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Trump echa por tierra el “excepcionalismo estadunidense” comercial de Wall Street

El dólar y las acciones cayeron de manera “profunda y prolongada” mientras las amenazas de aranceles frenan las perspectivas sobre la economía

Harriet Clarfelt
Nueva York /

El comercio de “excepcionalismo estadunidense” de Wall Street se ha hecho añicos en las últimas semanas, ya que las repercusiones de los aranceles de Donald Trump y la incertidumbre sobre las perspectivas económicas y la geopolítica han alimentado una venta inusualmente prolongada y profunda en el dólar y los mercados.

En lo que va de año, el dólar ha perdido 4 por ciento frente a una cesta de seis monedas, mientras que el índice S&P 500 se ha desplomado casi 4 por ciento.

Caídas tan grandes y persistentes son inusuales, ya que este tipo de episodios se han producido en contadas ocasiones en los últimos 25 años, según un estudio del banco de inversión Goldman Sachs. Estos movimientos marcan un cambio de rumbo respecto a los años recientes, cuando las apuestas a que la economía estadunidense superaría a sus pares desataron una demanda masiva de activos financieros a expensas de otros mercados importantes.

“En las últimas semanas, las crecientes dudas sobre la sostenibilidad del excepcionalismo estadunidense han desencadenado una de las correcciones más rápidas del mercado de renta variable desde principios de la década de 1970”, indicó Goldman Sachs esta semana, añadiendo que “si bien las correcciones del mercado de renta variable no son históricamente tan infrecuentes, una liquidación coincidente del dólar sí lo es, sobre todo cuando la renta variable se revaloriza rápido”.

Los recientes descalabros tanto de las acciones como del dólar se producen en un momento en que la escalada de la guerra comercial de Trump ha sacudido los mercados financieros mundiales y ha desatado preocupaciones sobre la trayectoria de la mayor economía del mundo. La Reserva Federal recortó el miércoles sus previsiones de crecimiento y elevó sus estimaciones de inflación, citando los aranceles como causa de una parte significativa de la rebaja.

Hasta este año, las acciones de Wall Street habían dominado los mercados mundiales, impulsadas por las expectativas de que la economía estadunidense seguirá creciendo a un ritmo más rápido que sus rivales. El índice MSCI se disparó 54 por ciento de 2023 a 2024, mientras que el indicador del proveedor de índices de acciones de mercados desarrollados globales, excluyendo a EU, subió 17 por ciento en términos de dólares, según datos de FactSet.

Después de la victoria electoral de Trump, la renta variable subió aún más, mientras que el dólar se disparó por las apuestas de que las políticas favorables a las empresas impulsarían el crecimiento.

Pero esas apuestas se han desvanecido desde la toma de posesión en enero, con el presidente lanzando fuertes aranceles a las importaciones de grandes socios comerciales como México, Canadá y China, y amenazando con más por venir, lo que ha llevado a los bancos de Wall Street a cuestionar por cuánto tiempo los activos estadounidenses pueden tener un rendimiento superior.

“El excepcionalismo de EU (el tema macrocomercial que define este ciclo) se ha desvanecido al comienzo del año y está arrastrando al (dólar) a la baja”, señalaron estrategas de divisas de JP Morgan, añadiendo que “nos hemos vuelto bajistas (sobre el dólar) por primera vez en cuatro años”

Los estrategas de JPMorgan destacaron la “incertidumbre sobre la aplicación de aranceles” y el “debilitamiento de la actividad en EU, que es más agudo y anticipado de lo esperado” entre las razones de su pesimismo sobre el dólar, al tiempo que señalaron un “momento decisivo en la geopolítica y fiscalidad germano-europea”, en referencia a una reciente propuesta del gobierno alemán para reforzar el gasto militar y en infraestructuras.

En lo que va de año, el índice MSCI World, excluyendo a EU, ha subido casi 9 por ciento, mientras que el indicador estadunidense del proveedor de índices ha bajado alrededor de 4 por ciento.

Los gestores de activos mundiales también se han mostrado más negativos con la renta variable estadunidense este año, intensificando el debate sobre el futuro del excepcionalismo estadunidense.

Scott Chan, director de inversiones del California State Teachers’ Retirement System, valorado en 353 mil millones de dólares, afirmó en una reciente reunión del comité de inversiones que la “asombrosa cantidad de órdenes ejecutivas” de Trump había causado “una tremenda incertidumbre en el mercado”. Y añadió: “Los riesgos potenciales aquí no tienen precedentes. Están cambiando el mundo”.

Otros estrategas señalaron los flujos hacia la renta variable internacional como prueba de que los inversores están variando activamente sus carteras más allá de las costas estadunidenses.

“Parece que los participantes en el mercado están empezando a mirar hacia otro lado, fuera del dólar, o a diversificar sus posiciones en dólares hacia otros mercados y divisas”, afirmó Bob Michele, responsable de renta fija mundial de JP Morgan Asset Management. “Los mercados en general nos están diciendo que parece que el excepcionalismo del dólar ha tocado techo”.

Economistas y analistas subrayan que el futuro económico de EU sigue incierto y reiteran una posible desaceleración.

La liquidez ha inundado el mercado del Tesoro este año, en una nueva señal del estatus de refugio que aún se atribuye a los activos en dólares. Pero la mayor parte de esas entradas se han volcado en bonos del Estado a corto plazo en lugar de en títulos del Tesoro a más largo plazo, algo que, según los analistas, pone de manifiesto la falta de convicción sobre la dirección del crecimiento estadunidense.

Eric Winograd, economista jefe de AllianceBernstein, afirmó que “los mercados están cuestionando absolutamente” la viabilidad del excepcionalismo estadounidense, pero que era «prematuro concluir» que esta reputación distintiva “se había acabado”.

“Sigo pensando que la política comercial en particular nos empuja a que Estados Unidos se vea relativamente menos perjudicado que otros países”, añadió, señalando que la preocupación por el crecimiento hasta ahora se había visto alimentada por las encuestas de sentimiento más que por datos concretos. “Ahora tenemos que ver los hechos, tenemos que ver las pruebas, y eso va a llevar tiempo”, dijo.

Aún así, Winograd añadió que “la magnitud del excepcionalismo que cabría esperar probablemente ha disminuido un poco”.


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