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‘El Chapo’ Guzmán: vida y caída del falso ídolo del ‘narco’ en México

El cofundador del Cártel de Sinaloa cumple 68 años. Alcanzó la fama mundial al convertirse en el narcotraficante más buscado del mundo, un puesto que dejó un sanguinario legado para su propio país.

Anel Tello
Ciudad de México /

Cada 4 de abril, algunas regiones de Sinaloa se visten de manteles largos. La tuba y los acordes de guitarras resuenan por cada rincón, globos y flores adornan un retrato que se repite constantemente por las calles: el de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo.

Contrario a lo que fuera de México podría pensarse, el ambiente festivo no está motivado por el cumpleaños de un reconocido artista, el de un luchador social o un activista político. Más bien, se trata de quien llegó a consolidarse como el narcotraficante más buscado del mundo.

Cambio generacional en el Cártel de Sinaloa.
Cambio generacional en el Cártel de Sinaloa.

El mito que se construyó alrededor de El Chapo Guzmán trascendió fronteras y se arraigó como ningún otro ha podido hacerlo dentro de la ‘narcocultura’ mexicana, no obstante, más allá de la imagen de Robin Hood que aún conserva en algunos sectores de su estado natal, lo cierto es que su legado desató olas de violencia cuyas consecuencias siguen latentes en México pese que el cofundador del Cártel de Sinaloa ahora festeje su cumpleaños entre las cuatro paredes de su celda en ADX Florence.

La Tuna y la vida campesina

Badiraguato es la cuna de diversos narcotraficantes que operan en México. |AFP

El 4 de abril de 1957 la ranchería de La Tuna en Badiraguato vio nacer a Joaquín Archivaldo Guzmán Loera. Incrustado en el también llamado Triángulo Dorado, donde la amapola y la marihuana crecen sin dificultad, el municipio sinaloense ha sido también la cuna de otros personajes relevantes del hampa de México, tal es el caso de Ismael El Mayo Zambada o Rafael Caro Quintero.

Hijo de un matrimonio campesino, durante sus primeros años de vida Joaquín Guzmán Loera se dedicó a transportar naranjas al mercado, no obstante, fue cuestión de tiempo para que se involucrara en la siembra, cosecha, producción, transporte y venta de marihuana.

Al tiempo que el Ejército Mexicano comenzaba a desplegar operativos para destruir plantíos de marihuana y amapola que terminaban en suelo estadounidense, una camada de narcotraficantes sinaloenses encabezados por Miguel Ángel Félix Gallardo, Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca Carrrillo se asentaban en la capital del estado de Jalisco, pasos que El Chapo no tardó en seguir.

Sus primeros grandes pasos en el narcotráfico, Joaquín Guzmán Loera los dio en el Cártel de Guadalajara, organización en donde no tardó en destacar no solo por su personalidad arrebatada sino también por su astucia para traficar cargamentos, primero, de marihuana, y posteriormente de cocaína a Estados Unidos.


La emancipación del Cártel de Guadalajara y el surgimiento del Cártel de Sinaloa

Desde su juventud, 'El Chapo’ Guzmán destacó por su astucia y personalidad | Especial

Luego del asesinato del agente especial de la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), Enrique Kiki Camarena, uno a uno fueron cayendo los principales liderazgos del Cártel de Guadalajara y, aunque la repartición del negocio había sido previamente acordada, la ambición de un joven Chapo quería aún más.

De acuerdo con información recopilada por el think tank, InSight Crime, Guzmán Loera se separó del núcleo de traficantes en Guadalajara y buscó edificar su propio imperio, una decisión que desató violentas batallas con otros grupos criminales, como fue el caso del Cártel de los Arellano Félix.

Los enemigos que fue ganando se compensaron con importantes socios que lo acompañaron a forjar las bases del Cártel de Sinaloa: Ismael El Mayo Zambada, Juan José El Azul Esparragoza Moreno, Héctor El Güero Palma; así como sus propios hermanos Arturo, Aureliano y Miguel Ángel Guzmán Loera.

La disputa con el Cártel de Tijuana provocaron el primer gran golpe a El Chapo luego de que en 1993 durante un enfrentamiento armado en el aeropuerto de Guadalajara murió acribillado el cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo. Ese fue el inicio de la cacería.

Señalado como el autor material del asesinato del sacerdote, Joaquín Guzmán Loera buscó huir del país, no obstante, fue detenido por primera vez en 1993 en Guatemala. Una vez de regreso en México, fue recluido en el Penal de Puente Grande.

La primera fuga y la amistad con Dámaso

Dámaso López Núñez pasó de ser un alto funcionario penitenciario a compadre de 'El Chapo' | Especial

La habilidad que Joaquín Guzmán Loera tuvo para corromper a funcionarios de los tres niveles de gobierno lo llevaron durante su primera reclusión hasta Dámaso López Núñez, El Licenciado.

Diversos reportes periodísticos dan cuenta de que El Chapo hizo del Penal de Puente Grande su centro de operaciones mientras que fuera de prisión sus socios y hermanos continuaban edificando a la que años más tarde sería considerada como una de las organizaciones del narcotráfico más influyentes de México.

No fue sino hasta 2001 que los ojos de la opinión pública volvieron a ponerse en el capo sinaloense luego de que, en un misterioso entramado, logró fugarse por primera vez del penal federal. Algunos dicen que lo hizo escondido en un carrito de lavandería, otros que se disfrazó de policía y salió por la puerta principal, no obstante, lo único certero fue que El Chapo estaba de regreso al ruedo pero no llegaba solo sino con un nuevo socio.

Dámaso López Núñez brincó de ser un alto funcionario penitenciario a mano derecha de Joaquín Guzmán Loera cuyo “compadrazgo” terminó por catapultar al Cártel de Sinaloa a la cúpula del narcotráfico en México. 

La Federación y el 701

La dupla de El Mayo y El Chapo dominaron el negocio del narcotráfico en México durante décadas | Milenio

Con El Chapo de vuelta en el negocio, la estrategia consistió en coordinar a otras organizaciones delictivas que también operaban en México para, de este modo, conformar un poderoso conglomerado que fue conocido como La Federación.

El Cártel del Milenio, el de los Beltrán Leyva, el de Juárez y el de Colima -por mencionar algunos- se sumaron a la coordinación que encabezaban El Chapo y El Mayo desde Sinaloa, no obstante, una serie de traiciones terminaron por fracturar la alianza que, para entonces, ya había logrado traficar toneladas de drogas a Estados Unidos no sólo desde México sino también de Centro y Sudamérica.

El punto sin retorno para La Federación fue la detención de Alfredo Beltrán Leyva, alias El Mochomo. Arturo, su hermano, no tardó en acusar a Joaquín Guzmán Loera de traición toda vez que, mientras su consanguíneo ingresaba a prisión, Iván Archivaldo Guzmán Salazar -hijo de El Chapo- era liberado.

La fractura entre los Beltrán Leyva y el Cártel de Sinaloa dejó a su pasó múltiples episodios de violencia, incluyendo el asesinato de Édgar Guzmán López, otro de los hijos del Chapo ocurrido en 2008 en Culiacán.

Pese a dicha disputa intestina, el trasiego de drogas prosperó al punto de que, en 2009, la revista Forbes ubicó a Joaquín Guzmán Loera en el peldaño 701 de su listado de los hombres más ricos del mundo.

¿Cuántas veces se fugó El Chapo de prisión?

Segunda captura de El Chapo Guzmán | Daniel Cruz

Tras su llegada a la presidencia de México en 2006, el expresidente Felipe Calderón anunció su violenta Guerra contra el Narcotráfico como el distintivo de su estrategia de seguridad. Aún así, el Cártel de Sinaloa logró crecer como ningún otro en el país y Joaquín Guzmán Loera nunca fue detenido. La explicación tuvo nombre y apellido: Genaro García Luna.

No fue sino con la alternancia política que llegó con Enrique Peña Nieto que, tras 13 años prófugo, El Chapo fue aprehendido por segunda ocasión en Mazatlán. El calendario marcaba como fecha el 22 de febrero de 2014 cuando el capo sinaloense se encontraba en los condominios Miramar en Mazatlán junto a su esposa Emma Coronel y sus dos pequeñas hijas.

Agentes de la Secretaría de Marina lo ubicaron y desplegaron un intenso operativo que culminó con su traslado al Penal del Altiplano, donde 17 meses después concretaría su más grande hazaña.

El 11 de julio de 2015, la ausencia de Joaquín Guzmán Loera en su celda alertó al personal penitenciario de la que era considerada como la cárcel más segura de México. Lo que comenzaba a rumorarse entre el resto de los internos se confirmó horas más tarde: El Chapo se había fugado nuevamente.

Con la ayuda de su esposa Emma Coronel y de sus hijos, Guzmán Loera ordenó construir un túnel que conectó la regadera de su celda con un terreno baldío ubicado en una zona aledaña al penal de El Altiplano. La planeación duró poco más de año y medio, costó millones y se ejecutó en minutos.

La noticia de su escape le dio la vuelta al mundo y dejó en una posición poco favorable al gobierno de México, el cual redobló esfuerzos para arrestar una vez más al escurridizo capo.

Nuevamente, Enrique Peña Nieto presentó con bombo y platillo la reaprehensión de El Chapo el 8 de enero de 2016 en Los Mochis, Sinaloa. Los errores ya no estaban permitidos, por lo que un año más tarde lograron la extradición del cofundador del Cártel de Sinaloa a Estados Unidos, un viaje sin retorno.

El Juicio del Siglo, ADX Florence y el legado del Chapo

Arresto de Joaquín “El Chapo” Guzmán / Foto: Cuartoscuro

La amplia trayectoria criminal y los múltiples cargos que pesaban en su contra fueron desfavorables para la llegada del Chapo a Estados Unidos. Durante trece semanas, por los lustrosos pisos de la Corte de Brooklyn desfilaron algunos de sus antiguos socios y amigos que testificaron en su contra a cambio de beneficios en sus propios procesos judiciales.

Acorralado, la trayectoria criminal de Joaquín Guzmán Loera culminó el 12 de febrero de 2019 cuando fue sentenciado a pasar el resto de sus días en una prisión de súpermáxima seguridad en Estados Unidos: ADX Florence.

Las duras condiciones de dicha prisión han provocado múltiples afectaciones en la salud del capo, según ha argumentado su equipo legal y él mismo en cartas enviadas al juez Brian Cogan. Además de solicitar un nuevo juicio, El Chapo ha pedido regresar a México en múltiples ocasiones, una solicitud que ha sido rechazada.

Pese a estar a miles de kilómetros de su natal Sinaloa continúa bajo fuego y padeciendo los estragos del legado que Joaquín Guzmán Loera dejó, no obstante, esta vez bajo el mando de Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, sus hijos.

ATJ 

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