Mirar más allá de la discapacidad visual

Ciudad de México /

Angélica Lenz nació con una rara enfermedad degenerativa de la retina, una enfermedad progresiva e incurable que le ocasionó baja visión desde temprana edad. Esta situación la enfrentó a diversas dificultades, sobre todo en la escuela, como ver el pizarrón, participar en juegos de pelota, reconocer los rostros de sus compañeros y bajar las escaleras, entre otros retos que sorteó. Pero ella se adaptaba y avanzaba.

Ya en la escuela secundaria y el CCH, relata Lenz, no veía lo que escribía con bolígrafo, mientras que la movilidad se complicaba. El problema se agudizó a los veinte años de edad, pues ya no podía leer textos impresos. El escabroso camino y otros obstáculos, sin embargo, no la frenaban y ella continuaba sin parar.

Entonces los científicos inventaron mecanismos ópticos y otras herramientas, por lo que inició un negocio. Tenía 22 años de edad.

Y aprendió a leer y escribir en braille, así como otras habilidades para la vida diaria, como el uso del bastón y la tecnología adaptada.

Con el tiempo, después de fundar una empresa, quiso darle un giro a su “existencia y, movida por el deseo de ayudar a otras personas”, se formó en una rama de la psicología; se certificó como Coach de Vida Internacional y como tanatóloga.

Hasta ahora ha escrito dos libros, El reto ante la pérdida de visión y Un nuevo camino de vida, ambos con mucho éxito en Amazon. Esto le ha servido de puente para comunicarse con otras personas que tienen debilidad visual.

Y el horizonte se amplía.

Lenz no ha dejado de asombrarse por tantos compañeros que han desarrollado “increíbles habilidades” y que, igual que ella, no solo han salido adelante sino que “también han conquistado sueños y logrado destacar en diversos ámbitos”.

De modo que, “inspirada por tanto talento”, creó el Festival AsombrArte, un evento sin precedentes, asegura, en el que se reunirán alrededor de 40 artistas con discapacidad visual, reconocidos nacional e internacionalmente en diversas expresiones, como la música, la pintura, la fotografía, el teatro, la literatura, entre otras actividades.

“El objetivo es visibilizar las capacidades de las personas con discapacidad visual para romper mitos y prejuicios que son los que originan las barreras sociales, escolares y laborales”, comenta Lenz. “Por lo mismo, el evento incluye experiencias inmersivas y de sensibilización, además de muchas sorpresas”.

De modo que se aproxima la celebración del primer Festival Artístico AsombrArte. Y lo más sorprendente es que solo participarán artistas con discapacidad visual. Entre ellos habrá músicos, escritores, como la propia organizadora del encuentro, Angélica Lenz, quien asegura que el evento será un ejemplo en América Latina.

Pero primero hablemos de esta profesional, Angélica Lenz, quién nació en México hace 56 años.

—Su crecimiento dentro de su discapacidad cómo lo considera.

—No fue fácil, no fue fácil porque siempre me sentí diferente, inadaptada, torpe en la escuela; pues sí hubo retos importantes, la cuestión de ver el pizarrón, por ejemplo, y de llevar apuntes, las lecturas, todo eso fueron complicaciones.

—Pero usted se ha desarrollado a tal grado que, según su biografía, ha superado muchas cosas.

—Sí, he tenido una vida normal: tengo tres hijos, soy abuela de un chiquito, otro que viene en camino, y sí, hice mi formación: He estudiado, he trabajado, fui socia fundadora en una comercializadora donde trabajé 18 años.

Angélica habla tres idiomas, pues en el lapso que estuvo al frente de la empresa trató con diversas trasnacionales de más de diez países.

“Y ya después, comenta,­ empecé mi formación en el área de lo que yo quería dedicarme, que es en ayudar a otras personas.

—Y aterrizó en lo que quería.

—Sí, yo quería dar un giro existencial a mi vida y poder ayudar a otros, orientarlos, acompañarlos, a personas que están viviendo situaciones similares a las mías, poder también ayudar a los familiares, al mismo paciente, entonces fue cuando empezó mi formación en esa área.

—¿Qué estudios tiene?

—Tengo la certificación como analista existencial y en logoterapia, que es una rama de la psicología humanista existencial.

Como tanatóloga, dice, acompaña a las personas cuando tienen pérdidas significativas, “como las que están adquiriendo la discapacidad visual o que están en ese proceso. Entonces es justo ayudarles a vivir todo ese duelo, a elaborarlo, a llegar a ese punto de la aceptación y resignificar su vida”.

—¿Y es solamente a las personas con discapacidad visual?

—No, también atiendo a pacientes en otras áreas, ya sea que ha fallecido una persona muy importante para ellos, o en el caso de una separación de un divorcio, incluso en pérdida de mascota, pérdidas materiales; pero sí me han tocado más en la discapacidad visual.

—¿Y cómo le va en su actividad profesional?

—Bien, yo lo disfruto mucho, me llena el observar el proceso de las personas de cómo llegan a mí y a la hora de que siguen su vida adelante y la retoman y se ponen nuevas metas y salen adelante; es una gran, gran satisfacción.

Y de todo su quehacer profesional llegamos a lo que será la celebración del próximo festival que titularon AsombrArte.

“Estamos muy, muy emocionados; la verdad es que es un sueño que se hizo realidad y justo el objetivo de este evento es visibilizar todo el talento que existe entre las personas con discapacidad visual y todo lo que aportamos a la sociedad”.

—De verdad está emocionada.

—Sí, porque está está idea de que somos los pobrecitos y una carga, y que no podemos hacer tantas cosas. Hay muchos desconocimientos, mitos, prejuicios, y la verdad es que teniendo la rehabilitación y las herramientas necesarias, podemos hacer cualquier cosa.

Durante el festival habrá pintura, escultura, fotografía, instrumento de autor, música, solistas, una agrupación vocal que consta de 30 miembros de diferentes edades, cuatro presentaciones de libros, la presentación de un disco y teatro. “Es una combinación de todas las expresiones artísticas en un solo lugar”, comenta Angélica, sin dejar de emocionarse, mientras junta sus manos y sonríe.

Es el Primer Festival AsombrArte, abierto a todo público, que se llevará a cabo los días 3, 5 y 6 de octubre en la Plaza Loreto, Ciudad de México.

—Y demostrarán de lo que son capaces.

—Sí, y que somos autónomos y productivos, que podemos hacer muchísimas cosas; en fin, se derribarán mitos y prejuicios.

Todos, agrupados en la organización Mirando más allá y cuyo lema es… A nuestro modo de ver.


  • Humberto Ríos Navarrete
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