De la acción

Si algo caracteriza a los humanos es que somos seres práxicos, observa Aristóteles en su Ética para Nicómaco y parece ineludible el crearnos un fin que satisfaga nuestros deseos mundanos (placeres venales)

De la acción
Jaime Chabaud Magnus
Ciudad de México /

Si algo caracteriza a los humanos es que somos seres práxicos, observa Aristóteles en su Ética para Nicómaco y parece ineludible el crearnos un fin que satisfaga nuestros deseos mundanos (placeres venales), políticos (poder en su más amplio sentido), o contemplativos (del espíritu). Y en la consecución de ese bien superior que nos fijamos —que se convierte en el objeto de nuestro accionar— hemos de acometer otras tantas acciones que allanen el camino para llegar a él, mayores o menores, pero que a fin de cuentas son estaciones o peldaños por los que se ha de transitar. “Todas las artes, todas las indagaciones metódicas del espíritu, lo mismo que todos nuestros actos y todas nuestras determinaciones morales, tienen al parecer siempre por mira algún bien que deseamos conseguir; y por esta razón ha sido exactamente definido el bien, cuando se ha dicho, que es el objeto de todas nuestras aspiraciones”.

Algunos teóricos del teatro han llamado a esto vagamente “tema”, “idea raíz”, “meta”, “propósito”, “hipótesis”, etc. O más claramente “súper objetivo del personaje” (protagónico, se entiende) o “premisa” que es un término que conviene para ser comprendido por un estudiante de dramaturgia o guión, dado que es jerga común en la escritura cinematográfica y televisiva. Pero más allá de formar parte del léxico técnico ordinario, premisa comprende a un Sujeto de la Acción (personaje), a un Objeto de la Acción (el verbo activo o performativo que moviliza toda la acción del sujeto) y una Resultante de la Acción (consecuencias, desenlace, triunfo o castigo). Por ello es tan conveniente el concepto de premisa que además contiene, evidentemente, ese fin práxico que Aristóteles menciona en el texto citado tanto como en su Poética en donde insiste en que hemos de ver caracteres actantes y es necesaria una Unidad de Acción.

Y este rollo lo inspira una vieja polémica en redes sociales —más la política del día—. Lo cierto es que si algo nos define es nuestro actuar intencionado para conseguir un fin determinado.

Traspunte

El resultado de un término

El término “acción dramática” es un término de cuño reciente respecto al concepto aristotélico de “acción” y entraña un grave pleonasmo. La etimología misma de drama contiene ya la “acción o yo hago” de drao y el sufijo ma que comprende un “resultado de la acción”.

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