La exposición Cinco décadas en espiral propone una narrativa de la trayectoria de la artista visual Magali Lara (México, 1956), como metáfora que permite desentrañar las capas temporales de su trayectoria y revela conexiones que solo el tiempo permite ver.
La retrospectiva de la gestora cultural y académica mexicana, reconocida por su contribución al arte feminista y la renovación de la gráfica contemporánea, se exhibirá en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC) del 5 de abril al 17 de agosto de 2025.
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Magali Lara es egresada de la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM, donde realizó su primera exposición individual, Tijeras (1977), que cuestionaba estereotipos de género mediante dibujos y un libro de la artista.
La muestra curada por Virginia Roy y Cuauhtémoc Medina revisa obra, propuestas y búsquedas de Magali Lara y ofrece a los visitantes al MUAC un recorrido especial por su propuesta artística.
¿Qué mensaje quieres transmitir con esta exhibición?
Mostrar la manera en que trabajo, mi relación con la pintura pero también con la escritura y el dibujo. Los curadores Virginia Roy y Cuauhtémoc Medina escogieron algunas series donde ponen atención en la forma en que se van desarrollando determinados temas, aunque en ocasiones pueden ser los mismos tópicos pero desde otra perspectiva, lugar o relación técnica. Van desde cosas muy figurativas a cosas más abstractas siempre en el mundo de la emotividad y de la intimidad.
"Para mí es una oportunidad mostrar mi trayectoria, por lo que trabajar con los curadores ha sido muy útil para enriquecer la narrativa sobre mi obra".
¿Cómo se hizo la selección de las obras?
En el fondo digamos que se escogieron las series que son más características de mi obra. Siempre hay una pieza intermedia que puede generar interés. Creo que es un resumen bien construido, tiene que ver que yo he trabajado con los dos curadores, que conocen mi trayectoria.
“Para hacer esta exposición hubo una investigación de más de dos años. No sé el número exacto de piezas porque hay muchos libros de artista, lo que para mí es importante, pero también hay obra grande y pequeña, además de pintura, dibujo, cerámica y animación, me interesa que se note que hay toda una parte de experimentación.
“Hay incluso muchas cosas que hice alrededor de textos de algunas amigas poetas, en fin, hay obras sobre lo cotidiano, la sexualidad y el mundo del deseo femenino. Por supuesto, reflexiones sobre el paisaje y sobre el cambio climático.
“El último trabajo que hice tiene que ver con mi relación con el dibujo al carbón en el muro, realizando diferentes planos con pintura y dibujo sobrepuestos, donde todo se generó entre los diferentes formatos y la idea de la instalación".
“La idea de la razón y la cultura intelectual estaba peleada con el mundo natural, y ahora vemos que no necesariamente esa división es correcta. Hay otras formas de conocimiento y de entender el mundo que implican comprender que la naturaleza es parte de nosotros.
¿Cómo ha evolucionado tu estilo en las cinco décadas que abarca esta exposición?
Creo que no hay una diferencia entre lo abstracto y lo figurativo porque no hay nada figurativo que no tenga ciertas cuestiones abstractas aun en los clásicos como Velázquez. Ahora podemos leer diferentes sistemas de representación con mucha más facilidad que a principios del siglo XX.
“Hay una cierta relación con el dibujo de los cómics que me interesaba mucho, luego empiezan a aparecer más cuestiones de color y de forma hasta llegar a las pinturas muy abstractas pero que siempre tienen una cuestión de la figura humana. Siempre hay un mundo físico por ahí, donde el cuerpo está representado.
Tu obra ha sido pionera en abordar la experiencia femenina desde los años 70, ¿cómo se ha consolidado esa mirada y esa necesidad de expresión?
Mi generación estuvo muy amparada por un feminismo, por ideas feministas que nos permitieron tener una mirada muy crítica sobre lo que era el arte y la práctica artística en general, y a partir de ahí pude desarrollar un trabajo, no siguiendo las reglas o lo que estaba establecido de manera institucional, siempre pude explorar caminos que no eran tan certeros.
"Mucho del trabajo, al principio, era darle cabida al mundo emocional de una sexualidad que no estaba totalmente abierta porque no se podía decir lo que uno deseaba. Y claro, ahora las artistas más jóvenes ya no tienen que pelear con eso. Darle voz a una voz que se dice femenina me ha marcado y ayudado a tener esa capacidad de expresar lo que me parece importante".
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