Boris Johnson, el primer ministro británico, viajará a Bruselas este miércoles para conversar con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en un intento por cerrar un acuerdo comercial y evitar una ruptura turbulenta en tres semanas.
En medio de crecientes temores a un final caótico sin acuerdo a cinco años de la crisis por el Brexit, cuando Reino Unido abandone finalmente la órbita de la Unión Europea el 31 de diciembre, la cena se presenta como una oportunidad para desbloquear las estancadas conversaciones comerciales.
Una fuente del gobierno británico dijo que tal vez no sea posible un acuerdo, como también indicó el negociador jefe de la UE para el Brexit, Michel Barnier.
Los principales puntos conflictivos han sido los derechos de pesca en aguas británicas, las garantías de una competencia leal para las empresas de ambos lados, así como las formas de resolver futuras disputas.
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“Todavía existe la posibilidad de un acuerdo”, dijo la canciller alemana, Angela Merkel, la líder más poderosa de Europa, a su parlamento. “Una cosa está clara: se debe preservar la integridad del mercado interior (de la UE)”.
“Si hay condiciones del lado británico que no podemos aceptar, estamos preparados para ir por un camino que no tiene un acuerdo de salida”, afirmó.
Michael Gove, un alto ministro del gobierno de Johnson que se ocupa de los problemas del Brexit, dijo a Times Radio que “la UE tiene que moverse” si quiere un acuerdo.
Johnson describe el Brexit como una oportunidad para brindar a su país una economía independiente y más ágil. Las mayores potencias de la UE temen que Londres quiera lo mejor de ambos mundos: acceso preferente a los mercados comunitarios pero con la ventaja de establecer sus propias reglas.
Eso, dicen, socavaría el proyecto posterior a la Segunda Guerra Mundial, que tenía como objetivo unir a las naciones arruinadas de Europa sobre todo a Alemania y Francia- en una potencia comercial global.
“Debemos tener un campo de juego nivelado, no solo para hoy, sino para mañana y más allá, y para eso debemos acordar cómo podemos reaccionar cuando el otro cambie su situación legal”, dijo Merkel.
“De lo contrario, surgen condiciones de competencia desleal a las que no podemos someter a nuestras empresas. Esta es la gran y difícil cuestión que aún está en el aire”, agregó.
Gove dijo que una reunión cara a cara entre líderes a menudo produce avances y que podría lograrse un consenso sobre la pesca en aguas británicas.
No obstante, los legisladores del partido de Johnson que apoyan el Brexit dicen que debe garantizar que Reino Unido siga siendo soberano, establezca sus propias reglas y mantenga el control de sus ricas aguas pesqueras.
AMP