Pactar

Ciudad de México /

Hoy la actualidad más candente se resume en una palabra muy antigua: pacto. Viene del latín pactum y significa “acuerdo, algo trabado y establecido.” De la misma raíz desciende la palabra “paz”. Y es que, para los romanos, la política consistía en trenzar acuerdos cotidianamente, en un perpetuo esfuerzo por apaciguar las discrepancias. Todas las magistraturas de la antigua Roma eran colectivas; cada cargo recaía en varios colegas (generalmente en número par: dos, seis o diez) que compartían las mismas funciones y tenían derecho de veto. Por tanto, los magistrados actuaban bajo la amenaza constante de ser paralizados por el veto de sus iguales. Hoy nos sorprende imaginar dos presidentes del gobierno elegidos por separado y en pie de igualdad, obligados a colaborar a cada paso. Y sin embargo, así ejercieron su poder los antiguos cónsules, que alcanzaban la cumbre del mando de dos en dos, condenados a entenderse.

Luis M. Morales

El sistema de la República romana estaba construido sobre la idea obsesiva de evitar el personalismo. Roma había conocido una larga monarquía y quería impedir que un individuo carismático gobernase sin cortapisas. Para protegerse de ese peligro, renovaban cada año a todos los magistrados sin permitir la reelección. Quizá la reflexión política más profunda que nos han legado los romanos es la necesidad de ejercer el control desde el mismo poder. Para conseguirlo, fijaron límites y educaron a sus políticos en la forja del acuerdo. Entendieron que, en un delicado equilibrio entre la vigilancia mutua y la colaboración, está la pauta de los pactos. _

*Autora de El infinito en un junco

Luis M. Morales

Para los romanos, la política consistía en trenzar acuerdos cotidianamente


  • Irene Vallejo
  • Irene Vallejo Moreu es filóloga y escritora española.​ Por su libro El infinito en un junco​ recibió el Premio Nacional de Ensayo 2020 y el Premio Aragón 2021.​ Publica su columna Los Atltas de Pandora.
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