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Una lagunera en Corea del Sur, choque y unión de dos culturas

Una historia de amor que rompió fronteras y la barrera del idioma. Elizabeth Juárez, originaria de Torreón, detalló cómo conoció a Jinseop Lee, su esposo coreano.

Alejandro Castañeda Alvarado
Torreón, Coahuila /

Elizabeth Juárez es una lagunera que vive en Corea del Sur desde hace tres años, donde junto con su esposo muestran la unión entre dos culturas a través de redes sociales.

En entrevista para MILENIO detalló cómo fue que decidió radicar hasta el otro lado del mundo, su participación en la Asociación de Mexicanas en Corea del Sur y como es la vida en esa parte de Asia.

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A través de su canal Jinseop muestran aspectos culturales de ambos países con varios videos virales de su canal 'Jinseop Coreano' en Youtube, donde tienen más de 100 mil suscriptores.

Una historia de amor

Actualmente Liz tiene 36 años, creció en la colonia Jacarandas de Torreón, pero su afinidad por la cultura asiática la conectó a querer aprender coreano, sin saber que algún día viviría allá.

“Me gustaba el anime y de Corea no tenía idea, fue hasta que comencé a escuchar K-Pop y conocer de series coreanas, porque no había nada subtitulado, era difícil conseguirlo, no estaba Netflix, y me propuse aprender coreano”.

Con la finalidad del entretenimiento decidió subscribirse a una página de internet para aprender el idioma con personas nativas y fue ahí donde conoció a su hoy esposo, Jinseop Lee.

“Él estaba ahí para aprender español, comenzamos a platicar con fines de amistad, no se podía poner foto de perfil, muy rudimentaria”.

Detalló que no conocía su rostro y tampoco estaba la moda que hoy en día existe de “quiero tener un novio coreano como en los K-Dramas”.

Surgió una amistad sincera con dudas genuinas sobre el idioma del otro, se conocieron un poco mejor y luego se agregaron a una red social coreana parecida al Whatsapp, 'Kakao'.

¿Cómo se conocieron en persona?

Liz dijo que siempre soñó con ir a Japón, por lo que en 2015 ahorró para lograr ese anhelado viaje en 2017, ahora con un agregado: Corea del Sur.

“Él me preguntó donde vivía, le dije que en Torreón y me dijo que quería venir a conocerme, y así fue, llegó solo para conocerme”.

Quedó sorprendida con la decisión de Jinseop Lee, ya que fue un salto de fe, pues en Corea solamente se pasan noticias malas de México sobre la inseguridad.

“Me dijo que su misión era pedirme que fuera su novia y acepté, luego él regresó a Corea, yo hice el viaje a Japón y tiempo después hasta consiguió trabajo en Torreón”.

Él trabajo era como traductor en una empresa coreana con sede en La Laguna y así estuvieron un tiempo, posteriormente a 2 años de noviazgo decidieron casarse con una boda en Torreón y otra en Corea.

“Fue un ir y venir y en 2018 por fin nos casamos, vivimos tres años en México y después nos venimos acá a Corea”.

El contraste cultural

Liz puntualizó que ya casados quisieron hacer una comparativa de cómo se vive en cada uno de sus países, donde él se sentía agusto en México, ahora toca en Corea.

“Cuando llegamos a Corea yo ya sabía algunas cuestiones culturales, pero no es lo mismo leerlas que vivirlas”.

Otra de las reglas culturales no escritas es que en las mujeres no están bien vistos los escotes, pero la minifalda no es tabú.

“Otras cuestiones son como si estas en una cena no puedes comer antes que las personas mayores; no puedes tomar alcohol de frente a un mayor, tienes que hacerlo de lado; quitarte los zapatos cuando ingresas a una casa, entre otros”.

Liz afirmó que las reglas sociales puedes llegar a ser un poco agobiantes.

Mexicanas en Corea

Liz forma parte activa de una organización que reúne a los mexicanos y mexicanas que radican en Corea, para realizar actividades de unión pero también de preservación de tradiciones.

Destacó que una de las problemáticas entre las mexicanas es la falta de personas cercanas para hablar español, ya que su convivencia es con sus esposos coreanos, se habla en el lengua oficial o en inglés.

Liz extraña La Laguna y la lleva en el corazón, al igual que a su familia y amistades más cercanas, con las que tiene constante comunicación gracias a las bondades tecnológicas.

aarp


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