Fantasmas, caídas y ‘La Migra’: así es viajar en el lomo de ‘La Bestia’ para cruzar México

Jhonny y Elmer se hicieron compañeros de viaje a bordo de trenes de carga rumbo a Nuevo León.

Viajar en el lomo de La Bestia es un reto al que no todos sobreviven. | Oscar Ávila
Serrat García
México /

El sueño americano es una promesa repetida hasta el cansancio, pero que todavía mueve a masas de personas que buscan una vida mejor y deciden emprender un viaje a través de selvas o desiertos, sin contar que les toca ir aferrados a trenes de carga, que no son precisamente seguros, más bien son mortales, pero también “gratuitos”.

Tal es el caso de Johnny y Elmer, un par de hombres que no se conocían en su natal Honduras pero que se hicieron amigos al coincidir en el lomo de La Bestia (como llaman a las peligrosas locomotoras que cruzan México de sur a norte). 

Los dos comparten el destino y el punto de partida: Nuevo León y Tabasco, respectivamente. Ambos dejaron atrás a su familia por culpa de una situación económica desfavorable. 

Johnny y Elmer, compañeros de viaje

El tren pasa cada cierto tiempo, por lo que los migrantes lo 'cazan'. | Marco Valles

Por ejemplo: Johnny ‘El Chino Rapero’ fue víctima de la delincuencia, le robaron la motocicleta con la que trabajaba para mantener a su padre y su hijo. Ahora darles una mejor calidad de vida es su motivación para continuar el viaje.

“Dios me ha puesto compañeros en el camino, como por ejemplo un compañero mío que está aquí. Él y yo nos encontramos en el camino, porque Dios lo permitió. A veces el compañerismo es importante, porque nos apoyamos con algunas ideas”, cuenta el liricista cuyo sueño es grabar un disco musical con sus poemas.

Junto a él viaja Elmer Sarmiento, quien de joven se dedicó a la agricultura en las tierras de su padre hasta que se cansó de ganar apenas lo indispensable para sobrevivir, y decidió moverse a tierras más prósperas. 

En sus palabras: “el que no arriesga no gana”, pero no deja de extrañar a su hermana.

No todos los trenes son aptos para subir, aunque todos son peligrosos. | Marco Valles

Ellos saben que más vale tener alguien en quien confiar, sobre todo cuando se duerme en la calle donde puede pasar cualquier cosa. Comparten las cobijas que han recibido como regalo, así como la fogata que calienta su refugio improvisado a la sombra de un árbol que está junto a las vías de Ferromex, en Hidalgo.

“Hace poco me deportaron hasta Tabasco, entonces ahorita vengo batallando para regresar (a Monterrey). Me gusta mucho porque hay mucho empleo y las personas son muy buenas, se portan muy bien. Ahí trabajé por tres años y medio, en una fábrica de aceros, también donde hacían estantes”.

Hasta estuve trabajando en una forrajera, me dediqué a repartir para tortillerías, panaderías y todo eso”, recuerda Elmer con una sonrisa en su rostro blanco y delgado.

Hay personas que nunca abandonan el tren, incluso después de la muerte

El par de amigos conocen bien a ‘La Bestia’, y saben la suerte que tuvo al bajar en una sola pieza de su lomo indomable, pues ambos han sido testigos de mutilaciones, muertes y hasta encuentros con almas en pena.

Una fogata y algunas cobijas son su única defensa contra el frío. | Marco Valles

“Un día me salieron unas almas, que son cosas que tal vez los humanos no creen. Yo venía en un tren y se paró, no venían más personas, solo estaba yo. Entonces me bajé a sentarme a la orilla, pero escuché unas almas que andaban penando, pues se quejaban

Escuché el alma de una niña, la de una señora y la de un señor, todas se quejaban, pero aquellas almas no llegaban a mí. No había nadie, solo eran las voces”, recuerda el ‘Chino’ con un semblante más duro y desafiante que el de su colega.

“Son espíritus que existen. Se sufre mucho, algunos han fracasado por accidente del tren, se han dormido, se han caído y han muerto. Sus almas andan penando”, explica en prosa el hombre que no tiene dificultad para expresarse con rimas.

Él no es el único que ha visto de frente a la muerte sobre esas vías, pues su amigo tuvo la mala suerte de chocar contra el piso al caer desde la locomotora. Todo para no ser deportado una vez más.

La Bestia es imponente, y ha cobrado varias vidas. | Marco Valles

“Yo tuve un accidente en Puebla, cuando veníamos en el tren y alcanzamos a ver hacia lo lejos que estaba migración, la Guardia Nacional, entonces todos los hermanos migrantes tuvimos que tirarnos. El tren iba corriendo, iba recio, pero había que tirarse

Yo tengo práctica, pero había mucha piedra suelta y aunque logré correr luego me caí y ¡Pum!, me lastimé este brazo. Vengo de recuperarme. No me fracturé, pero sí me golpeé. Mira, me inflamé y no podía mover mi brazo”, rememora Elmer, quien aprovechó el paso de un tren durante la entrevista para dar una demostración de cómo subir.

Trabajo digno y vida tranquila ¿Es mucho pedir?

Los entrevistados están conscientes de que no tienen permiso legal para estar en México, pero no piden más que una oportunidad de demostrar que solo quieren trabajar

De hecho ambos ya saben lo que significa ganarse la vida en México, así que no les quedan ganas de jugársela contra Donald Trump y cruzar el río Bravo.

Por suerte, hay personas que ayudan a los migrantes. | Marco Valles
“A mí me detuvieron cuatro veces. Fui deportado para atrás, para el comienzo del país (en Tabasco). Yo tengo que arreglar mis documentos, pero no he podido. En casa me esperan mi niño y mi papá, mi viejito, ellos dependen de Dios.

Yo necesito trabajo. Como allá en mi país no había suficiente economía me vine, y en los otros estados no he podido hallar un empleo estable (sólo en Nuevo León)”, asegura el Chino, cuyos ojos explican el por qué de su apodo.

A pesar de sus buenas intenciones, Elmer lamenta que “paguen justos por pecadores” y exige a sus connacionales que sigan las leyes para no molestar a nadie. Su actitud lo delata, es un hombre de paz.

“Quiero aprovechar y decir a los hermanos migrantes que tratemos de portarnos bien, que hacer las cosas bien, que pase lo que pase en este camino hay que echarle ganas y seguir adelante, pero no portarnos mal. Se trata de trabajar

Si tienes hambre y no tienes trabajo, puedes pedir pero nunca robar. Tratar de portarse lo mejor que podamos en este camino, para marcar la diferencia. A veces por uno o dos migrantes que hagan algo malo, ya la gente dice es todos somos así, pero tú ya viste que no. A veces pagamos justos por pecadores”, dice el hondureño que te mira a los ojos cuando te habla, sin dejar de sonreír.

"Pagamos justos por pecadores", dice Elmer. | Marco Valles

La plática se extiende mientras el sol se oculta y los amigos nos recomiendan marcharnos, ellos son duros y saben cómo sobrevivir a oscuras en la calle, a diferencia de quien escribe.

El único favor que piden es transmitir su mensaje de paz, porque buscar trabajo es algo en lo que tienen experiencia. Desean hacerle saber a sus familiares que están vivos y que no los han olvidado.

Elmer quiere que sus palabras lleguen hasta Honduras donde vive su hermana. Johnny, por su parte, se despide con unas rimas que le brotan cuando mira la Casa del Migrante ‘El Samaritano’, donde los espera una comida caliente al otro día.

Música: Cien por ciento le canto a toda mi gente

El Chino Rapero dedicó unas rimas a MILENIO. | Marco Valles

Yo represento al mundo entero, soy rapero, a todos los quiero

Este es el mundo real del que te hablo, cinco estrellas

Mi patria y mi país atrás está quedando

Vengo pa’ México y mi vida está cambiando.

He tenido muchos problemas, he estado bajando

Ahora me levanto y les vengo cantando

Que Dios me los bendiga a todos

Y que me los siga cuidando”, se despide.


JMG

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