal” en el servicio público lo hizo como directora de una Instancia municipal de atención a mujeres…hasta el Senado. En términos de una atleta de fondo paso de los 10 kilómetros como especialidad al maratón, un poco más de cuarenta y dos kilómetros. Cambio de método, pero no de objetivos, una rápida y ascendente trayectoria que incluye en la explicación una historia personal de disciplina, persistencia y altas dosis de necedad necesaria".

Psicóloga clínica de formación universitaria es la tercera hija con dos hermanos mayores Luis y Gerardo. El lugar que ocupó al nacer y las dinámicas familiares le dieron los primeros aprendizajes respecto a construir relaciones “con los otros”. Nada es casualidad, su linaje familiar tiene micro historias de evolución, inteligencia y de libertad.

Su madre Virginia y su padre Luis dieron los espacios necesarios para sus hijos e hija pudieran construir una hermandad sin intervenciones, amorosa, cercana pero con las reglas "de los hermanos mayores", lejos de la sobreprotección que se asumiría en esta composición familiar. Virginia recuerda la forma en que sus hermanos "le retaban todo el tiempo", y con ello me enseñaron a ponerme a la par de ellos. Un proceso de crianza lleno de aprendizajes que, sin proponérselo, hoy constituyen una caja de herramientas en su quehacer político y explican una de sus principales cualidades, sabe hacer alianzas e identifica perfectamente bien su posición.

Del diván al Senado

Hasta el pasado proceso electoral, y de forma perene en su etapa universitaria, “Kikis” asumía que en esta etapa de su vida estaría dedicando sus energías vitales y profesionales a la atención de pacientes, sus maestras que atendían en espacios privados fueron importantes referentes para esta aspiración que por ahora está en tregua, la vida y sus propios empeños explicarían el ajuste de rumbo.

Cuidadosa de su vida privada, reconoce haberse casado “muy joven…pero muy joven”, a los 26 años, en este punto provoco que sea ella quien lo explique, “me casé muy enamorada y soy madre una hija hoy adolescente”. Una maternidad que disfruta “muchísimo”, su explicación la regresa a su vocación universitaria de una natural y permanente observadora de la conducta humana.

"…Poder ver como evolucionamos el ser humano, la vida propia no permite eso…Nunca ves cómo es ese proceso, en las etapas de crecimiento de mi hija puedo verlo y eso ¡me parece fascinante, verlo como un espejo!.

Crear un ser humano, verla crecer y acompañarla, que reconozco una parte mi narcisista del ser humano. Mi hija me divierte mucho, es una chica apasionada.

Ver a mi hija, a Julia, en este momento presente que llaman histórico, me llena de alegría, es una chica que se esfuerza por aquello que quiere, baila con disciplina y atiende tareas escolares de la misma forma… aprendimos, es nuestro linaje…”.

La cuidadosa narrativa de su maternidad no escapa de los detalles al nombrarla, su voz se torna dulce, las risas llegan, se rompe la solemnidad de nuestra entrevista. También es el espacio para reconocer la paternidad activa de su compañero Mariano, desde donde se explica mucho del tiempo que ha podido, y ahora mismo puede, dedicar a muchas otras tareas, en plural.

Lo personal es político, me nombro feminista

“…Los dos parteaguas en mi vida, en términos de la construcción de mi formación, uno es el psicoanálisis a mis veinte años, y la otra es el feminismo…Ambos procesos me revolucionan mi cabeza y me remiten a cuestionarme, mi entorno, mis privilegios, todo”.

Una feminista que se reconoció en la etapa universitaria desde los textos y las voces referentes. Un proceso que la llevó “del enojo a la consciencia respecto a los tiempos de los otros y otras, yo misma vengo de una familia machista, pero que cuida”. Un feminismo que le permita relacionarse con las otras mujeres desde otras posibilidades

Decidió después de repensarlo, y el respectivo dolor, que no iba a ser la ruta del enojo la que elegiría para transitar la ruta de los aprendizajes. Ubica su proceso como una ruta personal, individual. Su historia no es la de otras, cada una tenemos un testimonio que nos explica en nuestros feminismos.

Desde esa comprensión y realidad ingresa, como su primer empleo, a un centro de atención a la violencia en San Francisco del Rincón, “era el IMSS de la violencia, filas interminables”. La atención a mujeres en contextos de violencia replantea lo aprendido en aulas sobre los derechos de las mujeres, los feminismos. De la teoría, a la práctica. De los aprendizajes a la formación de una postura política. Una deconstrucción que no termina, no ahora mismo.

A esta experiencia se sumaría su paso en Casa de Apoyo a la Mujer AC, un espacio que le permite fortalecer sus profundas posiciones ideológicas sobre el feminismo, ese que se interioriza y marca para definir posturas. En esta etapa, donde pudo nombrar la violencia en primera persona, es donde se encontrará con sus hoy compañeras Beatriz Manrique y Malú Micher.

“…Fue un despertar que se produjo gradualmente en mi vida, distingo la presencia de la indignación desde mi infancia, pude nombrarla en mi etapa adulta…Pero siempre estuvo ahí ante lo injusto...”.


Mi prudencia educada

“…Mucha gente me ve como una mujer cautelosa, prudente. La realidad es que he tenido que invertir tiempo, dinero y esfuerzo en lograrlo, mi naturaleza era otra, he domado mi perfil impulsivo y arrebatado…”

Virginia es prudente, habla de tiempos de oportunidades. Una posibilidad de involucrar a otras, a todas.

“…Tiene mucho tiempo siendo nuestro tiempo…Nosotras nos abrimos estos caminos, nadie nos lo regalo y está en nosotras no desperdiciar este momento.

No todas queremos, o quieren, llegar al mismo lugar y es válido…ese lugar distinto es justo la libertad que debemos garantizar para cada una elija a dónde quiere llegar.

Que haya mujeres que quieran llegar a la NASA, otras a una empresa, algunas otras a formar un hogar…este tiempo también es el de ellas…”.

Llegamos a un punto de la entrevista donde identifico a una mujer que no asume de forma dogmática que el tiempo de las mujeres haya erradicado completamente el machismo. Por el contrario, señala ese micro machismos preexistentes en las propias mujeres que ahora mismo le rodean,

“…hay resistencias, no todas estamos dispuestas a romper con todo lo que implica hacer tiempo de mujeres y todo lo que deberemos de descolocar para ello. Tiene que ver con aquello que no se ha interiorizado…sus formas de narrar delatan esos procesos que no están siendo sencillos, que se encuentran envueltos en culpas. No importa que posición de poder tengan, pueden ser brillantes, extraordinarias… esa es la gran paradoja. El gran reto y desafío que tenemos es en lo privado…”.

Senadora por Guanajuato, una mujer aliancista con otras mujeres. No es proclive a los protagonismos que exige el cargo, su equipo cercano lo sabe y es un tema de diálogo constante. Respeta las formas de otras, los codazos de otras y los tonos de voz. Respecto a los hombres:

“…Lo tengo que decir, es mi voz, considero que por mi historia de vida yo tengo una gran capacidad de liderar con los hombres. Yo me sumergí en el mundo de mis hermanos cuando fui niña, eso me dio mucho entendimiento del mundo masculino. He tenido y tengo grandes amigos varones, desde mi experiencia las alianzas han sido buenas. Ellos también saben que deben hacer alianza con nosotras somos útiles…De ahí que suelo ser estratégica y precavida en esos procesos…¡que no se sientan atacados porque no te querrán dejar crecer…en cuanto empiecen a oler algo distinto pueden poder límites. Es medir todo el tiempo limites…”.

Kikis nos adelanta previo a nuestra despedida que llegará pronto el momento de escribir sus propio memorias “lo haré antes de mis 85 años, tiempo suficiente para vivir”, antes se enfocará en una función social que le apasiona, esa es su aspiración elegida.

“…Legislativamente hay muchas cosas hechas y dichas, necesitamos legisladoras que hagan cosas que hagan realidad lo escrito. Una propuesta, pero con impacto, que transforme, que trascienda. No soy fan del uso de la tribuna, no me interesa. Yo no sufro, ni me enemisto por usarla. Mis prioridades son otras, no es cuanto haces, nunca me ha interesado “ser la niña de la estrella”, no tengo esa vanidad.

La vida partidista es tan imperfecta como la vida misma, hay intereses, que incluso, no están en tu radar, que muchas veces trabajas para otros, más que para otras, que a veces le atinas , que no siempre ocurre…

De todo lo que he hecho en mi vida he descubierto que me gusta la política, me gusta, me reta y me agota.

En nuestra charla llegó la hora del café, es momento de cerrar nuestra conversación, me adelanta que el algún momento me compartirá “el voto” dado que no la tiene tranquila, de todo lo que ha votado hasta ahora, me parece adivinarlo.

Antes del postre que acompañará el café hablamos del libro que acaba de leer y le tiene cautivada “Open”, las memorias de André Agassi, un best seller donde el mejor tenista del mundo confiesa “que no le gustaba el tenis”, y aún así se convirtió en el mejor.

En ese momento pienso en “Kikis Magña”, la mujer que ha sido toda una revelación en su participación política a nivel estatal y nacional, y entonces recupero lo que el texto de Agassi destaca “…ese abismo, esa contradicción, entre lo que quiero hacer y lo que de hecho hago es la esencia de mi vida…”, es la Senadora a la que apenas hace algunos días uno de los lideres nacionales de su partido ya anuncia, apenas a seis meses de su desempeño en la Cámara alta, como una candidata natural a la Gobernatura de Guanajuato…atentas.


  • Iovana Rocha
  • Activista insistencialista, feminista de lo cotidiano y aprendiz de la prosa intimista. Escribo sobre las historias de vida de las otras mujeres como un acto de justicia y transgresión.

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