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Proteccionismo al acero no fue idea de Trump, sino de Obama: expertos

En 2013 compañías estadounidenses denunciaron supuestas prácticas de comercio desleal de México que no prosperaron

Arturo Gómez Salgado
Ciudad de México /

El proteccionismo estadunidense con su industria acerera no comenzó con Donald Trump, sino que fue en el mandato de Barack Obama (2009-2017), cuando se intentaron las primeras medidas injustificadas para cerrar las exportaciones mexicanas a su mercado, señalaron especialistas.

“Desde la administración de Obama las siderúrgicas han presionado para que sean las preferidas del consumidor estadunidense y ahora con Trump han prometido incrementar sus inversiones si reducen las importaciones de acero de otros países, aunque ello implique a sus socios comerciales”, según un análisis del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC).

Durante el gobierno de Obama hubo algunas tensiones comerciales respecto al acero, pero en general la relación se fincó en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), a diferencia de China, donde se aplicaron medidas antidumping contra sus importaciones.

Este tema lo retomó Trump durante su primer mandato, pero a nivel regional, al imponer en 2018 un arancel de 25 por ciento al acero y de 10 por ciento al aluminio de México y Canadá.

De acuerdo con especialistas en comercio exterior, México pudo contrarrestar los embates arancelarios gracias a su respuesta recíproca.

El IDIC refiere que si aplican aranceles hoy, empresas como DeAcero, Altos Hornos y Ternium serán las más afectadas, y la única alternativa, al igual que en 2018, será implementar una política “espejo” en productos claves

Acciones de México

En el caso de la imposición de aranceles al acero en junio de 2018, el gobierno mexicano tomó la medida de impactar 3 mil millones de dólares en productos estadounidenses con un arancel de 20 por ciento a piernas, paletas y trozos de carne de cerdo importados de Estados Unidos, así como manzanas, arándanos y papas.

Otros impuestos a la importación de entre 15 y 25 por ciento se aplicaron a productos de acero como placas, láminas, chapas, varillas, tubos y alambrón y de 15 por ciento a embutidos. Posteriormente México implementó la segunda etapa de represalias contra Estados Unidos elevando los aranceles a la importación de productos lácteos a niveles de 20 y 25 por ciento y de productos de carne de cerdo a 20 por ciento.

En mayo de 2019 el gobierno de Estados Unidos anunció un convenio con Canadá y México para eliminar los aranceles de la sección 232 para las importaciones de acero y aluminio y para la cancelación de todos los aranceles impuestos a productos estadounidenses como represalia.

En 2015 luego de ganar un caso ante la OMC por etiquetado de carne, México amagó con suspender beneficios a Estados Unidos por 560 millones de dólares afectando las importaciones estadounidenses de frutas, verduras, jugos, carne, productos lácteos, maquinaria, muebles y electrodomésticos. Estas represalias no se hicieron efectivas debido a que el vecino país revirtió la medida después de conocer el fallo.

A estas represalias se suma las afectaciones por 2 mil 600 millones de dólares por la decisión de Obama de suspender el transporte transfronterizo de camiones en el que México ganó el panel de resolución de controversias por lo que se decidió restituir el programa.

Defensa

Ante la amenaza de aranceles por la supuesta triangulación de acero procedente de China, la industria siderúrgica nacional ha implementado medidas para contrarrestar las prácticas desleales entre las que destacan la aplicación de aranceles de entre 15 y hasta 50 por ciento para países exportadores sin tratados comerciales.

Asimismo, la aplicación de un sistema de certificación de molino que identifique la procedencia del mineral de hierro e investigaciones permanentes sobre prácticas de comercio desleal como casos antidumping y elusión.

Por igual desde 2015 se mantienen y revisan las licencias previas de importación para productos de acero como parte de los esfuerzos para evitar el ingreso de producto subsidiado de China u otros países asiáticos.

Estas licencias permiten al gobierno revisar y autorizar cada importación de acero antes de que ingrese al país lo que garantiza que las adquisiciones no estén subsidiadas o provengan de la sobreproducción y se evite un problema de comercio desleal que pudiera afectar a los países miembros del T-MEC.




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