Madame Rivera una fugaz parisina, es la primera novela del gestor cultural franco mexicano Miguel Vaylón (Misha), quien recrea el viaje realizado por Frida Kahlo a París, en 1939 y su encuentro con los artistas surrealistas, encabezados por André Breton. El libro se presentará al público este sábado 8 de marzo en la Feria Internacional del Libro de Coyoacán 2025 (FILCO).
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—¿Cuál sería tu contribución al entendimiento de Frida Kahlo con este libro ?
Como es resultado de un trabajo de investigación, mi idea principal es precisamente darle luz y esclarecer muchos mitos que giran alrededor de la estancia de Frida Kahlo en París en 1939 y también decir que, al parecer como se han hecho muchos textos, libros, y sobre todo películas como la Salma Hayek, que pareciera ser que no pasó gran cosa en París, entonces una de mis metas es darle foco a eso.
—¿Qué te llevó a centrarte en este episodio y por qué hablar de su estancia en París en 1939?
En el año 2007 se conmemoró el centenario del natalicio de Frida Kahlo, yo vivía en Islas Canarias, y justamente se hicieron varias actividades en todas partes del mundo. A mí me invitó un productor suizo a sumarme a este barco de Frida Kahlo, en esa época hice el análisis de lo que estaba pasando. Me di a la tarea de centrarme en este capítulo del que no se había escrito tanto, había como una neblina y muchos mitos; sobre este periodo me pareció fascinante lanzarme a realizar un trabajo de investigación y poder esclarecer muchas cosas.
La propia Frida en sus cartas habla de su visita a París, que estuvo llena de tensiones desde la desorganización de la exposición hasta sus desencuentros con Breton. Entonces, ¿cómo logras equilibrar esos elementos ficticios con los hechos históricos?
Claro, al principio de la novela dejó claro que es una ficción pero con datos históricos e intento jugar con eso con la intención de que el lector saque sus propias conclusiones. Me permití imaginar a Frida basado en un trabajo investigación, tras recorrer cada uno de los lugares en donde ella estuvo, hablar con las asociaciones que tienen los documentos, visitar los archivos, ir al Museo de Louvre y acudir al hotel Regina, a la habitación 418 en donde se hospedó, para intentar reconstruir y tejer ficción de la mano de esa experiencia.
—Al principio de la novela tienes un comentario sobre que a Frida Kahlo le olían las axilas y no se las rasuraba, ¿no te parece un comentario machista cuando presentas tu libro en el Día Internacional de la Mujer?
Voy más allá. Si es un comentario machista o no, más allá de que se presente el 8 de marzo o cualquier otra fecha, el que se presente el 8 de marzo tiene un peso. Creo y entiendo que puede herir susceptibilidades, pero también invitaría al público a leer ese comentario de Juan Coronel Rivera, él escribe eso, pero no es una crítica directa ni a las mujeres ni a Frida Kahlo, es una manera de entender y visualizar, siendo el nieto de Diego Rivera, diciendo de primera mano estas cosas.
—Al llegar al punto final de la novela el libro continúa con capítulos con diversas temáticas, como el que habla de que Violeta Parra es la única mujer latinoamericana que tiene obra en el Museo de Louvre, entonces te pregunto, ¿en qué género literario ubicas tu libro?
¡Wow! No sé si hay que ubicarlo en un género literario, para mí lo que entrego es más allá de un libro. Lo he hecho con los tres libros anteriores. Más que ser un libro común y corriente (por eso hay otros textos) que acompañan a este libro. En los otros ejemplares ha habido una propuesta visual gráfica; no sé si hay que enfrascarlo o meterlo en un lugar, en un género literario, no sé la verdad. Es la primera vez que me lo preguntan, pero es un reflejo de todo lo que hago.
—Uno de los puntos más intrigantes que mencionas en los apartados es la supuesta compra de un cuadro de Frida Kahlo realizada por el Museo de Louvre, pero ya lo había sacado a la luz la biógrafa de Frida Kahlo, Martha Zamora, ¿qué puedes decir al respecto?
Lo ha dicho cualquier otra persona, pero obviamente que yo hice un trabajo de investigación directamente con los archivos del museo. Por eso insisto y por eso creo que, es importante remontarnos a cuando realicé esta indagación y cuando escribí esa obra de teatro Moi Frida, en 2007. Yo tengo mi propia visión y una parte documental es mi aporte a ese periodo de Frida Kahlo en París, en 1939.
—¿Qué esperas de los lectores de Madame Rivera?
Espero que encuentren de entrada con un libro que les guste porque está bien presentado, con una propuesta visual, a través del cual vamos descubriendo a esta Madame Rivera. Al principio no sabemos quién es, pero conforme vamos avanzando, vamos descubriendo a Frida Kahlo, como ya lo ha hecho la gente que lo ha leído; que se involucren en este viaje, en esta ficción con elementos verídicos, que disfrute los textos que acompañan las visiones de cada una de esas personas.
PCL