Por: María Guillén
Ilustración: Patricio Betteo, cortesía de Nexos
De las declaraciones se desprenden creencias problemáticas. ¿Podemos reconocer a los criminales por cómo caminan y se mueven? Y suponiendo que la respuesta sea sí, si hubiera una cámara capaz de reconocer a un potencial homicida o feminicida, ¿no habría homicidios y feminicidios? Entonces cabe preguntar qué sucede con todas las mujeres que denuncian a sus parejas antes de que suceda un delito y son descartadas por las autoridades; o qué sucede con las personas que son amenazadas y no reciben ningún tipo de ayuda del Estado. Esas personas que alertaron de una potencial amenaza contra sus vidas y no recibieron ayuda. ¿Es una cuestión tecnológica entonces? Es la manera astuta por no decir cínica de salir de un aprieto: reconocer el problema de la seguridad sin criticar al gobierno actual. No es que haya habido fallas o errores en los últimos cinco años, sino que no se contaba con la tecnología para “disfrutar del México más seguro de la historia”.
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