El pasado Día Mundial del Teatro, el Instituto Mexicano del Seguro Social, el Instituto Nacional de Bellas Artes y la Secretaría de Cultura federal firmaron un acuerdo macro para reactivar al menos 25 edificios teatrales de la gran infraestructura escénica que construyó el primer organismo durante los años 50 y 60 del siglo pasado. Esta es una noticia acariciada por los gremios artísticos durante 20 años en que reclamaron el abandono absoluto en el que el IMSS tenía a sus teatros. Representa una sorpresa gratísima en un panorama todavía no muy claro en las políticas públicas de cultura. Es, pues, una noticia estupenda que también promete nuevos aires en la Secretaría de Cultura federal ahora en manos de Claudia Curiel de Icaza, que legisló en su gestión en Ciudad de México a favor de los foros escénicos independientes, con lo cual se reconoció al fin su importancia en la vida capitalina.
Zoé Robledo, titular del IMSS, esgrimió en la conferencia de prensa un entusiasmante discurso sobre los orígenes de esta infraestructura y los porqués de una política pública que contempló en su momento el disfrute del arte (y el deporte) como parte de la salud mental de los mexicanos. Esta visión integral le valió al IMSS un reconocimiento mundial por parte de la Unesco y resulta coherente retomarlo de la mano de Inbal y de la Secretaría de Cultura para su efectivo funcionamiento. El presupuesto que se le destinará este año es de 30 millones de pesos que, si bien no es exorbitante, permitirá retomar esos teatros al servicio de la sociedad en un trabajo conjunto con artistas escénicos independientes de toda la República.
Reiteramos que la noticia no podría ser más feliz. Enhorabuena. Quizá faltaría complementar esta iniciativa retomando dos programas fundamentales para la vida escénica de México y para la dignificación de los artistas: el Programa Nacional de Teatro Escolar y el Circuito Nacional de Artes Escénicas en Espacios Independientes. Recordemos que estos últimos atienden a una población a la que generalmente no llegan las políticas públicas.
TRASPUNTE
El PAN y el PRI ignoraron al gremio
Los gobiernos panistas y priistas no sólo ignoraron las súplicas y protestas por la parálisis de la infraestructura teatral del IMSS luego de que este se deslindara de la responsabilidad que asumió para su construcción. Incluso en su momento se pensó en privatizar los teatros o en tirarlos para hacer estacionamientos. Su recuperación es una de las mejores noticias del nuevo sexenio.