El comercio de aguacate entre México y Estados Unidos enfrenta un posible punto de inflexión ante la intención de imponer aranceles a su importación. Esta medida elevaría los costos de importación y repercutiría en los precios al consumidor, afectando tanto a compradores como a productores en ambos países.
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La industria aguacatera mexicana, que exporta cerca del 80 por ciento de su producción a Estados Unidos, se enfrentará al reto de buscar alternativas para mantener su competitividad.
Luis Doporto Alejandre, empresario del sector agroalimentario y fundador de Guacamolito, señala que los aranceles no solo incrementarían el precio del aguacate en los supermercados, sino que obligarían a los exportadores a replantear su estrategia.
“El mercado global del aguacate está en constante evolución, y depender exclusivamente de un solo destino implica un riesgo que las empresas deben mitigar con expansión y diversificación”, explica.
Además, la producción en Estados Unidos, aunque podría beneficiarse en términos de competitividad, enfrenta limitaciones para satisfacer la demanda interna.
California y Florida, los principales estados productores, no generan suficiente volumen durante todo el año, lo que hace necesaria la importación.
Según la Asociación de Productores y Empacadores Exportadores de Aguacate de México (APEAM), el consumo per cápita en Estados Unidos es de aproximadamente 3 kilogramos anuales, una cifra que difícilmente podría sostenerse sin la participación del producto mexicano.
Igualmente, los exportadores mexicanos verían afectada su rentabilidad, ya que los aranceles reducirían sus márgenes de ganancia y aumentarían los costos de producción y logística.
Luis Doporto Alejandre destaca que los mercados internacionales representan una solución viable ante estos desafíos.
“Europa y Asia han mostrado un crecimiento sostenido en su consumo de aguacate, lo que representa una oportunidad clave para los exportadores mexicanos”, comenta.
Países como Canadá, Japón y España han incrementado sus importaciones en los últimos años, consolidándose como mercados estratégicos. Por lo tanto, el desvío del comercio hacia otras regiones ha ganado protagonismo en la estrategia de exportación.
La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) reporta que México ha exportado más de 100 mil toneladas de aguacate a destinos fuera de América del Norte, reflejando una tendencia de expansión comercial.
Reducir la dependencia de Estados Unidos no solo protege a los productores mexicanos ante posibles cambios en la política comercial, sino que fortalece su presencia en mercados emergentes.
Asimismo, las innovaciones en procesamiento y conservación han permitido que el aguacate mexicano se mantenga competitivo a nivel global.
Empresas como Guacamolito han implementado tecnología de alta presión (HPP) para extender la vida útil del fruto sin conservadores ni aditivos, asegurando calidad y frescura en su distribución.
“Adaptarnos a las exigencias del mercado internacional con productos de valor agregado nos permite consolidar la presencia del aguacate mexicano en más países”, afirma Luis Doporto Alejandre.
Finalmente, la posibilidad de represalias comerciales entre México y Estados Unidos añade un factor de incertidumbre para la industria. México podría responder con medidas similares sobre productos agrícolas estadunidenses, lo que afectaría el comercio bilateral. Esta situación ha impulsado a los exportadores a reforzar su presencia en otros mercados y a desarrollar estrategias que minimicen el impacto de posibles restricciones.
El futuro del aguacate mexicano depende de su capacidad de adaptación a los cambios en el comercio global.
Luis Doporto Alejandre subraya que “la industria debe mantenerse un paso adelante, buscando nuevas oportunidades y fortaleciendo su presencia en mercados con alto potencial de crecimiento”.
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ksh