Adaptan obras de teatro al lenguaje de señas

La actriz Xannery Castellanos y el profesor Jerry Bretón emprendieron este proyecto juntos desde 2018.

Su trabajo consiste en entender una pieza para poder transmitirla al público sordo; no es simplemente hacer una traducción literal. (Foto: Especial)
Ciudad de México /

Desde hace décadas Xannery Castellanos y Jerry Bretón enfocaron sus vidas a aprender la Lengua de Señas Mexicana (LSM) y ahora acercan el arte al público de la comunidad sorda, interpretándole, doblándole, recreándole obras de teatro, como Las Meninas, o de pintura en recorridos por los museos.

Cuentan en entrevista que su trabajo consiste en entender una pieza teatral, por ejemplo, para poder transmitirla al público sordo, porque no es simplemente pararse y hacer una traducción literal de lo que el actor o el personaje está diciendo en escena, sino que su labor implica recibir el guion, desmenuzarlo, hacer una traducción del español a la LSM, porque la cultura del sordo es diferente a la de los oyentes.

“Hay chistes, palabras o frases que no tienen traducción, y tenemos que buscar la frase correcta para que los sordos la entiendan. En Las Meninas tenemos que hacer el trabajo de adaptación, hay muchas palabras que no son literales a la hora de traducción y tenemos que explicar a los sordos todo el contexto. Lo padre de esta obra es que habla de personajes que la historia oficial de la SEP (Secretaría de Educación Pública) nos ha enseñado que son villanos y nosotros tenemos que contar a los sordos que estos villanos fueron personas como tú y como yo, con virtudes y defectos”, explica Bretón.

“Muchos de los sordos que van a las funciones no han tenido la oportunidad de asistir a la escuela; hemos platicado con ellos y no conocen la historia, por lo que ir a las funciones es muy importante para nosotros porque hacemos un trabajo de investigación junto con el director Luis Huitrón, quien es historiador y nos da pláticas en las que nos explica todos los personajes para que podamos transmitírselos al público sordo, es un trabajo muy arduo”, agrega el traductor a lengua de señas.

Las Meninas. Cortés, nuestro primer villano, serie de espectáculos históricos creada por Huitrón y dirigido por Hugo Serrano, empezó temporada desde agosto en funciones los jueves, a las 20:45 horas, en el teatro Milán, y el 8 de septiembre contó con una función extraordinaria e inclusiva para público sordo y oyente.

Desde la temporada pasada con Las Meninas. Maximiliano & Carlota, mártires del Imperio, Castellanos y Bretón ya habían tenido una función de prueba, y ahora vuelven con Cortés, que concluye su temporada el jueves 22 de septiembre.

Castellanos interpreta a los personajes que encarna Gina-Alma María (entre ellos La Malinche) y Bretón a los de Escorcia-Tía Cecilia y Huitrón-María Bárbara, entre otros al conquistador Cortés. Agregan que el público sordo que los sigue ha ido creciendo.

La colaboración teatral de ambos intérpretes se inició en 2018 con obras infantiles en la escuela Aprendiendo LSM, donde se iniciaron en ese idioma, y al año siguiente pasaron al teatro comercial, con la compañía Puño de tierra, de Fernando Bonilla y Valentina Sierra, en el montaje de Una bestia en mi jardín, un drama sobre migración que tuvo temporadas en los teatros Isabela Corona y del Cenart.

A partir de ahí se involucraron con otras productoras, como Full Feeling, de Erika Amador, con quien participaron en Los cuentos de la Sra. Claus, en el teatro Enrique Lizalde. También han trabajado con empresas especializadas, como Seña y verbo: Teatro de Sordos, fundada en 1992 por Alberto Lomnitz.

Xannery Castellanos destaca que desafortunadamente el Estado mexicano no ofrece una educación bilingüe y la mayoría de la comunidad sorda en el país, de 2.3 millones de personas (según Inegi), tiene acceso restringido a la educación; y apenas unos 195 son usuarios de la lengua de señas mexicana.

“Sí podemos decir que (los sordos) es una cultura analfabeta desafortunadamente; son contados los que llevan una educación y eso con base a un gran esfuerzo económico por parte de los padres. Que nosotros nos involucremos en ese tema histórico nos permite acercarlos a lo que es la historia de México de una forma también divertida. Además, tenemos que estudiar el tema, no nos podemos quedar solamente con el libreto sino que tenemos que ponernos a estudiar, en este caso a Hernán Cortés, lo que nos facilita material para hacer así una buena traducción”, expone Castellanos.

“Son dos pasos: traducción e interpretación. Estamos hablando de dos idiomas completamente diferentes, el español y la LSM. Desafortunadamente, hay poca información acerca de la cultura sorda, como se le denomina. Tenemos que hacer esa adaptación, ya que hacemos una traducción de una lengua, entonces viene nuestra interpretación que involucra varios aspectos, como las expresiones facial y corporal y la mímica, que también se usa mucho (con otro nombre en el contexto de la LSM, pero finalmente es la mímica). Empleamos varias estrategias para dar un buen mensaje al sordo, aparte de hacerlo divertido para ellos, es un gran trabajo para el que nos dan mes y medio para desarrollarlo, estudiarlo, traducirlo, interpretarlo y expresarlo en lo que dura la obra”, agrega la intérprete y actriz.

Castellanos y Bretón explican que se han preparado en el teatro y han trabajado con compañías que les dan clases para mejorar sus actuaciones y expresiones, porque en una obra como Las Meninas, si el personaje llora, tienen que llorar con él; si ríe, tienen que reír; si está enojado, el público sordo debe entender que está enojado, o si está riendo pero, en realidad, llora, ellos deben transmitir lo mismo.

“Nosotros, físicamente, somos el tono de voz del oyente. Nosotros como oyentes interpretamos muy bien el tono de voz, si está triste, enojado, deprimido, tenemos que darle ese tono”, abunda Castellanos.

—¿Qué es más difícil: interpretar a los personajes de Las Meninas o al presidente Andrés Manuel López Obrador en las conferencias de prensa “mañaneras”?

“Híjole. Te voy a poner un ejemplo: si yo te digo: “Rosa...” ¿qué te viene a la mente? Y si te digo “Rosa tiene tres años…? Ya cambió, puede ser una niña. ¿Y si agrego (Rosa tiene tres años) trabajando en el IMSS…? Ya se convirtió en grande, ahora ¿quién es? ¿Y (Rosa tiene tres años trabajando en el IMSS) vendiendo quesadillas…? Pues ya te cambió toda la idea desde que ibas empezando”, expone Bretón.

“La verdad, los intérpretes de La Mañanera son unos grandes maestros, porque nuestro presidente habla así (en pausas). Muchos nos han dicho que ha de ser bien fácil interpretar al presidente porque habla muy despacio, y en realidad no. Para hacer una traducción tenemos que esperar a recibir todo el mensaje, toda una idea. Si yo digo: ‘Rosa tienen tres años trabajando en el IMSS vendiendo quesadillas’, ya te puedo hacer toda una traducción. Pero, si te lo voy diciendo en partes, como habla nuestro presidente, tú ves las caras de los intérpretes de LSM de La Mañanera; ya se acostumbraron, pero la sufren mucho. Han inventado señas nuevas a raíz de esto, porque no existía el ‘Canalla, canallín’, o el ‘me canso ganso’, y con esa información nos han dado clases, se han hecho videos y se mandan a la comunidad sorda y nos van diciendo por qué decidieron hacer una seña que para los oyentes es muy fácil entender, pero los sordos no te entienden los dobles sentidos, los refranes hay que explicárselos; las metáforas tampoco las entienden, y las canciones están llenas de metáforas y tenemos que aterrizar la idea, qué es lo que quiere decir la canción, por qué se escribió así”, agrega Bretón.

Ni él ni su compañera tienen familiares sordos, decidieron aprender LSM porque les parece una lengua maravillosa, que los conmueve cuando, por ejemplo, Bretón vio en un video de YouTube a un padre interpretarle una canción a su hija en LSM. Pero, también porque quieren que la comunidad sorda acceda a expresiones artísticas, como el teatro, a la historia, como con Las Meninas, y a exposiciones.

“Me inicié en 1991 cuando estaba estudiando en la UNAM y entré al teatro. Ninguno de los dos tenemos familiares sordos, fue por casualidad que llegamos al LSM. Empecé con una obra llamada Tarzanita, para un público infantil, que se emocionaba, que gritaba (porque hay un mito, mucha gente les dice ‘sordomudos’, pero en realidad son solo sordos, pueden expresar sonidos y algunos están oralizados y hablan). También hacemos guías en museos, donde podemos expresarles las obras de pintura, principalmente. Es muy padre como reaccionan con las interpretaciones, por ejemplo, en el Museo de Historia Natural, donde sordos pueden ver, pero no entienden, eso nos anima”, dice Bretón.

Ahora colaboran con la escuela Alas de las Artes, que tiene convenios con el Palacio de Bellas Artes y con la que promueven recorridos por exposiciones de pintura en el principal recinto cultural del país.

Castellanos subraya que los sordos en México, además del poco acceso a la educación que les brinda el Estado e incluso las empresas privadas, tampoco tienen muchas posibilidades de recreación.

“Si no tienen acceso a una escuela bilingüe, menos a la recreación. Es muy importante la inclusión. Aquí abarcamos a dos grupos de culturas: la oyente y la sorda. Nos acercamos a la oyente para sensibilizarla, que ellos tengan primero la curiosidad de aprender (la LSM), que poco a poco vayamos siendo una sociedad inclusiva. Siempre he pensado que todos deberíamos manejar tanto la lengua oral como la señada, todos los humanos deberíamos hacerlo; eso es lo que nos interesa de la inclusión, el sensibilizar al oyente para que conozca, se involucre, se incluya, y acercar a la cultura sorda a nuestro mundo oyente. Nosotros venimos siendo un puente de comunicación entre ambas culturas”, sostiene.

Además, han colaborado con personas con discapacidad visual, porque incluso hay sordociegos.

“Trabajamos con la compañía teatral Teatro Ciego. También, el Centro Cultural España, antes de la pandemia, manejaba mucho el trabajo sobre ciegos, tenía recorridos con personas sin esa discapacidad, a quienes vendaban los ojos para que entendieran la experiencia de los ciegos y se sensibilizaran. Curiosamente hay más apoyo para ciegos que para sordos, porque la sordera es una discapacidad que no se ve; a los ciegos los identificas de inmediato, pero a los sordos no”, apunta Jerry Bretón.

Sostiene que es necesario más difusión sobre la discapacidad auditiva, en especial en espectáculos.

“Hay personas sordas con hijos oyentes que quieren ir a ver una película infantil, y no tiene subtítulos. Hay 2.3 millones de sordos en el país (de casi 130 millones de personas en la población total), y solo 195 mil son usuarios de Lengua de Señas Mexicana, una cantidad ridícula; el resto de la población sorda no tiene acceso a servicios básicos como ir al médico, al banco, a cosas cotidianas. Además, el 50 por ciento de los sordos son mayores de 60 años. Hace falta que se difunda más el tema, ahora ya puedes poner subtítulos en la televisión, pero la gramática del español y la de la LSM son muy distintas; entonces, aunque tenga subtítulos, en la comunidad sorda muchos no entienden”, agrega Bretón.

PCL

  • José Juan de Ávila
  • jdeavila2006@yahoo.fr
  • Periodista egresado de UNAM. Trabajó en La Jornada, Reforma, El Universal, Milenio, CNNMéxico, entre otros medios, en Política y Cultura.

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