La atención plena, en su forma más simple, consiste en prestar atención a lo que está sucediendo en el momento presente. Puede ser lo que estás sintiendo, escuchando o cualquier otra cosa que notes. Practicar mindfulness no se trata de llegar a un lugar especial de calma, y tampoco es para aclarar la mente, es reconocer todo aquello que estás experimentando.
El doctor Eric López Maya, director general del Instituto Mexicano de Mindfulness explica: “es la capacidad que tenemos de estar en el momento presente de una manera equilibrada, con una actitud de aceptación y apertura. Esta habilidad nos ayuda a manejar mejor nuestras emociones, a sentirnos más relajados y a conocer cómo funciona nuestra mente”.
La atención plena en niños
Esta práctica, que hasta hace muy pocos años solo era realizada por adultos, ha demostrado ser aún más eficiente en niños, debido a que sus cerebros y cuerpos aún están en desarrollo.
López explica que aunque el objetivo esencial de la educación es preparar a los niños y jóvenes para la vida, “el modelo educativo tradicional se centra primordialmente en el aprendizaje conceptual y teórico, que si bien es fundamental, deja de lado otros aspectos igualmente importantes como el desarrollo de habilidades sociales y emocionales, entre las que se encuentran el cultivo de la empatía, el manejo de emociones y el entrenamiento de la atención. Todas estas habilidades pueden ser entrenadas a través de la práctica del mindfulness”.
El Dato...1881
Fue el año en que Thomas William Rhys Davies retomó el término mindfulness como traducción del concepto budista sati: memoria del presente
Según el Instituto de Estudios de Salud Transcultural de la Universidad Viadrina, Frankfurt Oder, en Alemania, algunos de los beneficios para los niños de practicar la atención plena son:
- Mayor enfoque, atención, participación en clase y autocontrol.
- Mejor rendimiento académico, mayor capacidad para resolver conflictos y bienestar general.
- Disminución en los niveles de estrés, depresión y ansiedad que experimentan.
La mejor edad
López, maestro Certificado y Formador de Instructores en Mindfulness-Based Stress Reduction por el Centro de Mindfulness de la Universidad de Massachusetts y Brown University, dice que la edad recomendada para iniciar con prácticas y juegos sencillos es entre cuatro y cinco años.
Una manera fácil de iniciar a los niños en la atención plena es a través de prácticas informales que pueden realizarse junto con ellos. “Actividades cotidianas, como lavarse los dientes, jugar e incluso interactuar con los demás pueden hacerse con mindfulness. Es importante que estas actividades sean hechas con un espíritu de juego y que no sean percibidas como una obligación o como una tarea más”, comparte López.
“Un buen ejercicio para los niños es que antes de dormir puedan arrullar y mecer a su peluche favorito, colocándolo sobre el abdomen y notando como se mece al ritmo de la respiración, de manera natural. Con ello, se fomenta el desarrollo de la atención para poder conciliar el sueño”, comparte el especialista.
Eric López Maya señala que con pocos minutos diarios de práctica, los niños desarrollan una mayor calma y capacidad para regular emociones, así como una mejor concentración, pues“tener periodos cortos de práctica es mucho más productivo que intentar practicar por mucho tiempo”, recomienda el especialista.
Al enseñar a los niños habilidades de meditación y atención plena, los ayudamos a aumentar su bienestar y les permitimos enfrentar el estrés del mundo con presencia, autocompasión y franqueza, dice.
srgs