Del cenotafio de Édgar Guzmán a las tumbas de los Dámaso: el ataque a los muertos en Sinaloa

Los Chapitos y La Mayiza han recurrido a múltiples métodos de provocación en medio del conflicto que sostienen por el control de Culiacán desde hace casi cinco meses.

Ataque a tumbas y cenotafios en Sinaloa | Milenio
Anel Tello
Ciudad de México /

No solo los vivos han sido víctimas de la violencia que se desató en Sinaloa desde el pasado 9 de septiembre. Si bien la declaración de guerra entre Los Chapitos y La Mayiza ha dejado múltiples consecuencias adversas para el estado, un peculiar detalle ha comenzado a acaparar la atención de la opinión pública.

Y es que, desde que Ismael El Mayo Zambada fue secuestrado y trasladado a Estados Unidos por Joaquín Guzmán López y hasta la mañana del 23 de enero, en Sinaloa se han reportado al menos tres ataques en diversos panteones y monumentos funerarios pertenecientes a las familias de mayor renombre del estado.

Lo que en un inicio parecían hechos aislados, terminaron por dejar al descubierto un método de provocación al cual los grupos criminales en disputa suelen recurrir en su afán de mover las piezas en el tablero del conflicto que se ha prolongado durante casi cinco meses.

Las tumbas de Los Dámaso

'El Licenciado' fue detenido por elementos del Ejército y de la Agencia de Investigación Criminal de la PGR.

Tras la detención definitiva y extradición de Joaquín El Chapo Guzmán a Estados Unidos, en 2017 Los Chapitos protagonizaron una feroz disputa con un viejo socio y amigo de su padre: Dámaso López Núñez.

Ante la negativa de conservar la repartición de los negocios como su padre los había dejado, los hermanos Guzmán planearon una ofensiva que no sólo dejó múltiples episodios violentos en Sinaloa, sino que también llevó a la detención de El Licenciado en la Ciudad de México en mayo de 2017.

Acorralado por las autoridades y por la facción rival, Dámaso López Serrano -El Mini Lic- se entregó a las autoridades estadounidenses un mes después de su padre. Fue cuestión de tiempo para que llegara a un acuerdo de culpabilidad que le valió una corta estadía en prisión a cambio de proporcionar información relevante sobre los miembros del Cártel de Sinaloa.

Mientras El Licenciado llevaba su propio proceso, a su hijo se le permitió terminar el suyo bajo libertad condicional en Estados Unidos, no obstante, las cuentas pendientes que el Mini Lic tiene al otro lado de la frontera comenzaron a materializarse en diversos ataques.

El 31 de julio de 2024, tan solo seis días después de que El Mayo Zambada y Joaquín Guzmán López fueran aprehendidos en un aeródromo cercano a El Paso, Texas, las tumbas de varios familiares de Los Dámaso fueron profanadas.

De acuerdo con los reportes, los hechos ocurrieron en el panteón municipal de Eldorado, donde descansaban los restos de Adolfo López Núñez, Dámaso López García y Luis Fernando Gaxiola. El segundo presumiblemente era el padre de El Licenciado mientras que el primero sería su hermano y el tercero su cuñado.

Saquean tumba de panteón de Eldorado, Sinaloa.

La capilla que resguardaba las tumbas de dichos allegados a Los Dámaso fue severamente dañada. Dichos indicios resultaron suficientes para que la Fiscalía General del Estado (FGE) iniciara una carpeta de investigación.

De forma extraoficial se especuló que dicho ataque al mausoleo de Los Dámaso estaría relacionado con la información que un canal en YouTube estaba difundiendo sobre sus enemigos y que ligaron en más de una ocasión al Mini Lic.

La responsabilidad de Dámaso López Serrano sobre dichos vídeos no ha sido comprobada y tampoco su relación con la profanación de las tumbas de sus familiares. No obstante, las piezas volvieron a moverse el viernes 13 de diciembre cuando, una vez más, el Mini Lic fue reaprehendido en Estados Unidos, esta vez por cargos relacionados con el tráfico de fentanilo.

El incendio de la tumba del hijo de ‘El Vicentillo’

Vicente 'Vicentillo' Zambada Niebla fue sentenciado en 2019 a 15 años en prisión. (Cuartoscuro)

La madrugada del 16 de noviembre una intensa fumarola nubló el cielo nocturno de Culiacán. El contexto violento en el que la capital sinaloense ya se encontraba derivado de las disputas entre Los Chapitos y La Mayiza llevó a más de uno a pensar que podría tratarse del incendio de algún inmueble o un vehículo, no obstante, poco después se descubrió que el humo provenía del Panteón de Bacurimi.

En dicho camposanto descansan los restos de diversos miembros de la familia Zambada, incluyendo el de un hijo de Vicente Zambada Niebla, El Vicentillo, uno de los descendientes del cofundador del Cártel de Sinaloa.

De acuerdo con el reporte que el periodista Manuel Aceves realizó para MILENIO, el incendio inició alrededor de las 23:00 horas y se originó en un espacio atribuido a la familia del también llamado Señor del Sombrero.

Pese a que diversas cuentas en redes sociales aseguraron que la tumba del hijo de El Vicentillo había sido afectada, el secretario de Seguridad Pública, Gerardo Mérida Sánchez, se pronunció días después asegurando que no se contaba con ningún registro oficial sobre un incendio en el Panteón de Bacurimi. Días después, un influencer visitó el sitio para asegurar que la tumba no presentaba daños de consideración.

El cenotafio de Édgar Guzmán

Casi cinco meses después de que La Mayiza y Los Chapitos se declararon la guerra por el control de Culiacán, el monumento que fue colocado para honrar la memoria de Édgar Guzmán López, hijo de Joaquín El Chapo Guzmán, fue atacado con un explosivo la mañana del 23 de enero.

Durante años aquel cenotafio recordaba para todo aquel que pasara por el norte de Culiacán lo ocurrido aquella noche trágica del 8 de mayo de 2008, cuando un comando armado acribilló al también hermano de Ovidio y Joaquín Guzmán López.

Aquel sitio que en fechas especiales era adornado con flores y globos sufrió daños en su estructura, específicamente en su base. Aunque el estruendo fue percibido por habitantes de la zona, hasta el momento no se ha identificado a los responsables del ataque.

Si bien la explosión no dejó víctimas o heridos en el lugar de los hechos, el episodio se suma a la lista de provocaciones en las que las facciones en disputa del Cártel de Sinaloa continúan incurriendo.

ATJ

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