En Gómez Palacio permanece un grupo de aproximadamente 25 rarámuris, quienes llegaron meses atrás para resguardarse de las bajas temperaturas que se registran en la Sierra Tarahumara de Chihuahua durante la época invernal, pero principalmente para buscar un mejor trabajo que les permita tener mayor seguridad económica.
Gabino González Santiago, miembro de la comunidad rarámuri y quien llegó a la Región Lagunera desde hace 18 años, funge como intérprete de algunos integrantes de este grupo de indígenas que desde hace muchos años llegan cada invierno, esto debido a que algunos aún no dominan bien el español mientras que a otros, aún les da pena hablarlo.
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Señala que también otro grupo de rarámuris ya se quedó de manera permanente, esto principalmente para que sus hijos continúen con su formación educativa en la región.
¿Cómo se mantienen?
Los rarámuris que llegan a La Laguna se dedican principalmente a la elaboración y venta de artesanías, con lo cual se sostienen, y debido a que en su comunidad hay una importante competencia de artesanos, se ven obligados a buscar otros lugares para comercializar sus creaciones como canastas, pulseras o aretes, principalmente.
“Yo en lo personal he visto que a veces se batalla mucho porque no se cuenta con los albergues, cuando llegan algunos rarámuris se batalla mucho para encontrar una renta donde vivir”, expresó Gabino González.
Luchan contra la discriminación y regateo
En cuanto a la venta de sus artesanías, dijo que también es complicado, pues son muchos los motivos que los limitan en la comercialización. Aunque hay personas nobles que apoyan, otros todavía insisten en regatear el trabajo de los indígenas.
En otras ocasiones no encuentran un punto para la venta, y uno de los principales problemas es que muchos rarámuris aún no hablan español. Pese a los esfuerzos que se han estado haciendo en la sociedad para concientizar sobre las culturas indígenas, señaló que aún observa discriminación en muchos aspectos como en la vestimenta o rasgos de piel.
“No es tan fuerte, pero sí se siente poquito rechazo, como que la gente no entiende lo que se porta, por ejemplo la mayoría de las mujeres tanto el vestido tiene su representación como son el piquito, las montañas, de donde viene, es como una identificación para decir, quiénes somos”, agregó.
aarp