Día de Muertos es un momento para reconectar con nuestras tradiciones y legado histórico. Esta fecha guarda un pasado no solo prehispánico, sino también de intervención católica española, algo que tiene muy claro el escritor Enrique Ortiz, quien en su nueva novela se encarga de develar un periodo en que los conflictos e intercambios cambiaron el rumbo de México.
En su tercera entrega literaria bajo el halo histórico, el escritor presenta “La Última Victoria Mexica: una novela sobre la Noche Triste”, un trabajo de largo aliento en el que Ortiz vuelve a demostrar por qué más que un novelista es un divulgador histórico.
En entrevista con MILENIO comparte las razones por las que su obra se encarga de desmitificar la gran derrota de Hernán Cortes.
- Te recomendamos Christian Duverger presenta a un Hernán Cortés más humano Cultura
El trabajo de Ortiz mezcla hechos históricos y personajes de ficción que le dan una perspectiva fresca a la historia que ya conocemos o mejor dicho que desconocemos. Al pasar las páginas un rodelero español, una doncella mexica y un guerrero tenochca guían a lector por una crónica vivida que comienza en la Matanza de Tóxcatl perpetrada por Pedro de Alvarado y sus aliados tlaxcaltecas en 1520 hasta los hechos de la Noche Triste.
“Los personajes principales son aquellos hombres y mujeres que vivieron estas guerras y masacres en las calles de Tenochtitlán. Es una crónica llena de combates, de batallas y también de intrigas políticas, porque recordemos que Cuitláhuac y algunos líderes mexicas estuvieron en contra de las decisiones de Moctezuma sobre recibir en paz a Hernán Cortés y a sus hombres, a partir de ese 8 de noviembre de 1519”, dijo Ortiz.
Personajes de a pie
El también autor de “Las águilas de Tenochtitlán” comparte que, si bien se han escrito “ríos de tinta sobre la conquista”, poco se ha escrito sobre algunos pasajes que no impliquen la presencia o protagonismo de Cortés, y es que no centra su relato en este personaje, sino en los conflictos internos mexicas y españoles, pero también en el encuentro de dos mundos distintos en los ojos de tres personajes.
“Siempre se escribe de aquellos de los grandes líderes, de las grandes figuras históricas, pero pocas veces el escritor, académico o divulgador se enfoca en las personas de a pie, si nosotros hubiéramos vivido hace 500 años, pues no hubiéramos sido Moctezuma, Cuitláhuac o Cortés. Hubiéramos sido tenochcas y vivido en una pequeña población alrededor de Texcoco o de Tacuba o de Tepotzotlán”.
“Hubiéramos tenido que luchar día tras día para conseguir el sustento, para alimentar a nuestras familias, para obtener lo básico, ya era una vida muy difícil en aquellos años. Ahora imaginemos que, como pobladores comunes, te enteras de las masacres que van cometiendo estos hombres barbados y finalmente llegan a tu ciudad”, comparte.
Ortiz asegura que el objetivo de este tercer trabajo se encarga de colocar al lector en los zapatos de esos personajes de a pie y en qué periodo histórico. Un viaje que a través de las páginas detalla batallas e intrigas políticas.
“Quiero que el lector viva y coma lo que comían los soldados de Hernán Cortés o los guerreros de Tenochtitlán”.
Una novela militar
Para Ortiz su novela no se centra en demostrar si había héroes o villanos, comparte a MILENIO que parte del factor diferencial de “La Última Victoria Mexica” (Grijalbo, 2023) sale de su carácter militar y vivencial.
Un trabajo que le costó un año y medio de documentación para detallar indumentaria, y hasta el lenguaje adecuado de las piezas de artillería y armadura.
Ortiz relata las realidades del Mundo Mediterráneo y del prehispánico. Se trata de una novela donde se comparte el enfrentamiento cuerpo a cuerpo de los mexicas contra los soldados que portaban espadas de acero Vizcaíno, y cómo esta desventaja armamentística, orilló a los pueblos originarios a elaborar tácticas militares de ataque a distancia con hondas, flechas y dardos, como si se tratara de un vestigio histórico del ingenio mexicano.
“El 80 por ciento de los nombres que aparecen aquí son de conquistadores reales, Pero que, por una u otra razón, no son mencionados en los libros de historia. El temperamento del propio Moctezuma, de Cuitláhuac o de Pedro de Alvarado y la gran lista de lugartenientes que aparecen en ella todos existieron, a excepción, tal vez solamente de nuestro protagonista es el capitán de rodeleros, Gonzalo”.
- Te recomendamos Un Elvis versión catrín: conoce el trabajo de 'Wymithan' y su muestra de catrinas en CdMx Cultura
En contra de la reivindicación histórica
Para Enrique Ortiz el camino de esta novela es claro: no busca que su obra se vuelva monolítica como los libros de texto o los textos académicos de historia, tampoco es la crónica del bloque europeo contra el indígena, sino que detalla los conflictos y purgas dentro de las filas de los mexicas y también la alianza de tlaxcaltecas con españoles.
“Últimamente y de repente el gobierno ha querido cambiar este periodo, reasignando nuevos nombres a calles, fechas y monumentos, como sucedió con la propia Noche Triste, que pasó a ser Noche de la Victoria” afirma Ortiz.
Como divulgador histórico, Ortiz señala que no se cambia o modifica nada en la historia con la sustitución de esculturas, nombres y nombramientos. Afirma que la mejor manera de evitar que se repitan las atrocidades cometidas en el pasado es conocer nuestra historia a través de la lectura.
“Entre más estudias un periodo histórico y sus personajes, sus protagonistas, menos espacio tienes para juzgar a ellos y las acciones que se llevaron a cabo, entre más conoces el contexto, más te acercas al mundo en el que nacieron, vivieron y murieron”
“Entonces creo que no vale la pena juzgar o sesgar la historia, eso que los gobiernos han hecho a través de siglos en todos los países y México, ¿Para qué sesgar la historia?, mejor darla a conocer como realmente fue y desde diferentes puntos”, añadió.
El mito del Árbol de la Noche Triste
Con respecto a este vestigio histórico que se encuentra ubicado en la calzada México-Tacuba en la colonia Popotla de la alcaldía Miguel Hidalgo, El escritor de “La Última Victoria Mexica” comparte que, si bien se ha tratado de mantener intacto, ha sufrido 3 grandes incendios:
“El primero ocurrió la noche del 2 de mayo de 1872 y en el que el fuego se extinguió el fuego hasta el 3 de mayo; El segundo incendio fue en 1972, del cual se desconoce la causa, posiblemente personas que lo vandalizaron o algún ebrio, no alguna persona en situación de calle y el último gran incendio, el que acabó con el árbol, fue el 10 de enero de 1980, fue el que lo dejo carbonizado y al borde del colapso”
“Hernán Cortés no lloró en ese árbol, eso es una versión del siglo XIX, ninguna fuente del siglo XVI, nadie en el Códice Florentino menciona esta versión de que lloró al pie de un ahuehuete. Esto es parte de un mito, una leyenda que se creó”, finalizó.
CHZ