La consulta de la Revocación de Mandato es un instrumento de evaluación del desempeño de la persona titular del gobierno, para determinar si los ciudadanos están de acuerdo en que se continúe como ejecutivo hasta el terminó de su periodo o dejar el mando por pérdida de la confianza o el mal manejo. En Hidalgo, se trata de la primera consulta propuesta por el propio gobernador, Julio Menchaca Salazar, desde su candidatura.
La lectura de los resultados será muy dispersa, dependerá de la opinión de quienes los interpreten y cómo evalúen los trabajos del gobierno; aunado a que este mecanismo democrático no es conocido por los ciudadanos y a la fecha no hemos visto alguna capacitación de parte del Instituto Estatal Electoral para informar a la sociedad respecto de la importancia de su participación y los motivos de acudir a la urna a emitir su voto a favor o no de la revocación.
La oposición por su parte, va a llamar al abstencionismo, no le conviene mostrar que su capital no hace un contrapeso a la gestión e imagen del gobernador Menchaca. De lo que no cabe duda, es que el fuego amigo va a estar presente y va a restarle importancia a las obras que han beneficiado a los hidalguenses, entre ellas las obras en Pachuca y los resultados de las Rutas de la Transformación.
Lo visto, es que los grupos auto llamados fundadores de Morena, se van a encargar de que la sociedad vote en contra, al igual que aquellos funcionarios públicos oportunistas, que sirven a intereses personales, aliados a un grupo diferente; lo mismo ocurre con la dirigencia estatal de Morena, que ha permitido que los enemigos principales de la política del gobernador, entren hasta la cocina del partido; aunado a la traición esperada por aquellos partidos aliados como es el caso del PT, manipulado por el Grupo Universidad. Nueva Alianza dividido entre Sinuhé Ramírez, alcalde de Zempoala, y Said Vargas, líder del SNTE; y el Verde, encabezado por el ex gobernador Miguel Ángel Osorio Chong y el senador Cuauhtémoc Ochoa.