En Jalisco falta mejorar protocolos para personas trans

Este 31 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Visibilidad Trans y la calidad de vida de esta comunidad en el estado es tema pendiente.

Día Internacional de la Visibilidad Trans (Travesti, Transgenero, Transexual) en Jalisco (Cortesía)
Teresa Sánchez Vilches
Guadalajara /

En Jalisco, alrededor del 10 por ciento de la población pertenece a la comunidad Lésbico, Gay, Bisexual y Transexual. De acuerdo con un cálculo realizado en 2017 por el médico y sexólogo de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Osmar Matsui Santana, en la entidad había al menos 800 mil personas homo y bisexuales, y casi dos mil transexuales. Hoy, cuatro años después, en el estado falta trabajar en los protocolos para el proceso de transición de las personas trans, en la formación y en la sensiblización.


Este 31 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Visibilidad Trans (Travesti, Transgenero, Transexual) y la calidad de vida este sector de la población es un tema pendiente.

Para Martín Iván Murillo Cendejas, profesor en la licenciatura de Trabajo Social del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH) de la UdeG, ser trans pone al individuo en un lugar mucho más proclive para sufrir agresiones de muchos tipos: ser echados de sus trabajos, expulsados de sus familias o de sus círculos sociales. Esto hace que muchos realicen actividades solo para poder satisfacer sus necesidades más básicas.

En el estado es indispensable que haya protocolos cada vez mejor diseñados para que acompañen a personas que están en el proceso de transición: “Que haya un mayor grado de sensibilidad tanto para las personas que acompañan a personas trans como para todos los allegados a estas personas. Que haya un proceso formativo mucho más sensible y empático para que el proceso, la reivindicación y la salud mental y emocional de estas personas no quede perturbada ante la práctica discriminatoria sumamente brutal. Hay discriminación con consecuencias brutales o agresiones con un grado de crueldad enorme, dígase transfeminicidios con ese grado de crudeza. Que haya protocolos cada vez más eficientes para que se puedan llevar a cabo y dar el seguimiento necesario para que se dé el debido seguimiento. A casos de discriminación, a casos de violaciones que vayan ciertamente que vayan no solo contra la dignidad de las personas sino también que atenten contra su vida”.

Las personas transgénero son aquellas que no están conformes con la asignación médico-social que se les da cuando nacen y, en algún momento de su vida se da un replanteamiento de identidad, es decir, son individuos a los que por mandato social se les ha impuesto un proyecto de género y, ya sea en la infancia, en la juventud o en la adulta; hay una redefinición de los términos de su identidad, su corporalidad, su género, su nombre y de las distintas formas en como un ser humano se mueve en la vida.

Para Martín Murillo, es muy importante poner en contexto la palabra transgénero o trans: “Si bien el 31 d marzo es una fecha conmemorativa, da cuenta de la visibilidad que en términos sociales está pendiente. También es necesario matizar, ver algunos puntos concretos que encierra todavía la palabra porque cuando escuchamos la palabra transgénero parece ser una palabra muy abstracta, que no cuenta cuenta con los matices necesarios para saber a qué nos referimos con esto”.

Para entenderlo mejor, es necesario llevar a colación todas letras que conforman el acrónimo LGBTTTIQ+ (Lésbico, Gay, Bisexual, Travesti, Transgénero, Transexual, Intersexual, Queer), ya que hay una gran diversidad de orientaciones sexo-afectivas, identidades de género que, nombradas o no, están presentes. Existen y en algún momento se visibilizarán a partir de diferentes prácticas: “Lo transgénero se usa muchas veces como una categoría paraguas, es decir, una categoría que engloba diferentes identidades o expresiones de género, por esa razón, en el acrónimo que mencionamos, las tres T tienen esa función de mencionar a personas travestis, transexuales y transgénero”.

El académico de la UdeG explicó que cuando se intenta categorizar con cierta rigidez, de acuerdo con los cánones y deseos de cada grupo, se corre el riesgo de caer en una trampa que podría ser muy peligrosa, tanto en términos políticos como en términos jurídicos y médicos: “Actualmente muchas personas trans que están redefiniéndose constantemente desde diferentes autoridades médicas y jurídicas para que sus identidades sean vistas como válidas. Lo importante es que en Jalisco y en otros lugares ya ha habido un conjunto de prácticas afirmativas que permiten que las personas trans puedan llevar a cabo un registro de nombre sin mayor incoveniente. Y que estos trámites lo hacen válido no solamente para su presentación como personas, sino también para que puedan generar todos los trámites que requieran, como cualquier otra persona”.


El investigador destacó que en el estado se han hecho esfuerzos mayúsculos con el acompañamiento, la asesoría desde diferentes ámbitos y han dado respuestas muy afirmativas: “Tanto acompañamiento para que las personas puedan llevar a cabo su transición sin mayores complicaciones, como grupos de ayuda para que puedan dialogar con otras personas trans, con otras personas que, aunque no sean trans, están muy sensibilizadas ante la causa. Así como diferentes instancias y asociaciones que han trabajado codo a codo con personas que consideran que es muy importante poner en el centro la cuestión trans. Porque esto da señales de cómo está configurada nuestra sociedad”.

Apertura

Cada día hay más apertura, ciertamente, esto puede visibilizarse entre comunidades trans más jóvenes: “Gracias a los esfuerzos que llevaron a cabo activistas trans, que generaciones anteriores hoy en día estos grupos y estas conquistas han sido posibles, así que gracias a todo esto las personas trans gozan de más seguridad, gozan de más oportunidades y esto, eventualmente, para que las nuevas generaciones gocen de las y mejores oportunidades para poder vivir en el mundo, sin complejos, sin culpas, sin vivir desapego a su cuerpo y a su identidad”.

De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Discriminación de 2017, el 72 por ciento de la población mexicana mayor de 18 años considera que poco o nada se respetan los derechos de las personas trans y que el 41 por ciento de la población masculina no le alquilaría un cuarto a una persona trans. En el caso de las mujeres solamente el 35 por ciento dijo que no rentaría el espacio a alguien con estas características.

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​SRN

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