El más reciente informe de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) sobre las condiciones de aprendizaje de los estudiantes de educación básica en el país no realizó una revisión crítica de los instrumentos diseñados ni de la metodología seguida por la Secretaría de Educación Pública (SEP) para la evaluación diagnóstica.
Así lo evidenció un análisis de México Evalúa y la Escuela de Gobierno del Tecnológico de Monterrey, el cual dejó ver que los datos que brinda la ASF sobre pérdida de aprendizajes carecen de sustento.
El reporte de la Auditoria estableció que al inicio del ciclo escolar 2021-2022 se registró una pérdida significativa en lectura, donde los alumnos muestran una reducción de los aprendizajes de 20.9 puntos porcentuales, al pasar de 70.6 por ciento en segundo grado a 49.7 por ciento en sexto; en tanto, en matemáticas, disminuyó en 16.7 puntos porcentuales, al pasar de 66.5 por ciento de aciertos en segundo grado a 49.8 por ciento en sexto.
No obstante, una revisión hecha por los especialistas en educación arrojó que los datos son endebles, ya que la evaluación se hizo a apenas el 1.3 por ciento del total de la matrícula de educación básica del país, es decir a 303 mil 198 estudiantes del total de poco más de 23 millones 922 mil.
Asimismo, no se especificaron los criterios de representatividad ni sistematización de los resultados.
Los especialistas en educación solicitaron a la SEP, vía transparencia, la información sobre la ejecución y los resultados de la evaluación diagnóstica de aprendizajes que se realizó a los estudiantes de educación básica en los diferentes estados al país, al inicio del ciclo escolar 2021-2022.
La dependencia respondió que colocó en la página www.dgadae.sep.gob.mx los materiales de evaluación, los documentos de apoyo y sistemas informáticos, para que fueran descargados por los docentes y directivos para desarrollar la evaluación en los planteles educativos. Admitió que la implementación de la estrategia fue voluntaria, por lo que no se contempló la recuperación de información de alumnos y escuelas que la hayan llevado a cabo.
Agregó que, desde su concepción, se planteó que los resultados serían para uso de los docentes en las escuelas y tratados en el Consejo Técnico Escolar.
“De ahí que, no se cuente con la información sobre los estados y escuelas que participaron o no en la Evaluación Diagnóstica y los resultados obtenidos”, concluyó la SEP.
Marco A. Fernández, especialista de México Evalúa cuestionó que no exista un documento público o privado que soporte la información que supuestamente recuperó la ASF.
“Si esa es la respuesta (vía transparencia), cómo integraron la muestra que supuestamente arroja la evaluación diagnóstica y las caídas en los aprendizajes referidos en el documento recogido por la Auditoría Superior de la Federación. MEJOREDU que sorprende su silencio cómplice, primero cuando le solicitamos la información se negó a dar la información y respecto al documento referido de la ASF no ha dado a conocer dónde está entonces la sistematización de cómo integró la supuesta muestra para darle esa información a la SEP que tuviera que entregarla a la ASF de una evaluación diagnóstica.
“A la MEJOREDU y a la SEP les preguntamos la evaluación diagnóstica cómo se había hecho, etcétera y las respuestas contradicen completamente el documento que la SEP le dio a la Auditoría Superior de la Federación”, recalcó el también profesor del Tec de Monterrey.
Fernández también cuestionó la revisión que la ASF hizo de la “Encuesta de Detección de Necesidades de Formación” (EDNF) , una herramienta para identificar el desarrollo y necesidades de los docentes, porque no examinó la solidez metodológica del instrumento, pues se trató de un Google forms abierto a cualquier persona.
Según la Auditoría, en la encuesta de necesidades docentes participaron 12 por ciento de los maestros en el país, 135 mil 704 figuras educativas de educación básica (docentes, supervisores, directores y asesores técnicos pedagógicos) en los 32 estados.
Estos resultados, consideró Fernández, arrojan que en materia de recuperación de aprendizajes, el país avanza a ciegas y no existe alguna señal por parte de la autoridad educativa federal para atender la emergencia que dejó la pandemia.
“Claramente es una simulación y lo que podemos confirmar es que no tenemos una información por parte de la autoridad federal y de la mayoría de los estados que dé cuenta de las afectaciones de los aprendizajes tanto en educación básica como media superior, para que con base en esos resultados los planteles de los diferentes grados escolares pudieran establecer estrategias de recuperación”, sentenció.