Cándida Fernández de Calderón, directora de Fomento Cultural del Banco Nacional de México, presentó dos libros catálogos con nuevos estudios sobre arte virreinal, basados en las exposiciones: Biombos y castas. Pintura profana en la Nueva España y Joyas de la Pinacoteca de la Profesa. Dos congregaciones y una colección, acompañada de Pedro Ángeles y Rogelio Ruiz Gomar, del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM.
“Con proyectos de investigación académica para la realización de programas, y contribuir en la conservación de nuestro patrimonio cultural, en el transcurso de las últimas décadas en el ámbito de la pintura la investigación académica, hemos podido contar con la participación para ello también la colaboración de Europa y de los Estados Unidos para una mejor difusión y un mayor conocimiento y apreciación de la pintura virreinal”, indicó Fernández, durante una conferencia celebrada en el Palacio de Iturbide.
Explicó que su propósito con la realización de exposiciones y publicaciones, como éstas, en primer lugar, es valorar el arte en los procesos históricos, junto con el reconocimiento de sus pintores, por medio de difusión de circuitos académicos y expositivos para reiterar su importancia en la historia occidental.
“Presentamos ambos proyectos, con la finalidad de fomentar la investigación y valoración. Para ello, sumamos programas específicos de restauración, en este caso de la Profesa y su acervo. La investigación reunió 45 obras de la colección del Oratorio de San Felipe Neri, en la ciudad de México, construido por Pedro Arrieta en la primera del siglo XVIII”, explicó Fernández de Calderón.
Relató que, con los patrocinios de la Compañía de Jesús, se tuvo el primer inmueble y la colección que comenzó en 1771, cuando recibieron obras de Cristóbal Villalpando.
Cuando se pensó en la exposición que dio origen a este libro que ahora se presenta, se emprendió un proyecto con un programa de conservación para restaurar algunas obras. Se intervinieron 22 piezas y se realizó un trabajo profesional de restauración, bajo la coordinación nacional de restauración del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
El catálogo de la muestra Joyas de la Pinacoteca de La Profesa. Dos congregaciones y una colección, muestra 45 de las 214 obras que integran el acervo virreinal de la Pinacoteca de la Profesa, incluyendo 22 que han sido restauradas con el apoyo del Fomento Cultural Banamex. Fue una muestra que presentó obras de gran relevancia para la pintura novohispana y se dividió en seis núcleos temáticos, que exploraron la iconografía jesuita y filipense, la vida de Cristo, la imaginería mariana y representaciones de santos.
Por otro lado, el libro Biombos y castas. Pintura profana en la Nueva España ofrece una visión del arte novohispano a través de dos tipos de obras: biombos y pinturas de castas.
Los biombos, muebles de gran tamaño formados por hojas plegables, eran utilizados por los pintores de la Nueva España para plasmar escenas de historia, mitología y vida cotidiana. En tanto, las pinturas de castas representan las posibles mezclas entre las diferentes razas que componían la sociedad novohispana, así como sus vestimentas, costumbres y entornos. En su momento, la exposición presentó nueve biombos y 46 representaciones de castas de los siglos XVII y XVIII.
Fernández de Calderón destacó los nuevos estudios especializados en la historia económica y social, bajo el título, los cuadros de castas, cultura material, indumentaria, consumo y modernidad en la nueva España del siglo XVIII, en el que se analizan temas como la utilidad del arte para la historia social y económica.
“El consumo como medio de promoción social y los bienes orientales en la nueva España, seguido de un apartado de conclusiones sobre la Nueva España como pionera de la revolución del consumo de occidente”
Con lo que se puede concluir, enfatizó que se pone de manifiesto el carácter pionero de esta región y de su metrópoli, como una ciudad cosmopolita en el intercambio de bienes de consumo. Como sus autores afirman, esta tipología de pintura de castas se da en la primera ciudad, verdaderamente globalizada en occidente, gracias al comercio interoceánico a través del tornaviaje de La Nao de China, dando paso a una cultura masiva de consumo.
De tal suerte, subrayó, no sólo los indígenas y los españoles hicieron prosperar la nueva tierra. Los descendientes de diversos pueblos africanos también ocuparon un notable lugar en la conformación de esta sociedad.