La decisión de Microsoft de aflojar en su competencia con Sony y Nintendo por la supremacía del hardware para videojuegos, abre el camino para que Japón vuelva a ser el hogar indiscutible de las consolas.
La perspectiva de una nueva era, menos internacionalizada, de la guerra de consolas generó esperanzas para los supervivientes japoneses, pero también hizo que analistas e inversionistas vuelvan a plantearse la pregunta de cuánto tiempo más seguirán existiendo las máquinas dedicadas a los juegos.
El responsable de juegos de Microsoft, Phil Spencer, reveló el mes pasado sus planes de lanzar lo que anteriormente serían juegos exclusivos de Xbox para su uso en plataformas rivales, como parte de un nuevo enfoque en los videojuegos basados en la nube.
“Todas las señales apuntan a que el hardware cada vez se vuelve menos importante para Microsoft, por lo que existe la posibilidad de que volvamos a un punto como el de la década de 1990, donde las opciones viables de consola eran todas japonesas”, dice Serkan Toto, director de la consultora de juegos Kantan Games.
Renunciar a la lucha por las consolas para concentrarse en el software podría considerarse una gran victoria para Japón. Para muchos, el lugar de nacimiento de Super Mario, Sonic the Hedgehog, Final Fantasy y Pokémon es el hogar espiritual de las consolas y fue el escenario de los enfrentamientos más feroces de la “edad de oro” de la industria en las décadas de 1980 y 1990, entre Nintendo y Sega, y más tarde, Nintendo y Sony.
“Tal vez no suceda de inmediato porque la tecnología de los videojuegos en la nube todavía no está lista, pero por lo que indica Microsoft, existe la posibilidad de que volvamos a una industria de consolas totalmente japonesa, con Sony y Nintendo dominando cada uno su parte del mercado”, dice David Gibson, analista de MST Financial.
Pero el regreso a una industria exclusivamente japonesa para hardware de videojuegos podría definir más claramente a la consola como un callejón sin salida comercial.
Microsoft, que gastó enormes sumas en adquisiciones de estudios de videojuegos, como la compra de Activision por 75,000 millones de dólares (mdd), se enfrenta a problemas similares con los factores económicos de su hardware. Los analistas afirman que la compañía estadunidense puede estar más motivada que Sony para convertirse en el rey de las plataformas.
“Actualmente, el estado del mercado de las consolas tal vez no sea la publicidad en sí para que Japón recupere su magia. Parece más bien que a estos tres negocios tan idiosincrásicos les va bien”, dice Robin Zhu, analista del sector de videojuegos de Bernstein.
En su opinión, Microsoft podría aumentar sus rendimientos ofreciendo sus videojuegos en distintas plataformas, mientras que Nintendo y Sony se enfrentarían a una “competencia menos intensa”.
Un factor que podría impedir que Microsoft elimine el Xbox por completo es lo mismo que mantendrá a Sony y Nintendo en el mercado: la feroz lealtad de los jugadores.
“La preocupación (de Microsoft) es que ya convenció a sus clientes para comprar el hardware; si les dice que los videojuegos estarán en las plataformas, corre el riesgo de molestar a sus clientes”, dice
PRL