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La lógica de Trump

Ciudad de México /

En México solemos interpretar las políticas arancelarias de Trump como gestos impulsivos, carentes de sustento técnico o coherencia ideológica. Esa interpretación nos tranquiliza. Nos lleva a concluir que el modelo económico exportador mexicano continuará sin mayores cambios.

Considero que estamos equivocados.

Es cierto que la forma en que Trump implementó sus aranceles fue simplista y desafortunada, pero eso no significa que no exista en Estados Unidos una discusión económica y política coherente sobre la necesidad de aplicar una política arancelaria seria. Se trata de un debate sólido, respaldado por intelectuales, académicos y activistas que trascienden al trumpismo y que, en no pocas ocasiones, se identifican como demócratas.

Es tiempo de que en México nos tomemos en serio estas discusiones. Desestimarlas nos dejará vulnerables ante un cambio global que ya está en marcha.

El argumento central es que Estados Unidos está siendo víctima del éxito del dólar. Muchas personas quieren dólares para ahorrar, transaccionar o comerciar en todo el mundo, lo que ha hecho que el valor del dólar aumente.

Como el dólar es caro, producir dentro de Estados Unidos también lo es. Por eso, muchas empresas han decidido salir del país y reubicarse en economías con monedas más baratas. Dentro de Estados Unidos esto ha causado desempleo, pobreza, aumento en la deuda pública y, peor aún, una pérdida de capacidades productivas.

La pérdida de capacidad productiva ocurre porque, cuando las empresas salen de Estados Unidos, el país pierde conocimientos y tecnología, lo que limita su avance futuro. Estiman que, para que Estados Unidos recobre su capacidad productiva, el dólar debe devaluarse cerca del 27 por ciento.

Ante este diagnóstico, se han planteado tres posibles soluciones. 

El más radical, impulsado por Stephen Miran, asesor económico de Trump, propone imponer aranceles masivos —como ocurrió la semana pasada— con el fin de utilizar el poder económico de Estados Unidos para presionar a otras potencias a sentarse a negociar una reducción concertada del valor del dólar. A esta estrategia la llaman “realineación del dólar” y la consideran viable porque ya ocurrió antes: en 1971, con Nixon, y en 1985, con Reagan.

Una segunda vía, más moderada y promovida desde espacios críticos al trumpismo como el Economic Policy Institute, considera que la primera estrategia es demasiado compleja e inviable en los mercados actuales. En su lugar, proponen aranceles quirúrgicos acompañados de la intervención directa del Tesoro de Estados Unidos.

En particular, se propone que el Tesoro compre grandes cantidades de activos denominados en monedas extranjeras o, alternativamente, imponga un impuesto a gobiernos e inversionistas extranjeros que compren dólares. Con ello, aunado a una política arancelaria estratégica, el dólar se abarataría.

Finalmente, está el ala demócrata con personalidades como Elizabeth Warren, quien también considera que el valor del dólar es uno de los principales problemas de Estados Unidos.

En su caso, la solución es más dirigida. Su propuesta es negociar con países asiáticos que artificialmente están subvaluando sus monedas para que dejen de hacerlo. Esta negociación se haría en bloque, con Estados Unidos, Canadá, México, India y otros países que también se ven afectados por el comportamiento de los países asiáticos. Si no responden, Estados Unidos les impondría aranceles compensatorios.

Así, desde múltiples flancos se ha arropado e intelectualizado la necesidad de imponer aranceles o realizar medidas compensatorias para disminuir el valor del dólar. La forma de hacerlo varía, pero la urgencia parece ser un consenso bipartidista dentro de Estados Unidos.

México debe estar preparado. Lo que hoy nos parece una excentricidad de Trump pronto podría convertirse, bajo otro liderazgo, en una política refinada de efectos duraderos. Entender la lógica detrás de los nuevos planteamientos que hoy permean en Estados Unidos no implica compartirlos, pero sí reconocer que su potencia no puede ser desestimada.


Lo contenido en este texto es publicado por su autora en su carácter exclusivo como profesionista independiente y no refleja las opiniones, políticas o posiciones de otros cargos que desempeña.



  • Viri Ríos
  • viridiana.rios@milenio.com
  • Política pública con datos. Autora de @NoEsNormalLibro. Podcast #PoliticaYOtrosDatos. Enseño en @HarvardSummer. Harvard Ph.D. / Escribe todos los lunes su columna No es normal
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