Reflexionan en el Museo del Chopo a 10 años de la desaparición de los 43 normalistas

Se convocó a artistas, activistas y académicos para abordar lo ocurrido el 26 de septiembre de 2014 desde el campo jurídico, los derechos humanos y la producción artística.

Marcha conmemorativa por los 10 años de la desaparición forzada de los jóvenes normalistas. (Foto: Araceli López)
Ciudad de México /

El Museo Universitario del Chopo realizó una jornada multidisciplinaria para reflexionar sobre la desaparición forzada de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, en Guerrero. Se convocó a artistas, activistas y académicos para crear un espacio de reflexión colectiva abordando lo ocurrido el 26 de septiembre de 2014 desde el campo jurídico, los derechos humanos y la producción artística.

El conversatorio “Desaparición forzada: procesos de autorganización social y derechos humanos” estuvo moderada por la antropóloga Mariana Mora, quien apuntó que los espacios de producción cultural artística han sido fundamentales en la lucha por la verdad y la justicia en el caso de Ayotzinapa por lo que celebró que el Museo Universitario del Chopo abriera su espacio para tener una jornada de eventos en torno a este tema.

“Si recuerdan, todas las imágenes, casi desde los primeros días, los pósters, toda la producción visual incluyendo los papalotes de Toledo, han sido fundamentales, no sólo para las exigencias por la verdad y la justicia, sino también como un tipo de acompañamiento para las mamás y los papás de los 43”.

Además recordó las palabras de una de las madres de los estudiantes desaparecidos a quien le preguntó “‘¿qué es lo que te sostiene para seguir luchando todos los días para encontrar a tu hijo?’ Y ella respondió: ‘todas estas miradas de gente que no conozco pero que me saludan y sé que están con nosotros’. Entonces, el hecho de que estén aquí en este conversatorio tiene una potencia política que no es menor”, dijo a los asistentes.

Mora también también lanzó un par de preguntas para reflexionar sobre lo que sigue después de la marcha conmemorativa por los 10 años de la desaparición forzada de los jóvenes normalistas y lo que sigue después de esta década: “porque Ayotzinapa es un punto de inflexión fundamental y si no encontramos la verdad y la justicia es muy difícil detener esta maquinaria de la muerte en la que hemos estado viviendo durante muchos años”.

En el conversatorio, enfocado a la organización y las experiencias desde el trabajo de derechos humanos, el periodismo y la psicología social, estuvo presente Meyatzin Velasco Santiago, antropóloga social, quien resaltó la labor de búsqueda de las familias “que no se han rendido, que siguen buscando a pesar de que les trataron, a lo largo del gobierno de Peña Nieto, de crear una verdad histórica diciendo cosas que no tenían fundamento científico y así mostraron las investigaciones, pero que también lo siguen haciendo el día de hoy al cierre de esta administración”.

“Cuando Mariana menciona que Ayotzinapa es un punto de inflexión creo que lo hace porque no es que antes en México no existieran personas desaparecidas. Para 2014 llevábamos muchos años buscando a muchas personas [...] pero Ayotzinapa, con la crueldad, lo que movió fue la imposibilidad de este país de negar que hay personas desaparecidas hoy, que es un país donde desde hace 10 años han desaparecido más de 70 mil personas, cerramos este sexenio con aproximadamente 116 mil personas desde el inicio de la guerra contra el narcotráfico que emprendió Felipe Calderón. Y eso representa Ayotzinapa, que hoy podemos decir con todas sus letras, ‘hay una crisis de derechos humanos, hay una crisis de desaparición forzada y nos faltan 43 y muchos miles también”, recordó.

Por su parte, Ximena Antillón, quien ha dado atención psicosocial a familiares de los 43 estudiantes desaparecidos, explicó que de 2015 a 2017 realizaron un acompañamiento que se plasmó en un informe de impacto psicosocial en el que se dio cuenta de lo que representaba para los familiares la desaparición y cómo “ese agujero irrepresentable que significa la desaparición iba corroyendo sus vidas y cómo este agujero iba generando una desgarradura en la vida de las mamás y los papás, que son los más visibles, pero también de los hermanos y las hermanas, los niños y las niñas”.

Antillón reconoció cómo los familiares de los 43 defienden su verdad frente al poder y apuntó que a veces parece que se banaliza la desaparición de los jóvenes normalistas: “Este poder aplastante empieza a generar una especie de caos o de neblina y además como el caso Ayotzinapa es muy complejo es muy difícil que la memoria colectiva esté en los detalles de la investigación” por lo que apuntó que este tipo de atrocidades necesitan un proceso colectivo para que se puedan procesar.

En el conversatorio también estuvieron presentes Bruno Velázquez, coordinador de la Cátedra Nelson Mandela de Derechos Humanos en las Artes, y el periodista independiente Paris Martínez.

PCL

  • Patricia Curiel
  • patricia.curiel@milenio.com
  • Estudió Comunicación y Periodismo en la UNAM. Escribe sobre arquitectura social y el trabajo de las mujeres en el campo de las artes. Cofundadora de Data Crítica, organización de investigación periodística que produce historias potenciadas por análisis de datos.

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