Investigadores en neurociencias en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), del IMSS y del Instituto de Neurología descubrieron que la planta Toronjil Morado (Agastache mexicana), utilizada como aromatizante en té, podría convertirse en un fármaco capaz de reducir no sólo las crisis epilépticas, sino de recuperar la funciones perdidas y conectar las neuronas cuando se presenta un traumatismo cráneo-encefálico.
En entrevista con MILENIO, Eduardo Calixto González, médico cirujano y doctor en neurociencias por la UNAM, explicó que a través de las investigaciones efectuadas con la planta se logró conectar las neuronas no lesionadas y que estás suplieran las funciones perdidas.
"El equipo científico aisló las propiedades de Toronjil Morado y encontró que tiene los mismos efectos que hace la vitamina E y D", dijo.
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Las propiedades de dicho flavonoide, término genérico con que se identifica a una serie de metabolitos secundarios de las plantas, “le pusimos, por su estructura, siete glucosila acacetina".
“Para aislar la molécula debimos reunir 40 kilos de planta. Sacar sólo dos gramos de esta molécula y después aislarla, purificarla, introducirlo en una rata de laboratorio, cuyo cerebro, aunque no lo crean, se parece en un 95 por ciento a nuestro cerebro.
“Colocamos electrodos en el cráneo de la rata de laboratorio y vimos la actividad electro- encefalográfica, después analizamos las millones de neuronas funcionando y si se daba el proceso de recuperación”, platicó.
En México somos los únicos en el mundo que logramos extraer de uno de los hemisferios un pedazo del cerebro de la rata y registrar con electrodos la zona que se está lesionando; estudiar cómo ese flavonoide inhibió las crisis epilépticas, y más aún, comprobar que el roedor se recuperó en un tiempo record.
“Al otro día, este roedor, ya estaba caminando y cada día que pasaba lo hacía más rápido. Su capacidad de recuperación se comparó con las ratas que no recibieron el flavonoide”, indicó.
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Eduardo Calixto González destacó que con el flavonoide el hemisferio se activó de manera inmediata y se mandó la señal al otro lado del hemisferio cerebral, que no recibió ningún golpe y no se le quitó rebanada alguna, para recuperar las funciones que se perdieron.
“Contamos la neuronas y nos dimos cuenta que el flavonoide protege al cerebro. Es decir, ese té que nos daban las abuelitas para que te duermas y tranquilices, en especial el Toronjil Morado, es un flavonoide que ayuda a proteger el cerebro y aún más a conectarlo, y si hay lesión, disminuye o reduce a tiempos cortos su capacidad de regenerarse”, comentó.
La molécula, precisó, trabaja en las membranas de las neuronas cambiando la “irregularidad neuronal” y esto “nadie lo había podido hacer, y nosotros los logramos con tecnología mexicana, con dos grupos de investigación que se unieron, uno del Instituto Mexicano del Seguro Social y el otro de Instituto Nacional de Neurología”, dijo.
De modo que este flavonoide además “de ayudarnos a dormir, puede ser un anti-epileptico y ayuda a regenerar un cerebro dañado, en otras palabras, con tecnología mexicana tenemos hoy la posibilidad de que un hospital hay una persona con un traumatismo cráneo-encefálico, que no le podamos ofrecer nada, tenga la opción de usar este flavonoide para recuperar la función perdida y conectar neuronas”.
"Hasta ese entonces el Toronjil Morado formaba parte de la herbolaria mexicana cuyos usos se limitaban a fragancias, adornos vistosos y ciertos efectos sedantes", resaltó el miembro activo de la Society for Neuroscience y de la Sociedad Mexicana de Ciencias Fisiológicas.
Sin embargo, ese escepticismo se convirtió en un proyecto dirigido a desarrollar un fármaco que actuará como un neurotransmisor frente a severas afectaciones cerebrales.
Eduardo Calixto González nació en la Ciudad de México en 1969 y es miembro del Sistema Nacional de Investigadores del CONACYT, investigador y jefe del Departamento de Neurobiología del Instituto Nacional de Psiquiatría "Ramón de la Fuente Muñiz" de la Secretaría de Salud.
FLC