Así como a los recién fallecidos les reconocen todas las virtudes humanas posibles, a los candidatos que ganan elecciones les atribuyen –malamente– cualidades absolutas.
Algo parecido le pasa a Donald Trump a quien muchos lo ponen en el más alto de los pedestales como el rey invencible de la negociación y ganador total en todos los campos, pero revisemos cinco puntos relevantes.
Uno. Actualmente se victimiza por el déficit comercial de Estados Unidos con respecto a Canadá y México. La realidad es que las condiciones actuales del mercado trilateral las negoció y pactó Trump en su primera gestión presidencial. ¿Lo chamaquearon México y Canadá, desconoce el mundo real del comercio internacional o lo hizo con dolo? Sea lo que sea, él lo propició.
Dos. Culpa a México y a Canadá de la entrada del fentanilo al mercado estadounidense. Lo que no reconocen es que la triangulación se acentuó a raíz de que en su primer periodo presidencial apretó las importaciones chinas, provocando que los traficantes asiáticos encontraran otras vías para surtir la demanda estadounidense que aún persiste; sin ella no habría tráfico.
Tres. Acusa al gobierno de México de estar coludido con los cárteles de la droga, pero fue el propio Trump quien en su primera gestión apoyó a Andrés Manuel López Obrador y a su grupo a llegar al poder, esto a pesar de que en Estados Unidos ya había investigaciones a las redes de financiamiento que vinculaban a morenistas con estos grupos delincuenciales. Incluso, usó a López con fines electorales para buscar la reelección hace cuatro años, pero tampoco le resultó.
Cuatro. Zelenski demostró al mundo cómo desencajar al “tiburón” en una negociación. Aunque no fue un crudo y sangriento choque como los que se dan cuando son en privado, el líder ucraniano exhibió en cadena mundial las debilidades –la emocional, entre otras– de Trump.
Cinco. La guerra arancelaria que anunció Trump contra México y Canadá afectó duro… a su mercado interno y bursátil. Los consumidores estadounidenses serían los primeros afectados al encarecer arancelariamente las importaciones, lo cual dispararía la inflación en la Unión Americana. ¿Genio?
Así que, ni muy muy, ni tan tan.