La gran mayoría de los municipios de la esperanza se encuentran en una condición crítica o de alta vulnerabilidad por su marginación y falta de acceso a servicios hospitalarios, advirtieron especialistas de la UNAM.
Manuel Suárez, director del Instituto de Geografía, señaló que aunque se trata de municipios de baja exposición, al levantar la contingencia, tienen más riesgo, porque están más alejados de los servicios de salud, además de que sus condiciones socioeconómicas los sitúan en una posición más vulnerable y levantar las medidas de restricción, favorecerá la movilidad y con ello, el riesgo de contagios de covid-19.
Estados como Oaxaca o Chihuahua con municipios de la esperanza han anunciado que no reabrirán ante el riesgo que representa por su nivel de vulnerabilidad. Por ello, explicaron que se debe ponderar el acceso a los servicios médicos, movilidad y marginación.
La información se ha hecho llegar al gobierno federal y las coordinaciones de Protección Civil de los estados, para que haya un mayor análisis de los riesgos de vulnerabilidad que tienen, una vez que han comenzado a reabrir sus actividades.
Samuel Ponce de León coordinador del programa universitario de Investigación en Salud, señaló que el Índice de vulnerabilidad elaborado por la UNAM será muy útil para que las autoridades pongan atención en el levantamiento de las medidas de restricción, pero reconoció que las acciones tomadas en México sí han logrado aplanar la curva de la pandemia.
“No vamos a lograr tener menos infectados, a menos que tengamos una vacuna, que no se ve en un futuro cercano, lo que se hace es administrar el riesgo cercano para que la gente pueda tener acceso a los servicios médicos. La curva tiene una pendiente mucho menos a las que se vio en Italia, España, Estados Unidos o Brasil, se ha logrado aplanar la curva, sí”, apuntó.
Agregó, sin embargo, que el riesgo de que haya más contagios en una segunda oleada, dependerá de la responsabilidad no solo del gobierno, también de la de la sociedad, en términos de medidas de san distancia, movilidad y de recreación, para lograr un equilibrio que permita reactivar las actividades económicas.
En conferencia, explicaron que el estudio sobre las 59 zonas metropolitanas del país, muestra que si bien concentran la infraestructura de salud, además de ser los polos económicos de los que depende la distribución de bienes, también lo es que son las regiones con mayor densidad de población, lo que facilita una mayor tasa de contagio.
Ejemplificaron el caso de la zona metropolitana de la Ciudad de México, donde se concentran los casos de covid-19 a nivel nacional, al referir que a medida que se aleja del centro hacia la periferia, hay menos acceso a la infraestructura hospitalaria, además de que hay menores niveles socioeconómicos y mayor densidad de población.
En el Estado de México hay una concentración más alta en municipios donde no hay acceso a esos servicios, además de que hay más gente que vive en estas zonas alejadas del centro.
De acuerdo con los especialistas de la UNAM, las aglomeraciones más importantes de áreas de vulnerabilidad crítica se encuentran al oriente, en Netzahualcóyotl, Chimalhuacán, Valle de Chalco Solidaridad, Ixtapaluca, La Paz, y el sur y este de Iztapalapa. En estos municipios y alcaldías, existen grados altos de vulnerabilidad demográfica, muy altos grados de vulnerabilidad en la dimensión de salud y grados críticos en términos socioeconómicos.
También se analizó la zona metropolitana de Monterrey, donde las manifestaciones territoriales de mayor vulnerabilidad crítica se concentran en los municipios de Monterrey, San Pedro Garza García, San Nicolás de los Garza, Guadalupe, Apodaca, Escobedo, el extenso eje hacia Santiago y el pequeño que conecta con Santa Catarina.
En el caso de Guadalajara, la vulnerabilidad crítica se distribuye en el norte, en “Las Mesas”, y en el norponiente entre el centro de Zapopan y Tesistán. En el poniente sobresalen Jocotán y Santa María del Pueblito; y hacia el surponiente Arenales Tapatíos y Santa Ana Tepetitlán que tienen mayor proporción de población de lengua indígena. En el sur de la zona metropolitana, desde la zona industrial hasta el municipio de Tlajomulco de Zúñiga, se observan las Áreas Geoestadísticas Básicas (AGEBs) con grado crítico distribuidos de manera dispersa, en función de las áreas urbanas.
Otra de las zonas metropolitanas analizadas se ubica en Puebla, en donde la concentración se da en las periferias al norte, en algunas áreas intermedias y al sur. Esto sucede también en municipios cercanos al centro como en Amozoc al oriente; Ocoyucan, San Andrés Cholula, San Pedro Cholula, Coronango, Juan C. Bonilla al poniente; así como en otros más distantes como Acajete y Tepatlaxco. En Tlaxcala, los municipios más vulnerables son San Pablo del Monte, Tenancingo, Papalotla de Xicohténcatl, Santa Catarina Ayometla, Santa Cruz Quilehtla. Es probable que la mayor vulnerabilidad en los municipios de contornos externos esté determinada por las dimensiones de salud y la socioeconómica.
Los mapas del índice de vulnerabilidad en las 59 zonas metropolitanas del país, elaborados por la UNAM permitirán a las autoridades locales definir las medidas de reactivación, tras el anuncio del gobierno federal de que los estados determinarán las acciones para retornar a la nueva normalidad.
AE