La última semana de la Presidencia de Andrés Manuel López Obrador coincide con la fecha en que se conmemoran los 10 años del secuestro y desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa en Iguala, Guerrero.
Eso ha hecho que mientras el Presidente anda celebrando, presumiendo lo hecho, en las calles —primero de Guerrero, ahora de Ciudad de México— las cosas no hayan estado tranquilas. Ni lo estarán en estos días.
El recuerdo de una tragedia y la inutilidad de dos gobiernos causa estragos en una administración que prometió encontrar a los jóvenes y hacer justicia en contra de lo hecho por la administración anterior. Faltan cinco días y la promesa no se ha cumplido.
Dos arrestos recientes, o rearrestos de miembros del grupo criminal responsable, más información que les ha llegado a los familiares, parecen indicar que el Presidente no quiere que esto acabe así. Funcionarios de altísimo nivel han trabajado por órdenes del Presidente para que no llegue el final sin algo que decir, más allá del evidente fracaso, y se ha hablado con los detenidos y se apuran estudios de nuevos fragmentos óseos. No será extraño que hoy o mañana llegue una sorpresa, ¿una nueva verdad histórica?
Hablé ayer en Botepronto de MILENIO Tv con el director del Centro PRODH, Santiago Aguirre, que ha acompañado a los familiares estos 10 años, sobre los recientes arrestos de El Gil y El Cepillo.
“La figura de los testigos de identidad reservada es útil para investigar crímenes complejos en manos de fiscalías serias. En manos de fiscalías propensas al abuso, se vuelve una herramienta muy propicia para construir versiones a modo… Sí teníamos el caso de estos testigos que habían aportado alguna información, pero que estaban administrándola, porque toda la prueba indica que ellos mismos participaron en algunos tramos y eso no hacía parte de su relato. Entonces había evidencia para volverlos a procesar por delincuencia organizada.
“Pero estas órdenes estaban vigentes desde 2016 y se vienen a ejecutar ahora a una semana de que acabe el sexenio. Pues lamentablemente no podemos descartar que eso sea parte de un intento de sacar de ellos nuevos relatos, nuevas versiones, incluso que se retracten de haber incriminado algunas autoridades o que señalen al ex fiscal del caso y con eso le armen alguna investigación. En fin, con esta fiscalía cualquier cosa puede pasar. No, realmente no sabemos de qué se trata”.
¿Un último “regalo” al Presidente? ¿Otros datos?