La vuelta de tuerca no cesa y ayer el gobierno de Estados Unidos amplió sus sanciones contra Rusia, al que calificó de “paria”, y de Bielorrusia, el inseparable socio de Vladímir Putin, en una acción que se suma a una treintena de naciones que generan la mitad de la riqueza en la economía mundial.
Y para dejarlo más claro ayer, desde muy temprano, la Casa Blanca detalló a través de un comunicado los propósitos de Washington en cuatro ejes, algunos de ellos adelantados por Biden el martes: primero, “responsabilizar a Bielorrusia por permitir la invasión de Ucrania por parte de Putin”; el segundo señala que buscará debilitar “el sector de defensa ruso y su poder militar en los años venideros”; el tercero pone en la mira “a las fuentes de riqueza más importantes de Rusia y, el cuarto, prohibir a las aerolíneas rusas entrar al espacio aéreo estadunidense.
Este anuncio se dio a horas del discurso del Estado de la Unión pronunciado por Joe Biden en el que advirtió, en alusión directa al jefe máximo del Kremlin, que “los dictadores deben pagar un precio”.
El documento estadunidense deja de lado el lenguaje diplomático y acusa a Rusia de haberse convertido “en un paria económico y financiero mundial” tras su decisión de invadir el territorio de Ucrania.
El gobierno estadunidense detalla en su hoja informativa entregada a la prensa que “unos 30 países, que representan más de la mitad de la economía mundial, han anunciado sanciones y controles de exportación contra Rusia” para aislarla del sistema financiero y comercial a escala internacional.
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Contra Lukashenko
Tampoco olvidan en Washington la ayuda de Aleksandr Lukashenko, gobernante bielorruso desde 1994, a las tropas rusas para invadir a la vecina Ucrania.
Por eso, la Casa Blanca anunció “restricciones radicales sobre Bielorrusia para ahogar su importación de bienes tecnológicos” estadunidenses y evitar que los exporte a Rusia.
Y en el salto de regreso a Moscú, el documento estadunidense recuerda que su objetivo es el “bloqueo total a las entidades de defensa rusas. El Departamento de Estado promete imponer duras sanciones al sector de defensa de Rusia para así debilitar la maquinaria bélica de Putin”.
Washington añadió ayer a sus sanciones a 22 entidades rusas que desarrollan armas de todo tipo, desde aviones de combate, vehículos de combate de infantería y sistemas de guerra electrónica, hasta misiles y drones.
Por su parte, el Departamento del Tesoro afirmó que las sanciones ya han pegado duro a los bancos rusos, afectando a 80 por ciento de sus activos.
Pese a que Biden ha evitado golpear a la industria petrolera rusa por las consecuencias dominó que generaría en el mundo entero, debido a que Moscú es el tercer productor de crudo, ya empieza a dar tímidos pasos en ese campo: ayer el Departamento de Comercio ordenó restringir exportaciones tecnológicas que favorezcan a su capacidad de refinar el hidrocarburo.
Y es que este miércoles temprano, Biden afirmó a los periodistas que “nada está descartado” al responderles sobre si el petróleo ruso puede ser el próximo objetivo de las sanciones.
Sin embargo, analistas señalan que sería una acción casi in extremis debido a la repercusión en los precios internacionales que terminarían por golpear a la gasolina en EU, cada vez más cara, y ante un panorama nada halagüeño en torno a una inflación galopante que se perfila como un verdadero escollo para los demócratas en las elecciones legislativas de noviembre próximo.
Desde luego, también están en la mira de la ampliación de sanciones algunos multimillonarios rusos cercanos a Putin.
Por eso, el escrito distribuido por la sala de prensa de la Casa Blanca afirma que “Estados Unidos y los gobiernos de todo el mundo están persiguiendo a los cómplices de Putin y a sus familias” con el objetivo de identificar sus bienes y congelar sus activos. Van por su ostentoso estilo de vida y Washington escarbará para dar con sus “yates, departamentos de lujo, dinero y otras ganancias ilícitas”.
Criptomonedas
Sin embargo, Occidente no quiere pecar de ingenuo y las luces de alarma buscan iluminar cualquier recoveco por el que Rusia pueda evadir las sanciones y tener un respiro económico.
Por eso ayer, Europa ya advirtió que analiza cómo puede evitar que Moscú se refugie en las criptomonedas.
Bruno Le Maire, ministro de Economía y Finanzas de Francia, aseguró que la Unión Europea trabaja al respecto: “Tomaremos disposiciones sobre las criptomonedas, que no deben ser usadas para sortear las sanciones financieras decididas”.