Gil caminaba sobre la duela de cedro blanco mientras leía con las manos entrelazadas en la espalda (recuerden que esto sí es posible) una nota de Frances Robles en el New York Times en la cual informaba: “la red eléctrica de Cuba falló y todo el país se sumió en la oscuridad el viernes, menos de un día después de que el gobierno subrayara la necesidad de paralizar la economía para ahorrar electricidad ante la grave escasez de gasolina y los cortes periódicos a gran escala”.
Gil se pregunta una vez más cuánto tiempo se prolongará la gravísima crisis humanitaria que no cesa bajo la dictadura de Miguel Díaz-Canel. La electricidad se interrumpió en toda la isla el viernes por la mañana tras una falla en una central termoeléctrica de Matanzas, al este de La Habana, afirmó el Ministerio de Energía y Minas de Cuba.
El apagón se produjo menos de un día después de que el primer ministro, Manuel Marrero Cruz, transmitiera un discurso televisado nocturno con funcionarios estatales para hablar de la crisis eléctrica en curso, que los expertos dijeron que era la peor que la nación —acostumbrada desde hace tiempo a la escasez de alimentos y electricidad— había experimentado nunca.
Bloqueo mental
Desde luego no faltan los fanáticos que defienden a la dictadura cubana, impuesta en el poder solamente durante 65 años. Un país sin elecciones, sin prensa libre, sin radio y televisión plurales, los cubanos pueden leer el Granma y Juventud Rebelde; la crítica al gobierno se castiga con la cárcel, la oposición no existe, el país se cae a pedazos, como lo prueban la falta de luz y gasolina.
El gobierno de Liópez defendió a capa y espada esta dictadura e invitó al dictador varias veces a México. Felicidades. Gamés supone que la presidenta Sheinbaum caminará por la misma ruta. ¿Y qué decir de su periódico La Jornada? La “Rayuela”, ese breve editorial de la contraportada decía así: “el criminal bloqueo estadounidense de más de medio siglo contra Cuba ha provocado a la isla su peor crisis energética”.
El escritor y periodista cubano-mexicano Rubén Cortés le contestó a este diario en un X: “Una mentira más de La Jornada para sus lectores. Cuba duplicó en 2024 sus compras a Estados Unidos de pierna, pechuga y muslos de pollo, fosfato de calcio, arroz y fruta, según el Consejo Económico y Comercial de Cuba. De hecho, Cuba comercia legalmente más con EU (3.98%) que con México (3.54%)”. Defender a la dictadura cubana, y a la Venezuela de Maduro, y cerrar la boca ante los crímenes de Ortega en Nicaragua, y convertir en héroe a Evo Morales, y no reconocer en Putin a un dictador y un asesino, ¡mon Dieu! ¿Estamos locos?
Para aliviar la tensión de la red eléctrica, las autoridades cubanas anunciaron el jueves por la noche que todas las escuelas permanecerían cerradas hasta el lunes y que cerrarían las actividades culturales y no esenciales.
“Hemos estado paralizando actividades económicas”, dijo Marrero Cruz. Las autoridades dijeron que estaban investigando la causa de la avería en la central eléctrica de Matanzas.
Gasolina impagable
Durante mucho tiempo, Cuba ha lidiado con una infraestructura envejecida y mal mantenida que no puede producir la cantidad de megavatios que necesita la nación de casi 11 millones de habitantes. Cuba dependía tradicionalmente de Venezuela para sus importaciones, pero ante la disminución de los suministros procedentes de ese país, en los últimos años empezó a mirar hacia México y Rusia.
Desde hace un año, esto ha provocado una gran escasez de gasolina, que ha originado largas filas en las gasolineras. El gobierno ha advertido que tendrá que aumentar drásticamente los precios del combustible y la electricidad para generar fondos. Subir los precios hasta volver impagable la gasolina. ¿Eso defienden los seguidores de la dictadura? Anjá, sí: el culpable es el imperialismo yanqui. Es que de veras.
Miriam Leiva, periodista disidente en La Habana, dijo que la falta de electricidad era tan grave que la propia videoconferencia de Marrero se retrasó varias horas debido a dificultades técnicas. Dijo que el hecho de que los dirigentes del país, normalmente reservados, compartieran información detallada evidencia la gravedad de la crisis.
Enfrentados a una dictadura, a la escasez generalizada de gasolina y al aumento de los precios de los alimentos, más de 600 mil cubanos han huido a Estados Unidos desde 2022.
Todo es muy raro, caracho, como diría Jacinto Benavente: “los dictadores pueden reformar las leyes, pero no las costumbres”.
Gil s’en va