La guerra contra el narco fue una elección de bando. La sentencia de 38 años de cárcel a Genaro García Luna no es nada en relación a las consecuencias que la simulación de combate a la delincuencia generó y que se siguen padeciendo.
Casi 20 años después, los grupos criminales que surgieron continúan extendiéndose y generando violencia en todo el país.
No se puede negar que hubo un antes y un después del 11 de diciembre de 2006, cuando Felipe Calderón hizo envalentonado aquella declaración de guerra, y, presuntamente sin saberlo, puso al mando a un cómplice del enemigo.
En el inicio de su sexenio, operaban los cárteles de Sinaloa, Golfo, Juárez y la Familia Michoacana; después surgieron Los Zetas, Guerreros Unidos, y el Cártel Jalisco Nueva Generación, éste último considerado como el más peligroso y con mayor presencia en México, de acuerdo con la DEA.
Los combates en ese entonces se concentraban en Chihuahua, Tamaulipas, Michoacán y Guerrero; ahora, según el Secretariado Ejecutivo Nacional de Seguridad Pública, 65 por ciento de los homicidios ocurren en Estado de México, Jalisco, Sinaloa, Veracruz, Baja California, Guanajuato, Michoacán, Guerrero, Chihuahua y Ciudad de México.
La escalada de violencia derivó en el desplazamiento de personas de comunidades rurales tomadas por grupos criminales, como en Guerrero, Sinaloa, Durango, Chihuahua y Tamaulipas; en otras, el hartazgo y la incapacidad de las autoridades psra garantizar la paz motivó el surgimiento de las autodefensas.
El sexenio de Calderón fue el inicio de una espiral de violencia que sigue hasta nuestros días. Según el Secretariado Ejecutivo Nacional de Seguridad Pública, el panista terminó su mandato con 120 mil 463 homicidios (el doble que Fox), y desde entonces han ido en aumento; Enrique Peña Nieto terminó su gestión con 156 mil 066; y Andrés Manuel López Obrador con 170 mil.
A pesar de todo lo que desató esa estrategia de seguridad, que realmente nunca lo fue, y que su hombre de confianza cumple una condena en Estados Unidos, Calderón se muestra inmutable, y sin titubear dice: “lo volvería a hacer”.