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Mismos genes, destinos opuestos

Ciudad de México /

Un caso impactante que escuché de mi cuñado médico, ocurrido en España, resalta una verdad sobre los hábitos, la genética y la longevidad. Dos gemelos que poseen carga genética idéntica, vivieron una experiencia médica realmente reveladora.

A la edad de 29 años, uno de ellos fue diagnosticado con cáncer de colon (de origen genético), y de inmediato los médicos decidieron realizar pruebas al segundo gemelo. ¿El resultado? También tenía la enfermedad.

Sin embargo, aquí es donde sus caminos se dividieron. Pues a pesar de recibir el mismo tratamiento, uno de ellos logró superar la enfermedad, mientras que el otro no sobrevivió. Al analizar a fondo sus diferencias, se concluyó que la clave estaba en sus estilos de vida y, en particular, en el hecho de que uno de ellos había fumado desde su adolescencia. Esta “pequeña” diferencia se convirtió en el factor determinante de su destino.

¿Por qué fumar daña tanto? La respuesta está en lo que provoca en nuestro organismo. El consumo de cigarros afecta directamente las células y crea un ambiente propicio para enfermedades como el cáncer o problemas cardiovasculares. Cada bocanada de humo contiene sustancias tóxicas, como los radicales libres, que atacan nuestras células y dañan el ADN.

El humo no solo introduce toxinas; también aumenta la inflamación celular y debilita nuestras defensas naturales. Los antioxidantes, que protegen nuestras células, se reducen drásticamente en fumadores, dejando al cuerpo menos preparado para combatir daños y con una menor capacidad intrínseca de reparar tejidos oxidados, lo cual aumenta el riesgo de mutaciones que pueden derivar en cáncer.

Además, la suplementación con antioxidantes (vitamina A, C o E) ha demostrado ser inútil e incluso dañina para los fumadores.

Este caso de los gemelos es un llamado de atención y un recordatorio de que, aunque la genética puede predisponernos a ciertos problemas, nuestras elecciones de vida son las que determinan nuestra salud y longevidad.

Nadie puede asegurar que el futuro esté bajo control, pero sí podemos tomar decisiones que nos acerquen a una vida plena y saludable, lejos de las enfermedades o con mayor capacidad para combatirlas.

Dejar de fumar es una de las decisiones más importantes que alguien puede tomar para mejorar su calidad de vida. A menudo escucho excusas como "ya llevo demasiados años fumando" o "el daño ya está hecho". Pero nunca es tarde para empezar a sanar.

Los beneficios comienzan casi de inmediato. En tan solo unos días de haber dejado el cigarro, el cuerpo empieza a recuperarse. La función pulmonar mejora, los niveles de oxígeno se regulan y el riesgo de infartos disminuye. Y más allá de los beneficios físicos, dejar de fumar también mejora el bienestar mental.

Es un paso hacia el control personal, un recordatorio de que podemos elegir lo mejor para nosotros y nuestros seres queridos.

El gemelo que nunca fumó demuestra que las elecciones de hoy tienen el poder de cambiar el mañana.

Quiero terminar con algo que menciono en mi primer libro Tiempo extra. Los 5 pilares del lifestyle para un corazón saludable, y es que el tiempo no se puede extender ni recuperar; sin embargo, está en nuestras manos vivir mejor el que nos corresponde.

Nuestros hábitos, decisiones y disciplina pueden regalarnos días adicionales para disfrutar con quienes amamos. Dejar de fumar no solo es una decisión para vivir más. Es, sobre todo, una decisión para vivir mejor. Guardemos este caso como una inspiración que nos recuerde que siempre podemos actuar a favor de nuestra salud y de nuestro futuro.


  • Ale Ponce
  • Experta en ciencia e investigación de la nutrición con destacadas habilidades en el campo de la nutrigenómica y los alimentos funcionales. Vasta experiencia en el área de nutrición clínica y administración educativa. Publica su columna Vive más y mejor todos los lunes.
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