Hay un nuevo presidente en la ciudad. Me mantuve alejada de la ceremonia de toma de protesta mientras que a última hora pude conseguir una habitación de hotel a un buen precio en el Dupont Circle de Washington para algunas reuniones, lo que me hace pensar que las cifras de asistencia fueron menores de lo que informó el equipo de Trump.
Este año será impredecible, pero voy a aventurarme en este primer artículo de la nueva administración y probar mi suerte con algunas predicciones.
1. Trump tendrá dificultades para conservar la confianza de su base MAGA: ya estamos viendo fracturas entre la base de Trump y los multimillonarios en su círculo cercano en temas como el debate sobre la visa H-1B. Tal vez lleguemos a ver que los dos grupos se dividan en cosas como la política industrial, así como en seguridad nacional, China, asuntos exteriores, derechos de los trabajadores, libertad de expresión y el proceso de las primarias. Estas facciones harán que los primeros meses de Trump en el cargo sean más complicados.
2. Los mercados se mantendrán altos: es posible que veamos algunos altibajos, incluso algunos fuertes, dependiendo de la retórica política (o de cualquier acción real) en torno a cosas como aranceles, comercio, Taiwán o —Dios nos ayude— Groenlandia. Pero espero que los mercados se mantengan más altos al final de los primeros 100 días de lo que están ahora. Tres razones para esto: la primera, la desregulación y los recortes de impuestos mantendrán un alto crecimiento en el corto plazo. Los pronósticos más recientes del Fondo Monetario Internacional (FMI) acaban de elevar las estimaciones para 2025 de EU de 2.2 a 2.7. La segunda razón, la historia tecnológica seguirá elevando los precios de las acciones estadunidenses. Y, por último, el hecho de que China y Europa todavía no tienen una historia de inversión alcista significa que incluso con Trump en el cargo, los mercados estadunidenses se sentirán como un lugar seguro en medio de las tormentas políticas. No digo que este vaya a ser el caso en dos años, pero creo que es la historia para 2025.
3. Estados Unidos se quedará rezagado en todas las cosas que se refieren a energía limpia: el enfoque de Trump de “perfora, perfora, perfora” y su afinidad por las compañías de energía significan que la nueva administración tratará de desmantelar lo más rápido posible la emblemática Ley de Reducción de la Inflación (IRA, por su sigla en inglés) de Biden. También creo que la nación renunciará a cualquier pretensión de estar todavía en la carrera de los vehículos eléctricos. BYD, de China, ya puede producir este tipo de autos mucho más baratos que Tesla, y si las ventas actuales de coches se sostienen, en 2025 Pekín venderá por primera vez más coches eléctricos que con motores de combustión interna. ¿Esto significa que Elon Musk se rinda con Tesla y enfoque más sus esfuerzos en SpaceX y X, su plataforma de redes sociales? Yo creo que sí.
4. Trump no va a desmantelar todo lo que hizo Biden: si bien a los republicanos no les gustan los subsidios, creo que van a continuar con el fomento al acceso a capital barato del gobierno para inversión. El dinero a través de vehículos como, por ejemplo, la Oficina de Programas de Préstamos del Departamento de Energía, es muy barato tanto para solicitantes de préstamos como para el gobierno. Las compañías utilizaron esto durante la administración Biden para tener acceso a proyectos de expansión y desarrollo. Los republicanos pueden alentar este enfoque. Creo que también van a dudar en recortar el gasto en infraestructura, ya que le encanta aparecer en las inauguraciones y cortes de listón, y gran parte del estímulo de Biden fue para sus propios estados republicanos. Por último, creo que las políticas industriales, como la Ley de Chips, sobrevivirán porque están funcionando bien y son cruciales para la seguridad nacional.
5. Políticamente, Estados Unidos se parecerá cada vez más a una economía emergente: Biden tuvo bastante razón en su discurso de despedida al advertirnos sobre el surgimiento de una nueva clase oligárquica dominante en EU. Es decepcionante, pero no sorprende, que tantos directores ejecutivos ya cambiaron de opinión respecto al nuevo mandatario. También es increíble que ahora estamos ante una situación en la que el presidente admite que sus amenazas de mandar a Mark Zuckerberg a prisión probablemente resultaron en poner fin a la verificación de hechos en Meta. Esto es lo que hacen los autócratas. ¿EU será sujeto de otros tipos de fenómenos de los mercados emergentes, como golpes de Estado o hiperinflación o crisis financieras? Estén atentos.
Peter, son los primeros días, pero te reto a que te aventures a hacer algunas predicciones para 2025. Y a nuestros lectores, envíen sus predicciones y las preguntas que les gustaría que respondamos a medida que empieza esta nueva administración.
Lecturas recomendadas
-Me conmovió un artículo de The New Yorker sobre cómo los videos de TikTok de migrantes andinos, que los muestran experimentando una vida divertida en la ciudad de Nueva York, alientan a amigos y familiares a migrar también. La realidad, como se puede imaginar, resulta no ser lo que parece en las redes sociales.
-Buen análisis de The Wall Street Journal ‘Heard on the Street’ sobre por qué los precios de las viviendas estadunidenses están entre 10 y 35 por ciento por encima de lo que deben estar.
-Los economistas ven que su influencia está disminuyendo, según The New York Times. Tal vez sea porque se equivocan con tanta frecuencia y, sin embargo, no ajustan su visión del mundo ni abandonan la torre de marfil.
-Peggy Noonan escribió en The Wall Street Journal el mejor artículo que he visto sobre la actitud que debemos adoptar ante Trump 2.
-Y hubo muchas cosas buenas en Financial Times la semana pasada, desde el artículo de mi colega Janan Ganesh sobre por qué Reino Unido tiene que tomar algunas decisiones difíciles en torno al crecimiento, hasta la crisis de aislamiento que se muestra en las gráficas realizadas por John Burn-Murdoch y una fascinante Big Read sobre por qué Broadway está tan rezagado respecto al West End.
Peter Spiegel responde
Rana, después de vivir la primera administración de Trump como editor de Financial Times, lo único que aprendí es que hacer pronósticos sobre lo que hará como presidente es una tarea inútil. Es demasiado impredecible, y lo que dice un día puede convertirse en una política que va en la dirección opuesta al día siguiente.
Amenaza a Kim Jong-un con una guerra nuclear y luego lo abraza en una reunión cumbre. Alienta a los policías a maltratar a los sospechosos de delitos, y luego firma una legislación para reducir las sentencias para los delincuentes no violentos. Promete una “semana de la infraestructura”, pero nunca presenta una propuesta legislativa. Su política desafía las predicciones.
Sin embargo, la única predicción general y contraria que haré es que Trump sufrirá su condición de ‘pato cojo’ (presidente saliente) mucho antes de lo que muchas personas anticipan.
Los segundos mandatos presidenciales son asuntos complicados. Incluso las presidencias modernas de dos periodos más exitosas (pensemos en Ronald Reagan, Bill Clinton y Barack Obama) se vieron disminuidas en su segundo mandato, ya sea por el escándalo o por la inercia natural del Congreso que viene con una ventana política que se cierra. Estaba Reagan y los Irán-Contra, Clinton y Monica Lewinsky, y ninguno de los logros legislativos de Obama se produjo en su segundo mandato.
Trump tiene algunas ventajas que Reagan, Clinton y Obama no tenían. Tiene mayorías en ambas cámaras del Congreso, aunque son muy pequeñas. También tiene una capacidad sobrenatural para controlar el bloque republicano —incluso pudo influir en las posiciones del partido mientras estaba fuera del cargo, un logro notable para alguien que fue derrotado para la reelección— y muchos de los que están ahora en el Congreso le deben sus puestos al aprovechar su popularidad en 2024.
Pero Trump nunca volverá a aparecer en una papeleta presidencial. Las leyes políticas de la gravedad al final hacen su trabajo incluso en los presidentes más populares, sobre todo cuando ambos partidos empiezan a pensar en 2028. Y eso ya está ocurriendo. Vivek Ramaswamy, el ex candidato presidencial republicano que se convirtió en leal a Trump, ya está considerando postularse para gobernador en Ohio, incluso antes de comenzar su trabajo como funcionario de eficiencia designado por Trump. Nikki Haley, quien sobrevivió al resto de los candidatos republicanos contra Trump, se instaló como intérprete del republicano para la consultora Edelman, donde puede codearse con el tipo de élites corporativas que necesitaría para financiar una candidatura en 2028. Incluso Donald Trump Jr. se sumó a la iniciativa, abogando por su amigo J. D. Vance como candidato para 2028. Ningún presidente parece más poderoso que el día de su toma de posesión, pero para los presidentes en su segundo mandato, cada día siguiente es un día más cerca de la irrelevancia política. Apuesto a que eso le pasará factura a Trump más temprano que tarde.
Sus comentarios
Y ahora una palabra de nuestros lectores de Swamp Notes…
En respuesta a: “Aunque solo es una pequeña parte del problema global y de todo EU, Los Ángeles, con sus absurdas autopistas de varios carriles de la posguerra, lideró el camino en el aumento de los gases de efecto invernadero y el cambio climático, y ahora el clima se está vengando. Estoy seguro de que Peter Spiegel tiene razón en que estos incendios y otros desastres no tendrán mucho impacto en las decisiones de ubicación de los estadunidenses; pero me pregunto si puede haber algún impacto en el apetito por las SUV y las camionetas pick up”. — Sam Dunkley.