“Quien no conoce su historia, está condenado a repetirla”, reza una popular frase que se ha difundido, modificado y atribuido a más de un filósofo o académico a través del tiempo. Cualquiera que sea su origen, lo cierto es que la unión de esas nueve palabras cobran sentido al hablar de un problema que enfrenta México desde hace décadas: el narcotráfico.
Masacres, enfrentamientos armados, asesinatos, extorsiones, secuestros y un sinfín más de actividades delictivas continúan siendo parte del día a día de miles de mexicanos y mexicanas que, aunque no formen parte de las organizaciones criminales que las perpetran, sí padecen las consecuencias de su presencia y operaciones a lo largo y ancho del país.
- Te recomendamos De los Guzmán a los Treviño: las familias que forjaron la cúpula de los cárteles en México Policía

Diversas administraciones, a su manera y abanderadas por distintos partidos políticos, han buscado mitigar el daño tanto por el bienestar de la ciudadanía como para posicionarse ante un panorama internacional que también se ha visto afectado, como es el caso de Estados Unidos.
Aunque actualmente son múltiples las estrategias que se siguen para combatir al narcotráfico, basta con echar un vistazo al pasado para comenzar a entender cómo el problema se ha ido modificando para persistir, un fenómeno que ha sido ampliamente documentado en libros no solo por grandes académicos mexicanos sino también por periodistas.
El siglo de las drogas: del porfiriato al nuevo milenio
Antes de declarar una guerra, el primer paso es identificar a tu enemigo junto con todas sus aristas. El doctor en Sociología e investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Luis Astorga, tomó ese punto de partida para escribir El siglo de las drogas: del porfiriato al nuevo milenio.
El académico se adentró a investigar cada uno de los actores que convergen en el lucrativo negocio del tráfico de drogas desde los años en que Porfirio Díaz encabezaba el gobierno de México.
Desde la identificación de los primeros fármacos prohibidos, su historial de usos, y hasta las disputas de miembros de organizaciones criminales, la situación de las cárceles y las acciones violentas de sicarios y la reestructuración de los territorios de venta de sustancias psicoactivas ilícitas forman parte de la información que Luis Astorga recopiló y plasmó en su obra.
- Te recomendamos Del opio al fentanilo: las crisis de drogas que ha atravesado Estados Unidos Policía
Adicionalmente, el académico retrata como el poder político insiste en que el crimen organizado es un problema de seguridad nacional aunque a muchos de ellos les convenga su fortalecimiento.
"Los institutos contra las adicciones se ven limitados por la falta de recursos, y el ciudadano común padece la falta de información de primera mano. La 'guerra contra las drogas' se puede volver interminable porque delincuencia y poder político han estado unidos históricamente", sostiene un resumen del libro.
Para Luis Astorga, la visión de drogas como la marihuana, la cocaína y las derivadas del opio han modificado la realidad del país en una dinámica que, al conocerla, se vuelve más sencillo aterrizarla con los nombres y los rostros de aquellos personajes que comenzaron a sentar las bases del narcotráfico en México.
La CIA, Camarena y Caro Quintero: la historia secreta
La historia del narcotráfico en México se remonta muchos años antes de que el Cártel de Guadalajara consolidara su imperio criminal, no obstante, la triada conformada por Miguel Ángel Félix Gallardo, Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca Carrillo movió para siempre el tablero del hampa en el país.
Industrializar el tráfico de drogas fue su boleto de entrada a las grandes ligas hasta que un hombre se interpuso en su camino: Enrique Kiki Camarena. La historia sobre cómo el agente especial de la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) fue secuestrado y asesinado por narcotraficantes mexicanos ha sido contada en múltiples ocasiones pero ninguna como lo hizo el periodista J. Jesús Esquivel.
A lo largo de más de 200 páginas el autor presenta algunas de las claves más importantes para esclarecer el suceso que definió para siempre el rumbo del narcotráfico en México. Documentos y entrevistas a los que tuvo acceso Esquivel conforman el registro del poderío que alcanzó el Cártel de Guadalajara gracias a una meticulosa red de corrupción que no sólo se hizo presente entre funcionarios públicos mexicanos sino también en agencias estadounidenses.
- Te recomendamos Caro Quintero compró en EU las armas que se usaron para levantar a ‘Kiki’ Camarena: gastó 50 dólares por cada una Policía
"Se trata de un caso emblemático que pone en evidencia la forma en que el crimen organizado adquirió un poder prácticamente ilimitado en nuestro país, gracias a la complicidad urdida con policías, militares y funcionarios públicos, algunos de ellos aún en activo. Por medio de las confesiones de tres testigos que integraron las filas del entonces pujante cártel de Guadalajara, J. Jesús Esquivel ofrece un recuento inédito de las actividades criminales de capos de la talla de Ernesto Fonseca Carillo, Juan José Esparragoza, el Azul, Rafael Caro Quintero, señalados como coautores de la muerte de Camarena", se describe sobre el libro en un portal donde se ofrece por alrededor de 200 pesos.
Además de exponer parte de la historia del que se consolidó como el primer gran cártel de las drogas en México, el periodista plasmó diversas perspectivas de la relación diplomática que el país azteca y Estados Unidos sostuvieron no sólo por el caso Camarena sino también en el combate a la producción, tráfico y consumo de drogas.
Los señores del narco
Pese a que en los últimos años las fuentes que suele citar Anabel Hernández han sido severamente cuestionadas y criticadas, lo cierto es que la periodista escribió uno de los libros que se convirtió en parte importante del rompecabezas que es la historia del narcotráfico en México.
En Los Señores del Narco, Hernández indagó en las entrañas de la vida de Joaquín Guzmán Loera, mejor conocido como El Chapo, pero también de otros liderazgos que durante la primera década de los 2000’s acapararon la atención mediática por encabezar o participar en alguna de las organizaciones traficantes de drogas en auge.
En el caso específico del Chapo, conocer su historia se convirtió también en entender las dinámicas del Cártel de Sinaloa que, entonces, comenzaba a perfilarse en convertirse en la organización criminal dominante en el noroeste de México.
- Te recomendamos AMLO pide a EU aclarar si Anabel Hernández no es informante de la DEA Política
Al tiempo, el libro de Anabel Hernández relata las complicidades de altos círculos políticos, policiacos, militares y empresariales con el crimen organizado que avanzaba a pasos gigantescos.
"Anabel Hernández tuvo acceso no sólo a una vasta documentación, inédita hasta hoy, sino a testimonios directos de autoridades y expertos en el tema, así como de personas involucradas con los principales cárteles mexicanos de la droga. Esto le ha permitido examinar rigurosamente el origen de la sangrienta lucha por el poder entre los grupos criminales, y cuestionar la "guerra" del gobierno federal contra la delincuencia organizada", se promociona el libro en un portal web que lo ofrece a la venta con un costo de 389 pesos mexicanos.
El capo del golfo : vida y captura de Juan García Abrego
Aunque la historia del Cártel de Guadalajara y el de Sinaloa ha logrado despertar un amplio interés entre las audiencias por lo mediáticos en lo que se convirtieron algunos de sus líderes, en el noreste de México la violencia se convirtió en el sinónimo de una longeva organización delictiva: el Cártel del Golfo.
Con Tamaulipas como su bastión, la dinámica del trasiego de drogas comenzó a dejar acaudaladas ganancias para la organización delictiva que operaba con una marcada impunidad. Aquel factor encendió las alertas de la periodista Yolanda Figueroa, quien inició una investigación que plasmó en el libro El capo del golfo: vida y captura de Juan García Abrego.
La obra de la periodista retrata parte de la primera etapa del Cártel del Golfo, incluido los vínculos de Juan García Abrego con altos funcionarios de la política tamaulipeca, un detalle que años más tarde saltaría en un trágico suceso.
- Te recomendamos Deportan a Tomás Yarrington, ex gobernador de Tamaulipas, a México desde EU Policía
En 1996, el cuerpo de Yolanda Figueroa, el de su esposo Fernando Balderas -ex asesor de la Procuraduría capitalina y ex policía judicial- y el de sus tres hijos fueron localizados en una residencia de la colonia Fuentes del Pedregal. Reportes periodísticos dan cuenta de que habían sido asesinados aproximadamente 48 horas antes del hallazgo.
Entre las líneas de investigación que se siguieron por el multihomicidio destacó la labor periodística de Yolanda Figueroa, y aunque se desconoce la conclusión de las investigaciones, la editorial Grijalbo tomó la decisión de no reimprimir más el libro.
ATJ