Poemas, historias y aventuras para aproximarse al universo femenino.

Cuando Zela comenzó a desarrollar ‘Cosas que nunca cambian’ asumió que su principal interés estaba en la familia, más allá de los zombis o de la aventura, porque es el núcleo de nuestra sociedad.

No sólo se debió al cierre de las librerías, las mismas dificultades de los grupos editoriales para continuar con la producción de los libros cuando se establecía el semáforo rojo afectó a la industria.

“Sí hay una voluntad de reivindicar el valor del libro como objeto, jamás va a caer en desuso, la gente seguirá comprándolo”, dice Wendolín Perla.

La novela explora “la idea de no querer ser madre, de sentirte atrapada y no querer a la persona que has decidido traer al mundo”, dice la autora.

Fundó en San Francisco la librería y editorial City Lights, foco de ebullición del movimiento que cimbró la literatura de EU.

En su ensayo reconoce lo que para ella, para su formación, ha significado esa tradición.

Es uno de los poetas en lengua catalana más leídos, con referencias temáticas relacionadas con la Guerra Civil y sentimientos como el amor, el deseo y el dolor, la música y el jazz en particular, y la arquitectura, la lengua, el paso del tiempo.

“A veces se llega a pactos sociales y se ponen reglas que no son las más indicadas para la vida de las mujeres o de otras personas”, dice la escritora y guionista argentina sobre su novela “Catedrales”.

Para la pensadora feminista, “tener una voz no es la capacidad de formular sonidos, sino participar en la sociedad”.