A un año de Otis, comenzó una era de huracanes cada vez más destructivos por el cambio climático; este huracán no solo sorprendió a los acapulqueños con sus poderosas ráfagas de viento, también a los meteorólogos que registraron cómo en solo nueve horas, el ciclón se incrementó de la categoría 1 a la 5, la máxima en la escala Saffir-Simpson.
En vísperas de la conmemoración de aquel desastre, el 23 de septiembre John azotó de nuevo al puerto con categoría 3, provocando severas inundaciones; mientras que el 7 de octubre, en el Golfo de México, el huracán Milton pasó en solo siete horas de la categoría 1 a la 5, lo que confirma que nuestro país está ya sufriendo los estragos del cambio climático y que, a partir de ahora, serán una realidad las predicciones sobre ciclones cada vez más intensos como efecto del calentamiento global, señaló Alejandra Méndez Girón, titular del Servicio Meteorológico Nacional (SMN).
“No, no me esperaba vivir estos tiempos. Como profesionista te puedo decir que son tiempos delicados, que sí debemos de tomar medidas, porque sí duele. Sí duele el hecho de que se estén generando fenómenos cada vez más peligrosos y que estén cambiando las condiciones en el planeta. Tenemos que tomar medidas para mitigar y trabajar mucho acerca de las variaciones climáticas y el cambio climático”, dijo Méndez Girón, quien suma más de 20 años de carrera en el organismo, en entrevista con MILENIO.
El planeta está muy cerca del límite de 1.5°C establecido en el Acuerdo de París, considerado el punto de no retorno de esta crisis climática. De acuerdo con la Organización Meteorológica Mundial (OMM), en 2023 la temperatura global se incrementó 1.45 ºC, provocando un calentamiento sin precedente de los océanos, además del retroceso de glaciares y la pérdida de hielo marino de la Antártida. En México, el aumento de la temperatura global provocó una prolongada sequía, constantes olas de calor y la sorpresiva intensificación del huracán Otis, fenómeno que se repitió este 2024 con Milton.
Así que Méndez Girón aseguró que sí hay una relación entre el incremento de la temperatura global con el desarrollo de los ciclones que tienen mayor intensidad, ya que “en los últimos dos años se han registrado sistemas que han alcanzado la categoría 5 con una gran rapidez”, fenómeno que no había ocurrido nunca antes.
“Efectivamente se está esperando que sean cada vez más intensos los huracanes, si no se controla el incremento de la temperatura. Estos sistemas agarran su energía del agua del mar y mientras esté muy cálida, va a seguir generando huracanes intensos; mientras no se controle la emisión de los gases de efecto invernadero que absorbe el mar, y el incremento de temperaturas, será más común la generación de huracanes muy intensos”, alertó.
La meteoróloga explicó que los huracanes se generan con una temperatura del mar de 27° centígrados como valor mínimo; en el caso Otis y Milton, ambos se desarrollaron a partir de una temperatura de 31°C, lo que provocó una rápida intensificación.
Además, destacó que en México jamás se había registrado la formación de dos ciclones de categoría 5 en menos de un año. El anterior fue en 2015 cuando el huracán Patricia en el Pacífico alcanzó la máxima categoría, y ocho años después –en 2023– llegó Otis, pero en menos de un año, de nueva cuenta Milton alcanzó la categoría 5 en siete horas. Los tres ocurrieron en el mes de octubre.
El SMN detectó que, si bien se ha incrementado la intensidad de los ciclones, el promedio de huracanes que se generan cada año se mantiene de 38 a 40, pero en los últimos cuatro años también se ha incrementado el número de impactos. De 1971 a 2020 se generaron 270 ciclones –170 en el Pacífico y 100 en el Golfo de México–, en promedio, 5.4 ciclones tropicales tocaron tierra; de 2021 a la fecha han ingresado a tierra ocho ciclones cada año, resaltó Méndez Girón.
¿Los sistemas de detección son suficientes?
Méndez Girón subrayó que el Servicio Meteorológico Nacional cuenta con el equipo de pronóstico que se requiere para dar seguimiento a los ciclones tropicales, aun en el contexto de cambio climático; sin embargo, reconoció que la principal herramienta es el seguimiento por imágenes de satélite, mismas que proveé Estados Unidos, así como los datos de los vuelos del avión caza huracanes.
“En el caso de Otis, lo que permitió saber que se estaba intensificando rápidamente fue un vuelo de reconocimiento de un cazahuracán; no fue ni un radar, ni una imagen de satélite, fueron los datos que obtuvieron del vuelo y ya se conocía alrededor de las 3 de la tarde que podría alcanzar categoría 5, y se activaron las alertas”.
De las 06:00 a las 18:00 horas del 24 de octubre, Otis incrementó la intensidad de sus vientos máximos sostenidos de 100 km/h como tormenta tropical, a 230 km/h como huracán categoría 4, convirtiéndose en la intensificación más rápida en 12 horas en la cuenca del Pacífico, el récord anterior lo sustentaba Patricia en 2015.
Los datos satelitales de las 00:21 horas, a solo 4 minutos de tocar tierra, indicaban que Otis presentó un tamaño cercano a los 500 km de longitud, mientras que el anillo de tormentas con topes entre los 17 y 18 km de altitud alcanzó una longitud de 220 km. El ojo alcanzó un diámetro de 28 km, de acuerdo con el aviso de las 00:25 horas, del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos.
A pregunta expresa sobre si México debería tener sus propios cazahuracanes, señaló que “la Fuerza Aérea de Estados Unidos tiene una experiencia de alrededor de 70 años, mucha ventaja sobre nosotros para el manejo de los cazahuracanes, pero con capacitación se podría tener uno aquí en México”; no obstante, dijo que hay otras herramientas tecnológicas, como drones, “que pueden dar datos, no tan abundantes como los del avión, pero sí te dan una cercanía del comportamiento que puede tener el ciclón”, y que ha propuesto se puedan adquirir en el país.
Méndez Girón destacó que el Servicio Meteorológico Nacional de México es uno de los más importantes a escala mundial y reconocido internacionalmente; pertenece a la Cuarta Región de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), que integra a México, Estados Unidos, Canadá, Centroamérica y el Caribe, cuyos datos son controlados mediante el proceso de calidad y estándares de la OMM.
Dijo que nuestro país cuenta con diversos equipos e instrumentos que sirven para hacer observaciones automáticas o manuales; enlistó una red de 76 observatorios distribuidos a lo largo de todo el país; 15 estaciones de radiosondeo; ocho radares; 189 estaciones meteorológicas automáticas; 98 estaciones sinópticas meteorológicas que emiten información meteorológica cada 10 minutos; también se cuenta con una estación receptora de imágenes de satélite y 3 mil 500 estaciones climatológicas.