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Conoce 'Pepinole' la salsa seca que desde Pachuca llega a Europa y Estados Unidos

Es un producto 100 por ciento natural cuyo promedio de vida es de un año a la sombra

Alejandro Evaristo
Pachuca /

Es un verdadero orgullo ser mexicano. La enorme e icónica cantante Chavela Vargas pronunció una de las frases más contundentes de todos los tiempos porque ella, aunque era originaria de Costa Rica, tuvo a bien hacer de la nuestra su tierra y no perdió oportunidad de recordar a propios y extraños que “los mexicanos nacemos donde se nos da nuestra rechingada gana”.

Otra característica de quienes hemos recibido la bendición de habitar estas tierras, es esa extraña afición por agregar picante a todo tipo de cosas que comemos o bebemos, como frutas, dulces, sopas y cervezas, entre otros manjares que sólo nosotros aprendemos a disfrutar de esa forma y en cualquier cantidad.

En nuestro país hay una enorme variedad de chiles, alrededor de 64, y es por ello que cerca del 90 por ciento de chile que se consume en el mundo es originario de acá, aunque también se llegan a producir en menor escala en lugares como China, Indonesia, Turquía, España, Estados Unidos y Nigeria, entre otros.

No es gratuito entonces usar este alimento para iniciar un negocio, como lo hicieron los amigos de Pepinole, una salsa a partir de pepita, ajonjolí y chile seco.

Una ilusión

María del Rosario Maldonado Jiménez es la responsable de esta aventura iniciada hace ocho meses y en la que también se embarcaron su esposo, Jesús Gallego, su hijo Jaime Gallego y su nuera Gabriela Morán, cuatro personas originarias de Pachuca que crearon y creyeron en esta ilusión, como ella le llama.

Pepinole, explica con emoción, es una salsa seca que “se puede usar para poner encima a las pizzas, a los huevitos estrellados, a la pechuga de pollo, a cualquier alimento, a los frijolitos, al pescado, además lo puede usar también para las frutas, para las verduras, cualquier alimento al que se lo pongan lo va a enriquecer saludablemente”.

Rosario dice que la pepita y el ajonjolí tienen muchas propiedades gracias a sus nobles cantidades de zinc, calcio y omega, entre otros, “entonces se está consumiendo algo muy delicioso y muy nutritivo, no tiene conservadores y es 100 por ciento natural”.

Ellos cuatro la hacen y se encargan del proceso y todo nació porque es una salsa cuya receta les fue transmitida por su suegra, es una receta familiar de origen veracruzano que viene de antaño y que han probado en familia: “mi hijo fue el que tuvo la idea y la creatividad de emprenderlo como negocio”.

Este es su primer emprendimiento como familia y antes de ello se dedicaban a sus propias actividades, como Jaime, quien es licenciado en Comunicación, pero vio esta oportunidad que afortunadamente les ha dado buenos resultados, porque su producto ha sido bien recibido.

Ocho meses han pasado desde que iniciaron y ya venden en una famosa tienda de conveniencia originaria de Hidalgo, en tiendas naturistas y también en bazares tanto en la ciudad de Pachuca como en lugares cercanos, como Huasca, donde hay un bazar muy grande: “estamos empezándonos a extender, hay otro bazar en Avenida Revolución, donde también estamos, y acudimos a otros en otros lugares de la ciudad”.

Todo un éxito

Una enorme y contagiosa sonrisa aparece en el rostro de Rosario cuando habla de los lugares hasta los que su producto ha llegado y lo dice con todo orgullo: “nuestro pepinole se ha ido para diferentes partes del mundo: se ha ido a Noruega, se ha ido a España, se ha ido a Francia, se ha ido a Polonia, a Nueva York, y acá en México a diferentes partes de la República. Es un éxito”.

Dice que quienes prueban su producto les encanta y se lo han puesto a una enorme variedad de alimentos para enriquecer su sabor, aunque también es ideal para empanizar, porque se puede revolver con pan molido y queda delicioso lo que prepare.

Pepinole tiene tres presentaciones: una sin chile, otra con poco chile y otra con más chile. “hay para todos los gustos porque hemos visto que a los niños también les gusta mucho. Entonces tenemos sin chile para los niños y se lo llevan en su lunch, se los pone la mamá a su fruta o la verdura, lo que les mande, y les está mandando algo muy saludable”.

Cada frasco de 100 gramos tiene un precio normal de 120 pesos, pero a veces lo ofrecen en precio promocional de 100 pesos. “Es un producto artesanal que lleva mucho cuidado elaborarlo, pues hay que limpiar muy bien la pepita y el ajonjolí, es un proceso minucioso, se asa y luego ya se pasa todo al molino. No tiene conservadores, es algo que hay que recalcar porque es un producto 100 por ciento natural cuyo promedio de vida es de un año a la sombra, porque si se asolea pues va perdiendo su color, pero si está a la sombra se conserva mejor”.

Personas de todas las edades han disfrutado su salsa seca, dice, y si han regresado es porque les ha gustado el producto, aunque a decir verdad son las amas de casa quienes más se acercan.

Rosario aprovecha para enviar un mensaje a quienes tienen esta inquietud por iniciar un negocio propio: “decirles que es muy bonito hacer algo por nosotros mismos. Y es muy prometedor. Y tiene una libertad increíble de ser su propio jefe. Y además hay mucho apoyo en la Secretaría de Economía aquí en Pachuca, en el estado de Hidalgo. Hay mucho apoyo para todos los emprendedores, que se acerquen ahí si quieren emprender con algún producto y los van a ayudar a salir adelante”.

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