Double Fine es uno de los estudios indies más venerados por los videojugadores y es que, su fundador y director, Tim Schafer, ha sido el responsable de crear algunas de las joyas digitales más icónicas de la industria; a él le debemos títulos como Maniac Mansion, The Secret of Monkey Island, Grim Fandango y Psychonauts entre muchos otros. Por eso, al saber que RAD sería obra de su estudio, muchos fans se emocionaron de inmediato.
Lo que estos fans olvidan es que también ha sido responsable de crear otros juegos que en papel, iban a ser un trancazo y al final, terminaron por obtener calificaciones mediocres, como el decepcionante Brütal Legend.
RAD está situado justo entre ambos casos pues tiene detalles genuinamente atractivos que te harán decir “¡Vamos adelante con la aventura!” y otros detalles que de plano harán que te harán gritar profanidades al cielo.
RADicalmente retro futurista
La historia ya la han escuchado antes: En el futuro, la raza humana provocó un apocalipsis donde miles de millones murieron y el mundo quedó a merced de los más fuertes solo para tener que pasar por un segundo evento apocalíptico donde las mutaciones se convirtieron en el pan de todos los días.
Es en este nuevo mundo lleno de mutantes y tecnología “ancestral” que ocurre la aventura. Tu tomas el control de uno de los distintos jóvenes aventureros que debe explorar las tierras infestadas de mutantes para tratar de restaurar el poco orden que queda y salvar a la humanidad.
La dirección de arte está muy enfocada en elementos ochenteros, hay muchas colores neon, peinados de la época y hasta los ítems nos recuerda a esa década, en lugar de dinero utilizas cassettes y el lugar de llaves para abrir cofres usas disquetes floppy de 5 ¼ (si naciste después de 1990 probablemente no los conozcas).
La música también es parte importante del juego y al salir a explorar y escucharla, invariablemente nos remonta a caricaturas como He-Man, los Thundercats o los Halcones Galácticos aunque también nos hace recordar series como Magnum P.I. y el Auto Increíble.
Para quienes fuimos niños en esa época, RAD nos hace recordar lo mágico que era tener una consola de videojuegos, lo asombrosas que fueron muchas de las películas y los creativo de muchos juguetes.
Esto ya lo jugué antes
En realidad, RAD no es un juego complicado, de hecho el sistema de juego se parece bastante a The Legend of Zelda. Exploras mundo, encuentras dungeons, tiene corazones que indican cuánta vida te queda, usas ítems para curarte y hay gente que te vende cosas todo el tiempo, si, de verdad que en eso se parece mucho a los juegos de Zelda clásicos.
Desafortunadamente, por alguna extraña razón, el equipo de Double Fine dio por hecho de todos sabemos todo acerca de RAD, así que jamás te explican cómo funcionan los poderes especiales y cómo aprovecharlos al máximo.
Tampoco te explican cómo progresar, simplemente te avientan a los lobos y tu debes de ir averiguando qué hacer y cómo hacerlo, y no es que sea muy complicado, pero un jugador casual puede no saber qué hacer al principio porque además, los niveles se generan al azar, así que cada vez que regresen les habrán movido todo de lugar.
Otro detallito negativo es que RAD depende más de la suerte que de la habilidad para avanzar. Si al explorar tuviste la suerte de que el mapa te pusiera todo cerca del inicio, pues ya la hiciste, pero si no, tendrás que enfrentar a muchos enemigos antes de poder llegar al jefe o dungeon.
Después de mucho jugar irás ganando habilidades que te ayudarán a sortear mejor los peligros, pero en lo que llegas a ese punto, tu mejor arma será la infinita paciencia y amor por el juego.
Si lo parchan, quedaría mucho mejor
RAD no es un mal juego pero definitivamente puede ser un tanto desesperante. Si deciden lanzar un parche para agregarle más instrucciones, ayudas visuales y alguna que otra ayudadita para el videojugador casual, la experiencia cambiaría por completo y hasta mejoraría su calificación (aunque en realidad, nosotros nunca ponemos).
lnb