Kristin Ross: la lucha como manera de habitar

Ensayo

En su libro ‘La forma-comuna’, la escritora estadunidense devela las conexiones poco evidentes entre la Comuna de París y el Mayo francés.

Kristin Ros, especialista en literatura y cultura francesa de los siglos XIX y XX. (Mediapart)
Carlos Illades
Ciudad de México /

Kristin Ross (1953), autora de títulos notables acerca de la Comuna de París y del Mayo francés, en La forma-comuna. La lucha como manera de habitar (Virus, 2024) devela las conexiones poco evidentes de la una con el otro, de ambas con las luchas contemporáneas por el territorio en distintos espacios geográficos y de Marx con Kropotkin. La comuna es una forma de gobernar(se), de producir y de habitar que supone la unidad de la agricultura con la industria, del campo y la ciudad, que pondera la satisfacción de las necesidades vitales por encima de la optimización del capital. En cuanto organización política “la revolución —dice Ross— es indistinguible de la forma-comuna y su democracia directa, de la misma manera que esa democracia es un movimiento que sobrepasa las formas políticas en curso”. Marx la conceptualizará como dictadura del proletariado en tanto que Kropotkin la verá como la contradicción del Estado con “cualquier modelo diferente de comunidad”. “Poder dual” llamaría Lenin al gobierno de los soviets en paralelo o reemplazo del gobierno provisional.

Los jóvenes enfrascados con la policía dominan el imaginario del Mayo francés como las barricadas de la Comuna de París consagran el acontecimiento. Detrás hubo otras cosas. Cuando 10 millones de trabajadores afiliados a la Confederación General del Trabajo (CGT) realizaron la huelga general colapsaron los servicios públicos en el país, la población de Nantes autogestionó la ciudad para atender las necesidades esenciales del común. Y, en la simbiosis campo-ciudad, los agricultores de las granjas cercanas proporcionaron a los huelguistas alimentos al precio de costo o incluso gratuitamente. La acción desmontó “los habituales medios capitalistas de distribución de alimentos, fuertemente controlados por intermediarios, lo que provocó un vivo cuestionamiento de la necesidad de mantenerlos”. Coincidente con la Comuna de Nantes fue la autogestión de las Panteras Negras en los barrios afroestadounidenses de Oakland, ofreciendo sustento en sus vecindarios.

Los sesenta mostraron la imbricación de la reproducción económica con la reproducción de la vida, siendo la forma-comuna el hilo de ellas. La producción del espacio —teorizada por Henri Lefebvre— conduce la exploración de Ross con respecto de la política del espacio, en el sentido de que no es algo existente de por sí, sino que se produce socialmente, un territorio en disputa del cual los actores se apropian. Desde la perspectiva de las comunidades, los adversarios son el Estado y el capital que usa al ente público como punta de lanza para la apropiación privada. Dentro de esta problemática, Lefebvre destacó en La proclamación de la Comuna (1965) cómo los communards se reapropiaron del centro de París tras la modernización urbana del barón de Haussmann durante el imperio de Napoleón III, comunalizan y gestionan el espacio, muestran con su práctica un modo de ser distinto de las cosas en la que gobernar implica “una apertura continua y flexible a la improvisación colectiva y a las confrontaciones creativas y prácticas según lo requiera la situación”. La acometida de los communards contra la ideología propietaria —destaca Ross— sería indisociable de la crítica ecológica del capitalismo elaborada por el socialismo de la década siguiente y que se configuraría como ecosocialismo tras las experiencias y disputas por el espacio en el último tercio del siglo XX.

Ross analiza las zonas de defensa contemporáneas en Francia y Japón, a las que podrían agregarse múltiples luchas territoriales en Latinoamérica además de una abultada lista de defensores de la tierra asesinados por resguardar el espacio vital de la depredación del capital con la venia del Estado y, de ser necesario, en contubernio con el crimen. En México los casos son tan abundantes como la impunidad que solapa el despojo de las comunidades (el de Samir Flores Soberanes en Morelos, entre otros muchos). Preservar la simbiosis entre la reproducción económica y de la vida o apostar a un productivismo en el cual la tecnología resuelva los efectos indeseados del crecimiento económico es una cuestión irresuelta hasta ahora y con respecto de la cual la forma-comuna ofreció su propia respuesta en la inacabable “lucha como manera de habitar”.

Carlos Illades

Profesor distinguido de la UAM y miembro de número de la Academia Mexicana de la Historia. Autor de ‘Por la izquierda. Intelectuales socialistas en México’ (Akal, 2023) y de ‘La revolución imaginaria. El obradorismo y el futuro de la izquierda en México’ (Océano, 2024).

AQ

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