Para el coordinador de la Licenciatura en Psicología en la Universidad Iberoamericana (UIA) campus Puebla, maestro José Leopoldo Castro Fernández de Lara, la impunidad que existe por parte de las instituciones del estado para sancionar a quienes cometen un delito, como el feminicidio, aunado al desquebrajamiento de todas las instituciones que antes regulaban el comportamiento, tales como la religión, la familia, la educación y la figura del padre, promueve que la gente ya no tenga límites, de ahí el incremento de actos violentos y la saña con que estos se cometen.
"Creo que todo esto tiene más que ver con un fallo del sistema del estado, específicamente con la impunidad. Nunca pasa nada. Entonces eso es algo muy del estado que se cometa cualquier delito, de cualquier manera y nunca pasa nada. Entonces eso es por un lado, pero al mismo tiempo ya tenemos que ir mirándolo de la parte de la mente. El hecho de que tu sepas de que no va a pasar nada disminuye el miedo al castigo que tenías".
Añadió que al mismo tiempo se han perdido las figuras importantes de las instituciones que antes regulaban el comportamiento. "La iglesia, por ejemplo, no es tan importante para muchas personas, no digo de una iglesia en específico sino de la idea de la iglesia, de la religión. Lo mismo la educación, lo mismo la familia, antes el padre era una figura de autoridad incuestionable y ahora ya no, ahora los hijos son los que mandan en casa. Este desquebrajamiento de todas estas instituciones que antes regulaban el comportamiento promueve que la gente ya no tenga límites".
Explicó que siempre ha habido personas que tienen una tendencia hacia la psicopatía, en dañar a otros, "pero antes había una regulación de muchas instituciones y todo eso se ha perdido sumado a lo de la impunidad. Al mismo tiempo desde principios del siglo XX, Carl Jung, que fue un gran psicólogo, compañero de (Sigmund) Freud, él decía que a principios del (siglo) XXI iba a ser como la sombra de las personas que se iban a mostrar más claramente refiriéndose a que la parte oscura que no hemos reconocido y que se trató de ocultar durante muchos siglos pensando que el ser humano cada vez es más bueno, más artístico, más creativo, está parte que hemos ido ocultando iba a botarse. Entonces hay muchas personas que obviamente están entrando en contacto con esta parte que a nadie nos gusta ver, pero tampoco nadie ha atendido históricamente".
Añadió que hay índices de violencia muy graves que nadie ha resuelto, de injusticia, de desigualdad, "que pensamos que la gente tiene que soportarlas en silencio, pero cada vez más la gente las empieza a vivir y las consecuencias las estamos pagando todos".
Cuestionado si todos estos factores también les implica a los psicólogos un mayor trabajo para atender a sus pacientes, respondió que sí porque les implica una mayor responsabilidad para todos. "Para nosotros como psicólogos, para ustedes como comunicadores, creo que hay como una gran responsabilidad para saber cómo actuar en esta nueva sociedad porque todo mundo estamos viendo los problemas pero quisiéramos que alguien más las resolviera, más bien depende de nosotros de cada una de las personas que nos consideramos buenos, entre comillas, hagamos lo que tenemos que hacer realmente. En nuestro país hay como una gran tradición de ser corrupto, de ser mediocres y creo que ya estamos tan decepcionados consecuencia de todo esto que entonces tenemos que hacer las cosas bien hechas. No podemos dejar de hacer lo que se nos presenta en la puerta, en el caso de la psicología es acompañar a las víctimas pero también educar a la sociedad para poder convivir mejor y es algo que un psicólogo tiene la ventaja que donde trabaje lo puede hacer, ya sea con niños, con adultos, con adolescentes, en las empresas, en hospitales, en las escuelas, en cualquier lugar tenemos que estar promoviendo la cultura de la paz, el respeto y, sobre todo, el autoconocimiento, que creo que es la clave para mejorar la sociedad. Solo una persona que es consciente de sus actos puede animar a cambiar algo de sí misma. Hasta que la gente llegue a ese nivel de conocimiento y diga, esto lo estoy haciendo mal, tengo que mejorarlo nada va a cambiar porque siempre estamos esperando que cambien otros porque pensamos que son los malos, pero cada uno es responsable de nosotros".
Por otra parte, Leopoldo Castro planteó que la psicología sigue siendo una ciencia nueva ya que no existe un acuerdo entre las distintas corrientes "que se han ido creando". En el presente siglo son dos las corrientes que han destacado: la que busca una relación entre la parte emocional y la fisiológica; mientras que la otra tiene que ver más con el reconocimiento de la parte espiritual.
Explicó que en los últimos 20 a 25 años, se han desarrollado varias tendencias que tienen que ver con las neurociencias, "esta parte que tiene que ver con los Estados Unidos y los países industrializados y en esa tendencia se busca una relación entre la parte emocional y la fisiológica, es un modelo que busca acercarse a la psiquiatría, en el cual el objetivo es si una persona está deprimida ¿qué sustancia podemos darle que le esté faltando o una conexión que no le esté funcionando bien, tratar de conseguir que la persona genere este cambio. Esa una parte a lo que antes se llamaba conductismo y que ahora tiene que ver en querer cambiar la fisiología para corregir un resultado que tenga que ver en emoción y comportamiento".
Añadió que la otra tendencia, "que ha perdido la carrera junto a esta primera, pero tiene que ver más con el reconocimiento de la parte espiritual. La psicología se ha vuelto como una especie de nueva ciencia que vigila la parte espiritual, tiene que ver más con el Humanismo, el Existencialismo, en donde se busca integrar como una dimensión que en el último siglo, el siglo XX, se vio un poco en picada por el consumismo, en esa relación que fuimos creando y que ahora también es lo importante y que tiene que ver como uno se planta en el mundo en relación con otros".
Dijo que esta ciencia ha ido evolucionando de acuerdo a las problemáticas que se van presentando. "Al principio o hace muchos años era parte de las humanidades. Incluso en algunas universidades parte de las artes, ahora ya se tiene claro que es una ciencia que tiene que ver con la salud y específicamente con la salud mental no solo para 'arreglar' a las personas que mucha gente piensa de ver que una persona funcione bien, sino también para prevenir toda la enfermedad a través de la promoción de la salud mental y esto se hace con individuos, en grupos, en niños, en adultos, en educarlos, en cómo tener estilos de vida saludables que les permitan ir generando buenos pensamientos, buenas emociones e ir alimentando todo esto que les permita al mismo tiempo ser felices no solamente eficaces en la sociedad. No solo que cumplan sino que encuentren un sentido en la experiencia humana".
El especialista resaltó que la nueva ley de educación y la Norma 35, que atiende a las empresas ya reconocen a la salud mental como un área importante y esto de alguna manera legitima la función del psicólogo porque se fijó en la ley que en las escuelas desde el nivel básico es importante promover la educación emocional y no solo los conocimientos teóricos, "sino la forma de educar al ser humano en el manejo de sus propias emociones, en su motivación, para lograr que las personas estén más integradas; y en la parte del trabajo con la Norma 35 que tiene que ver con la Ley del Trabajo tiene que ver con la prevención de riesgos psicosociales".
Agregó que ahora las empresas tienen que preocuparse porque sus empleados no se "quemen", es decir, que no registren desgaste ocupacional. Indicó que esto es una muestra de la preocupación porque se atienda la salud mental y no solo la parte física.
Aunque lamentó que México reporte "tanto rezago en tantas áreas, que pareciera un lujo el de repente acudir al psicólogo y no solo en las escuelas, en los asilos, en los centros comunitarios, en las empresas, en todos los lugares un psicólogo lo que promueve es la salud mental".
Empero reconoció que aumenta la sensibilidad para cubrir esta demanda y a manera de ejemplo mencionó la creación de materias en la Ibero para acompañar a familiares de personas desaparecidas, que han sufrido temas de secuestro o lesiones. "Y la misma vida social de nuestro país ha ido empujando para que se reconozca esto".
mpl