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Fotos de despedida
‘Archivo agonía’, de Marina Azahua, es una obra enigmática, con una alta conciencia de los detalles, que sabe estimular nuestra incomodidad. -
Muertes de caramelo
En ‘Lecciones de gramática para escribir una nota suicida’, de Ilallalí Hernández, una mujer explora los cuadernos y apuntes de una psicoanalista a quien no conoció y murió por sobredosis antes de ser molida por el cáncer. -
Benditos insignificantes
En ‘El rugido de los ratones’, Daniel Herrera explora el lado tragicómico de la vida a través de relatos sobrecargados de una jocosa acidez. -
Inocencia perdida
En ‘El crimen de la calle Aramberri’, Hugo Valdés indaga en la psicología de los asesinos y sus cómplices, artífices de un doble asesinato cometido en Monterrey. -
Intrusos de este mundo
En ‘Las manos dormidas’, Jorge A. Estrada reúne 13 cuentos cuya vértebra es el extrañamiento que produce la fractura de la realidad que creemos suficiente. -
Pastelillo de merengue
La Historia, la política entrando a la alcoba y el azar son los ingredientes con los que Tamara Trottner augura una novela vibrante. Pero muy pronto, el lector choca con la desilusión. -
De filosofemas y de náuseas
'Siento la furia bostezar', de Iván Cherem, cuenta la historia de un joven sin más lustre que su origen social, que malgasta sus días, y el dinero de su padre, encerrado en su departamento de la colonia Condesa... hasta que comete un crimen atroz. -
La estrella del palenque
‘Medea me cantó un corrido’, de Dahlia de la Cerda, reduce a una de las más complejas figuras trágicas de la Antigüedad a una marioneta salida de un cómic punk. -
El fantasma de Ahualulco
'Vals para lobos y pastor', de Ernesto Lumbreras, es un torbellino de aventuras en un camino religioso. -
Como la tía simpática
‘Algunas de estas cosas son ciertas’, de Vicky González, reúne 20 relatos cuyos narradores y protagonistas aspiran a mostrar cierto estatus social, cierta apariencia atractiva, cierta disposición al éxito económico y sexual.