Apología del delito

Ciudad de México /

¿Cómo hubiera registrado Julio Scherer los años de López Obrador en la presidencia de la República en un libro como La terca memoria? ¿Lo pondría en altar de los héroes o cuestionaría su tolerancia, en nombre de la paz, con el crimen organizado?

La banda sinaloense Los Alegres del Barranco, acusada de apología del delito por sus corridos sobre líderes del narcotráfico como Nemesio Oseguera Cervantes del CJNG y Joaquín Guzmán Loera del Cártel de Sinaloa, ha sido satanizada por autoridades de México y Estados Unidos; su concierto del 29 de marzo en un auditorio de Zapopan, administrado por la Universidad de Guadalajara, la ha puesto en la mira y ahora, a la cancelación de contratos, suma amenazas de muerte contra sus integrantes.

Para el doctor en Sociología José Manuel Valenzuela Arce, autor de libros como Jefe de jefes. Corridos y narcocultura en México (Colegio de la Frontera Norte, 2002), Los Alegres del Barranco, originarios de Badiraguato, tierra del Chapo Guzmán y de Ismael El Mayo Zambada, son una banda con una trayectoria de veinte años, cantan narcocorridos, pero también otro tipo de canciones; su presencia en espacios oficiales o universitarios debe ser regulada, establecer con claridad las reglas del juego en este sentido, pero nada más. De lo contrario —dice— “estaríamos frente a una de las grandes tentativas actuales, que es la idea de prohibir de algunos sectores con un talante fuertemente autoritario, y en este caso deberíamos considerar hasta qué punto en las fiestas privadas la gente puede oír y cantar las canciones que prefiera”.

El cartujo nunca había escuchado siquiera el nombre de Los Alegres del Barranco, pero la terca memoria —como diría Scherer— lo hacer voltear hacia la política de “abrazos no balazos” del pasado sexenio, de aseveraciones como “No se ha detenido a capos porque no es nuestra función principal”; “Cuidamos a los integrantes de las bandas, son seres humanos”; “Oficialmente ya no hay guerra [contra el narco], nosotros queremos la paz”. No, eso no es apología del delito; después de tantos muertos y desaparecidos, eso no tiene nombre.

Queridos cinco lectores, El Santo Oficio los colma de bendiciones. El Señor esté con ustedes. Amén.


  • José Luis Martínez S.
  • Periodista y editor. Su libro más reciente es Herejías. Lecturas para tiempos difíciles (Madre Editorial, 2022). Publica su columna “El Santo Oficio” en Milenio todos los sábados.
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