Cada región tiene un modo de cantar su lenguaje, de compartirlo de manera única y es en el terreno del lenguaje donde las particularidades idiomáticas cobran vida. En la Comarca Lagunera prevalecen algunas palabras con origen en la lengua náhuatl, que se les conoce también con el nombre de aztequismos.
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Es decir, que el lenguaje se contrae y expande al atender una cuestión cultural pues de norte a sur, su panorámica en la república mexicana puede cambiar ante el clima, el paisaje, la comida, los usos y costumbres, pero los nahuatlismos en el idioma español son uno de los rasgos distintivos del español mexicano.
A este caló se suman expresiones que definen a la generación contemporánea y que agregan palabras para establecer sus propios códigos. Así pues desde el “achichincle” que designa a la persona de rango inferior que se muestra servil y adula siempre a un superior, hasta el verbo “zacatear” que establece el acto de rehuir, evitar alguna cosa o ‘escurrirle al bulto’, es decir, que se manifiesta miedo o cobardía ante una situación.
Un libro que verdaderamente nos puede abrir paso a la expresiones locales es “Nahuatlismos en el habla de a Laguna”, de la autoría de Francisco Emilio de los Ríos.
Del nahuatl a la calle
Publicado por vez primera en junio de 1999 y reimpreso en marzo de 2012, este libro editado por Jaime Muñoz Vargas y Ruth Castro permite hacer una pausa para reflexionar en torno al habla cotidiana, intercambio que muchas veces va acompañado por gesticulaciones y expresiones corporales, también locales, que enriquecen el mapa del hablar lagunero.
Es el mismo escritor Jaime Muñoz quien nos adentra a este vocabulario de los nahuatlismos que se usan en Comarca Lagunera y quien en contexto apuntó que el doctor Sergio Corona, cronista de Torreón y académico renombrado quien falleció el primero de marzo de 2017, le comentó alguna vez que “entre otros valores, este libro es importante porque a trasmano destaca la presencia de la cultura tlaxcalteca en el origen de las poblaciones ubicadas en el sur de Coahuila, desde Saltillo a Torreón”.
Para la segunda edición Muñoz Vargas concluyó acertadamente “Que un homenaje póstumo de los laguneros (hacia Francisco Emilio de los Ríos) sea consultar, tantas veces como se requiera, esta obra por muchas razones necesaria y estimable”.
Lagunerismos
Como si se tratara de un río en movimiento, las palabras configuran un manantial del cual emergen algunos nahuatlismos conocidos como aguacate, cacao, comal, chilaquiles, huizache, mezcal, mezquite, mole, pozole, tamal, tequila. Y también cuate, que se utiliza en vez de amigo o mellizo; huarache que suple a la sandalia; tecolote por búho o chapulín por saltamontes.
Si lo imaginas, tal vez esté presente en tu lenguaje cotidiano. Si el lector lo piensa un poco, en las conversaciones diarias quizá coloque una palabra o expresión que en otra región pareciera imposible de entender al vuelo.
Los laguneros le han dado un nombre a su comida, a su bebida, a sus pasiones y a su movilidad. Y si de echar pasión se trata le hemos dado un nuevo significado a un verbo, apergollar, que examinó el escritor peruano radicado en Torreón, Miguel Amaranto, quien echó raíces al establecer hogar y familia.
La Laguna además le ofreció, pese al desértico clima, sin duda alguna una forma de reinventarse en el lenguaje. Y es para MILENIO que desmenuza la forma en que se reinterpreta una palabra.
“Resulta que la palabra que tenía como lagunerismo, sí existe en la RAE. La diferencia es la connotación que se le da”, apuntó.
Apergollado(a): verbo
La Real Academia de la Lengua, en su acepción para México tiene este significado: tr. Méx. Agarrar con fuerza.
Pero en La Laguna, dícese del acto en el cual una pareja amorosa se encuentra en un arrumaco profundo, que tiende a lo vulgar, pero hace referencia a las parejas que se encuentran así en lugares oscuros, con poca luz o a escondidas.
Se aplica en singular o en plural. Esta palabra de uso popular se usa como advertencia o como reproche según sea el caso, por ejemplo:
1.- Si van a andar de novios bien, véanse en la casa, para que no anden en el oscurito y la gente los vea apergollados.
2.- No tienes vergüenza; ahí andabas apergollada con el hombre ese.
También para "lo bueno"
Dentro de las nuevas expresiones, el escritor Gilberto Lastra también realiza un aporte con un adjetivo peculiar que se puede utilizar en múltiples ocasiones.
Mamalón (a): adjetivo.
Dícese de la manera expresar una cualidad semidivina de persona, cosa o cualquiera objeto. Es una palabra de reciente cuño en la Comarca Lagunera. Y es una expresión medio milenial, medio chavorruca. El origen de la palabra también proviene de la acción de mamar como todas sus connotaciones.
Ejemplo: El equipo de futbol de la Comarca lagunera, los Guerreros del Santos Laguna es un equipo mamalón. Tropicalísimo Apache es un grupo musical mamalón para los laguneros. El pan francés también es mamalón.
Usualmente este tipo de palabras describen lo que con la razón no se puede, y es por eso que pasan por ser una mala expresión, pero es en realidad muy ajustada a la realidad de las personas que la hablan y el objeto; persona o concepto al que lo menciona.
Es decir, lo mamalón sólo se puede definir con una mala palabra: chingón, poca madre. O: mamalón.
Palabras en territorio apache
Las palabras, pueden ser mentira, pueden ser verdad, apunta una cumbia lagunera. Y si el lector quisiera reconstruir una conversación ordinaria utilizando para ello el caló o los regionalismos comarcanos, podría encontrarse en medio de estas expresiones:
-Picha las cheves con la feria que te dieron pa’ que se me quite lo modorro. Estaba tirando barra y me picaron los moyotes y hasta un asquel
-Dirás lo maje. ¿No se te antoja mejor un chesco con discada, una gordita o un lonche? Yo te doy raid para que vayas al tabarete de doña Mago, está algo reborujado llegar pero antes le caemos a la reliquia.
'Caló' lagunero
En fin, que pinchar es invitar la chela o cerveza; la feria, es el cambio o las monedas que se entregan después de pagar un servicio o producto. Lo modorro suple al soñoliento que estaba en la flojera (tirando barra) cuando fue aguijoneado por mosquitos y hormigas pequeñas.
Que te digan maje es el equivalente afectuoso de darte por tonto, chesco es una contracción de refresco, y la discada, las gorditas o los lonches, son ambrosía para el glotón que debe ir a buscarlos a un mercado popular. La reliquia es otra cosa.
Dirían en la Laguna, se trata de un obsequio de alimentos que previamente se comprometió como pago por un favor o milagro que se le pidió a un santo o una virgen y que después de un rosario masivo convoca a legiones con el tupper, la cacerola o incluso las tinas para recibir las sopas y el asado.
Al fin de cuentas la comida es gratis. Como si fuera un laberinto uno queda atrapado en la palabra reborujar, que si piensan que suena confuso, pues eso mismo quiere decir; que si está reborujado tiene una alta complejidad para llegar a un lugar o por ejemplo, para entender un texto.
"Ande no", ojalá nos entiendan a los laguneros fuera de casa, porque igual tiramos bronca, damos chanza, saludamos con un quíbole qué, o avisamos cuando tu coche está a un paso de saber lo que es un bordo tipo barda. Con esos se reduce la velocidad en una zona escolar o residencial.
Ya sabiendo eso se pueden ir a pistear, es decir por unas cheves bien 'muertas', que la calor está perra. Juímonos.
RCM