El síndrome de Burnout, secuela del coronavirus en personal de salud

Vigilancia. El estrés laboral al que se expuso el personal médico derivó en que enfrenten el “síndrome del trabajador quemado”, al grado que algunos doctores han tenido que llevar tratamientos psiquiátricos para superarlos

El síndrome de Burnout, secuela del coronavirus en personal de salud
José Hernández Palma
Tampico /

El enfrentarse a la pandemia del covid-19 ha sido la prueba más dura que han tenido los profesionales de la salud, siendo exigidos no solo en su preparación sino hasta en su condición física al tener que trabajar por largas jornadas, deribando de ello el síndrome de burnout.

A casi tres años de la llegada del coronavirus, en la zona se habla de una baja en el número de casos a tal grado que el pasado 16 de octubre la entidad no registró contagios, ni fallecimientos relacionados con el covid.

El especialista en Medicina de Urgencias y Terapia Intensiva, Sergio Zamora Gómez, confirma la reducción en el número de pacientes y los pocos que llegan muestran una gravedad disminuida, por lo que indica que la pandemia está llegando a su punto de salida.

Señala que le tocó atender el primer caso de covid grave reportado en la región, teniendo que afrontarlo sin información suficiente y con nula experiencia previa, lo cual manifiesta generaba miedo entre el personal de salud.

Médicos. (Cuartoscuro)

Zamora Gómez recordó las agotadoras jornadas de trabajo que en el momento más crudo de la pandemia provocó que permaneciera hasta por tres días consecutivos en el hospital brindando atención, sin poder ir a casa.

Manifestó que en los planos personal y familiar implicó muchos retos, sobre todo el temor de contagiarse y transmitir el virus a su familia, lo que derivó en vivir con estrés combinado con la ansiedad de los pacientes y familiares, sobre todo en el punto donde el porcentaje de mortalidad fue alto.

La consecuencia de esta presión en los planos laboral y familiar genera que los médicos estén padeciendo el “síndrome de burnout”, conocido también como el “síndrome del trabajador quemado” que se traduce en un estrés laboral crónico.

Explica que los principales síntomas son de una extrema fatiga a nivel físico y mental, además de una disminución en la capacidad para mantenerse en calma, lo que provoca ansiedad y un cansancio crónico.

“Hay médicos que sufrieron durante la pandemia burnout, que quedaron con estrés post traumático, con trastorno de ansiedad, trastornos depresivos por la atención y el ambiente que se vivió con esos pacientes”.

Este síndrome ha generado la necesidad de que los trabajadores de la salud tomen tratamiento médico para controlar la ansiedad y el trastorno depresivo, a tal grado que al día de hoy existen doctores que aún no salen de las secuelas psicológicas provocadas por la atención que brindaron a pacientes con coronavirus.

Si bien la enfermedad provocada por el SARS-CoV-2 aún no termina y por fortuna son menos los casos que se complican, se ha empezado a elevar el número de atenciones de personas vulnerables después de haber superado el covid, pues han quedado mayormente susceptibles a otras infecciones que se comportan más graves.

El especialista Sergio Zamora detalla que aquellos que se contagiaron de coronavirus ahora son más propensos a sufrir enfermedades derivadas de los cambios de temperatura, hiperreactividad bronquial y se comportan como alérgicos o asmáticos.

“Con estos cambios climáticos se aquejan de padecimientos respiratorios, además que conocemos, empieza la época de la influenza y estamos alertas de que no tengamos una situación epidemiológica en casos por influenza”, concluyó el médico.

Equipos multidisciplinarios

La atención a pacientes por medio de equipos multidisciplinarios arroja resultados de detección y tratamiento más certeros y oportunos, lo que beneficia para que el enfermo no sea sometido a cirugías o estudios que no debiera hacerse y que al final podrían retardar su diagnóstico repercutiendo en su pronóstico de vida, afirma Karla García Álvarez.

La especialista en Anatomía Patológica Inmunohistoquímica refiere que trabajar de esta forma en los hospitales se vuelve cada día una práctica más común en la región.

Reconoce que para el paciente el hecho de pagar varias consultas y estudios influye al representar un gasto mayor.

Pero cuando no hay esa limitante, la persona que requiere un diagnóstico y tratamiento se siente más confiada cuando sus médicos se comunican.

“Ahorro probablemente si no veo a un especialista, pero ese dinero gastado me va a retribuir en no gastar en tratamientos innecesarios y en hacerme realmente los que vayan a beneficiarme”, expresa la doctora García.

Atención en cáncer de mama

Ejemplificó que los equipos multidisciplinarios en casos de cáncer de mama se activan cuando se diagnostica la enfermedad, siendo en este punto que se reúnen para revisar los expedientes, especialmente en tumores muy complejos.

Detalla que regularmente el médico de primer contacto de la paciente es el ginecólogo quien detecta el problema, siendo en este punto cuando como patóloga interviene para determinar si hay o no tumor en la mujer.


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